Resumen la tierra en disputa

Resumen la tierra en disputa gy besertc Cleopa,nR 15, 2016 ge pagcs Resumen En el marco de la estrategia de difusión masiva y apropiación social de las investigaciones elaboradas por el Centro Nacional de Memoria Histórica, se le ha dado prioridad a la elaboración de resúmenes de los informes que ya han sido publicados. Se espera que este documento contribuya en la promoción y divulgación de la memoria histórica, y que ayude en los procesos de verdad, justicia y reparación, para que lo que se cuenta en estas páginas no vuelva a pasar nunca más en esa región ni en ninguna otra de Colombia.

ISBN: 978-958-58705 PACE 1 org8 ISBN: to View nut*ge La tierra en disputa. Este caso, que se centra en lo ocurrido en la región de los Montes de María, reúne todos los elementos para establecer la relación entre el conflicto armado en sus diversas expresiones, como el despojo de tierras, el desplazamiento forzado, el ejercicio del poder, los cambios en la estructura agraria, la desarticulación de la organización campesina, la continuidad de las resistencias locales lideradas por mujeres, las políticas públicas, la situación de las victimas del conflicto y la forma como se reordenó el territorio.

Memorias del despojo y resistencias campesinas en la costa caribe 1960-2010 El presente texto hace parte de esta serie de resúmenes y recoge La tierra en disputa Memorias del despojo y resistencias campesinas en la costa Caribe 1960-2010 Centro Nacional de Memoria Histórica Memorias del despojo y resistenclas campesinas en la costa caribe (1960-2010) Esta publicación es un resumen del informe La tierra en disputa. Memorias del despojo y resistencias campesinas en la costa Caribe (19602010. ) CONSEJO DIRECTIVO CENTRO NACIONAL DE MEMORIA HISTORICA Presidenta Tatyana Orozco de la Cruz Directora Departamento para la

Prosperidad Social Mariana Garcés Córdoba Ministra de Cultura Gina Parody d’Echeona Ministra de Educación Nacional Yesid Reyes Alvarado Ministro de Justicia y del Derecho Paula Gaviria Betancur Directora Unidad para la A 98 Reparación Integral de las despojo y resistencias campesinas en la costa caribe (19602010) Director General Centro Nacional de Memoria Histónca Gonzalo Sánchez Gómez Equipo de investigación Grupo de Memoria Histórica Relatores Absalón Machado Danny Meertens – CNRR (2010) Jeannette L Castro Hernández pablo Andrés Nieto Ortiz Eliana Pinto Velásquez John Jairo Rincón García

Javier Soto Alejandrina Pacheco José Francisco Restrepo El informe de investigación fue realizado por el Grupo de Memoria Histórica de la Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación y su prmera edlción fue publicada en el año 2010. Fue el resultado de un proyecto financiado por el Centro Internacional de Investigaciones para el Desarrollo (IDRC), y contó con el apoyo técnico – administrativo de la Organización Internacional de Migraciones (OIM). Para su última fase contó con el apoyo de UNIFEM, ASDI y AECID.

Los contenidos expresados en este informe pertenecen a los autores y no necesariamente eflejan la opinión de IDRC, OIM, UNIFEM, ASDI, AECID o de la Embajada de Suiza. Memorias del despoio y re pesinas en la costa Colombia O Centro Nacional de Memoria Histórica Carrera 6 NO 35 – 29 PBX: (571) 796 5060 comunicaciones@centrodememoriahistorica. gov. co www. centrodememoriahistorica. gov. co Bogotá D. C. – Colombia Impreso en Colombia. Printed in Colombia. Queda hecho el depósito legal. Cómo citar: Centro Nacional de Memoria Histórica. La tierra en disputa. Memorias del despojo y resistencias campesinas en la costa Caribe 1960 – 2010.

Resumen. Bogotá: CNMH, 2014. Este informe es de carácter público. Puede ser reproducido, copiado, distribuido y divulgado, siempre y cuando no se altere su contenido, se cite la fuente y/o en cualquier caso, se disponga la autorización del Centro Nacional de Memoria Histórica como titular de los derechos morales y patrimoniales de esta publicaclón. Machado Cartagena, Absalón, 1941 La tierra en disputa memorias del despojo y resistencias campesinas en la costa Caribe 1960 2010. Resumen / Absalón Machado Cartagena, Donny Meertens ; prologuista Gonzalo Sánchez Gómez. — Bogotá : Centro Nacional de Memoria Histórica, 2014. páginas : gráficos, mapas ; 23 cm. (Colección resúmenes) Incluye bibliografía. ISBN 978-958-58705-2-9 1. Despojo de tierras- Costa Caribe (Región, Colombia) – 19602010 2. Campesinos-Historia – Tenencia de la tierra- Costa Caribe (Región,colombia)- 1960-2010 3. Resistencia CiVil – costa caribe (Región, Colombia) – 1960- s sociales – Costa Caribe 4 98 (Región, despojadas….. 2. 3 Las ciénagas: también el agua se 2. 4 urré y mega-proyectos: territorio indígena y campesinos 2. 5 Compras masivas de tierras en Montes de María: entre la violencia, el Estado y el mercado….. ??? 45 3. Las luchas campesinas por la 4. Las mujeres: de la toma de tierras a la toma de República-giblioteca Luis Ángel Arango Contenido Prólogo Introducción.. 1 . Contextos: territorio, política y conflicto armado……… 25 2. Memorias del despojo. 33 2. 1 Despojo violento y apropiación directa por actores 42 19 armados…. — . 34 2. 2 Reforma agraria en reversa: las parcelas campesinas . 37 51 61 79 83 5. Memoria instltuclonal: las apuestas por la región……….. 69 6. ¿La tierra para quién? Un Bibliografía selecta. Anexos. • • • • • 85 7 Gonzalo Sánchez G.

Director Grupo de Memoria Histórica -CNRR El s 8 . 85 El problema agrario, y la protesta campesina fueron dominantes en la América Latina de los años 60 y 70, no sólo en las ciencias sociales sino también en los procesos políticos de muchos países, entre ellos Perú, bajo el reformismo del general Juan Francisco Velasco Alvarado, y Colombla bajo el impulso inicial del proyecto modernizante de Carlos Lleras Restrepo, que precipitó una inesperada movilización reivindicativa en el campo, encabezada por la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos, ANUC.

Todavía se recuerdan los nombres emblemáticos asociados a sos años de agitación y promesas en América del Sur: Francisco Juliao, y sus Ligas Camponesas en Brasil; Hugo Blanco, y su proceso organizativo de los sindicatos de Valle de Concepción, en Perú, y el liberal radical Juan de la Cruz Varela con su movimiento agrario del Sumapaz, en Colombia, seguido en los albores de los años 70 por las masivas tomas de tierras que marcaron un hito en la historia rural del país.

Pese a estos grandes destellos, con el curso de los años, el tema fue pasando, especialmente en Colombia, segundo plano, y la atención se centró en los epifenómenos de la iolencia. Los programas de Reforma Agraria alentados por sucesivos gobiernos del Frente Nacional, tuvieron un doble efecto: por un lado, apaciguador de las tentaci cionales, y por el otro, movilizador de expectativa , que se traduieron en una La tierra en disputa – Resumen Tales expectativas encontraron un primer tropiezo en el llamado Desarrollo Rural Integrado (DRI), que daba prioridad a la asistencia técnica sobre la distribución de la tierra.

Las movilizaciones mantuvieron un cierto vigor, por lo menos hasta el conocido Pacto de Chicoral, en 1973, que asestó un duro golpe a los logros lcanzados y enterró por décadas, y hasta el dia de hoy, las preocupaciones gubernamentales por el problema agrario, como rasgo central de la inequidad social, aunque sin poder contener todavía de manera definitiva la combatividad rural con que se había iniciado decenio de los setenta. Por su parte, la insurgencia, y de manera notoria las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, Farc, también habían incluido la demanda por la tierra en sus Plataformas de lucha.

De hecho, su momento y su discurso fundador están asociados al famoso «programa Agrario de los Guerrilleros» de 1964, roclamado durante la Operación Marquetalia, y reeditado en 1993 como Programa Agrario de las Farc-EP. De un período defensivo y de repliegue de las guerrillas durante los largos años de la Violencia, se pasaba en los años sesenta a una fase organizativa y de agitación poltica. En suma, el problema agrario había ocupado un lugar central en la academia, en sectores gubernamentales y en la insurgencia.

Era un problema no sólo con legitimidad sino con enorme capacidad de movilizacion social. Como dato ilustrativo debe recordarse que en un solo día de 197 rero, fecha emblemática produjeron más de 800 ocupaciones de redios en todo el país, lo que suponía, además, un alto grado de concertación previa. En ese contexto, en los años 50 y todavía a fines de los 70, ocupar o recuperar tierras era una actividad tolerada o aplaudida como parte de una lucha más amplia por la democratización de la sociedad, democratización que había sido ahogada en sangre durante la Violencia.

Porque, si de génesis se trata, en el principio fue el despojo y después fueron las recuperaciones. Dos procesos antagónicos pero convergentes conspiraron contra las luchas democráticas por la tierra: de un lado, el autoritaris- 0 mo estatal, plasmado en el controvertido Estatuto de Seguridad, expedido al inicio del mandato de Julio César Turbay Ayala, en 1978, y de otro lado, la pretensión de las guerrillas de suplantar o subordinar a sus lógicas el movimiento campesino.

Como resultado de ello la ocupación de tierras, lo mismo que la acción slndical y la protesta soclal en general, cayeron progreslvamente bajo la sospecha de las normas antiterroristas. Las «recuperaciones de tierras», antes tan cortejadas incluso por alas reformistas tanto partido liberal como del conservador, empezaron a ser vistas omo asonadas, y los campesinos que en ellas participaban como subversivos.

A todo lo cual habría de sumarse la miríada de fuerzas políticas y de Siglas, inscritas en disputas Ideológicas externas, que tras el fervor inicial y con una visión puramente instrumental pasaban más tiempo dividiéndose y dividiendo al campesinado que aglutinándolo en torn emocráticos que trascendieran las objetivos democráticos que trascendieran las transformaciones agrarias, vinculándolas a las transformaciones del orden político, y dándole alcance nacional a los diversos procesos regionales.

Al finalizar la década del setenta la lucha campesina fue virtualmente ilegalizada y empezó a languidecer. Los desalojos de los predios ocupados se hicieron cada vez más violentos. La tierra había pasado de repente del ámbito de lo legítimamente demandable al ámbito de lo no negociable. La criminalización de la lucha agraria se ha prologado hasta el día de hoy.

Incluso hay columnistas de prensa y voceros de gremios para los cuales el tema de tierras, como se está planteando en la administración del presidente Juan Manuel Santos, constituye una invitación a la subversión en el mundo rural colombiano. Otros sostienen que el tema de tierras ya no es prioritario en la reconstrucción social de las zonas más deprimidas del país, o al menos ya no tiene vigencia bajo la vieja fórmula de la redistribución. Es, se dice, un tema ya resuelto a su manera por la violencia, y que ya no tiene marcha atrás.

El tema privilegiado para estos sectores, o para quienes como ellos piensan, es la seguridad en el agro y la seguridad alimentaria que el campo debe proveer al conjunto de la sociedad. 11 De regreso al campo El debate de tierras reapareció hace muy poco por donde menos se hubiera podido pensar. No se lo promovió inicialmente desde el gobierno. Tampoco desde el movimiento social campesino, precisamente porque este había sido casi diezmado durante años de persecuci informe. uestra en el presente años de persecución, como se muestra en el presente informe.

La problemática de la tierra entró nuevamente a la arena poltica como uno de los resultados no previstos de la Ley de Justicia y paz, creada para facilitar el proceso de desmovilización de los paramilitares. Irrumpió casi que silenciosamente detrás del tema de las victimas y las reparaciones. Hay que resaltarlo: el tema de la tierra eaparece en nuestros días asociado no a la reforma agraria y a la distribución, sino a la constatación de las enormes dimensiones del despojo de tierras y territorios tras casi tres décadas de excesos y dominio paramilitar en muchas reglones del país.

Sus verdaderas dimensiones se hicieron manifiestas a través de las dinámicas del desplazamiento, aunque inicialmente este también fue tratado, no como un problema de dignidad y exigibilidad de derechos, sino como un problema de seguridad en el campo o en las ciudades. Se necesitó mucho tiempo para que las instancias oficiales reconocieran que detrás de las magnitudes del esplazamiento generado por la violencia, habla otro problema de fondo: el despojo de tierras. Y que una sociedad fundada en el despojo puede ser democrática.

Una de las tareas centrales del Informe de Tierras del Grupo de Memoria Histórica (GMH) es precisamente dar cuenta de esas dimensiones del despojo, o si se quiere en los términos de uno de los capítulos, del balance entre tierras ganadas y tierras perdidas. porque no se puede hablar de restitución (no distribución) de tierras sin disponer de una visión por lo menos aproximada del tamaño del despojo. Y siguiendo el razonamiento, no se podrá atacar efectivamente el d