¿Qué psicología elegir

Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Sistema de Información Cientfica Horacio C. Foladori ¿Qué psicología elegir? Algunos problemas epistemológicos Polis, Revista de la Universidad Bolivariana, vol. 1, núm. 1, 2001 , p. o, Universidad Bolivariana Chile Disponible en: http://wWN. redaIyc. org/articulo. oa? id=30501113 Polis, Revista de la Universidad Bolivariana ISSN (Versión impres ub@ubolivariana. cl Universidad Bolivaria ¿Cómo citar? Fascículo completo OF18 p Más información del artículo Página de la revista www. edalyc. org Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la niciativa de acceso abierto Revista On-Line de la Universidad Bolivariana Volumen 1 Número 1 2001 la psicología; también se observa en otras ciencias sociales. Así, tampoco es posible hablar de la sociología o de la antropología. Por alguna razón, siempre se remite a la sociología de un autor o a la antropología de otro; es decir, la concepción particular del autor, define el objeto que se está estudiando.

Y ello es inevitablemente así, por cuanto las ciencias humanas no están alejadas, no pueden estarlo, de una concepción particular del hombre y de la sociedad, vale decir, de una postura filosófica sobre el mundo y obre las relaciones entre los humanos, como lo han mostrado los estudios de historia de las ciencias de Lakatos y otros. Las psicologías remiten inexorablemente a concepciones de mundo, a formas de «objetivar» lo humano, a posturas filosóficas, a ideologías y a intereses particulares sobre cómo debe ser la sociedad y de qué manera entender al hombre.

A su vez, estas posiciones poseen un determinado grado de sistematización sobre el análisis de la realidad y una teoría sobre su cambio. Qué se entiende por realidad para cada una de las corrientes de pensamiento es un interrogante que no se uede soslayar, ya que allí es donde se dirigen los intentos de modificación. A su vez, cada concepción tiene una idea de lo que es «la ciencia», y cada una pretende imponer esa concepción a las demás.

El éxito o el fracaso en esta linea tiene más que ver con cuestiones de poder que con problemas de ver constituye en una osa «ciencia» se «racionalización» que justifica una determinada postura. Director de la Escuela de Psicología de la Universidad Bolivariana Por tanto, estrictamente hablando, no es posible hablar del método científico; más bien, como lo demuestra hasta el cansancio Fayerabendl ada investigación se orienta, o debería, por sus propios criterios y lo que puede ser válido en una caso puede no serlo en otro (1992).

Sugiere el autor que cada investigación hay que pensarla más como una obra de arte que como el riguroso resultado emanado de la aplicación de una serie de reglas metodológicas. Si bien la razón juega un papel fundamental en la construcción del conocimiento, de ningún modo es garantía de validez de lo que produce. De igual modo las psicologías «sufren» de estos vaivenes, ya sea sus métodos de trabajo o por las posiciones particulares de los investigadores del campo en cuestión.

Así, el campo de las psicologías incluye corrientes tan dispares como el conductismo y neoconductismo en sus variadas formas de condicionamiento reflexológico y operante; la fenomenología y el existencialismo; el humanismo; la gestalt; la teoría de sistemas; el constructivismo y el socioconstructivismo; el congnitivismo; la programación neurolingüística y la 30F psicobiología; la bioenergé ques corporalistas; el conocidas.

A su vez , muchas de ellas abordan algún problema en especial: el aprendizaje, la forma de construir el conocimiento, los fenómenos perceptivos, el comportamiento observable, la manera de ensar el campo de los grupos y social, la relación psiquis-cuerpo, el aparato psíquico ( «individual» Wo colectivo), las relaciones familiares, etc. Asimismo, muchas de estas escuelas cuentan explícita o implícitamente con una determinada concepción de la salud, de la enfermedad mental y la corporal, y sobre la incidencia de la interacción entre lo mental y lo corporal.

Este conjunto de ideas, pensamientos, sobre diversos aspectos del campo psi, deficientemente puede ser abarcado en su totalidad. La vastedad de desarrollos no es garantía de saber. Y peor aún, muchas veces, algunos de los planteos que se realizan on claramente contrarios a otros, forzando al especialista a elegir. El eclecticismo que muchas veces surge como propuesta no es una alternativa, sino es producto de la «esquizofrenización» de una práctica que más da cuenta de la ignorancia del agente que de su real capacidad para resolver problemas.

Supone que todo puede combinarse con todo y que el técnico puede mantenerse al margen de su operación. Como se podrá apreciar, ésta es una posición «neutral» que toma partido por una manera particular de entender al hombre y a la sociedad; por cierto, no resulta nada neutral. El problema del objeto de Gran parte de las disciplin re un objeto que sobre un objeto que pretende cambiar. Ese es el objetivo de la ciencia, operar sobre la realidad para poder introducir cambios de manera planificada a partir de un determinado saber sobre la «esencia» o realidad de su objeto.

Se debe precisar que esta distancia entre apariencia y esencia es lo que 2 determina la existencia de la ciencia. Si ambas coincidieran ¿para qué se requeriría de la ciencia? preguntaba K. Marx. Se trata entonces de reconocer un cruce entre dos tipos de objetos distintos: el objeto empírico, concreto, sobre el que el científico trabaja y el objeto formal, abstracto, construido por la ciencia. La forma como se piensa ese objeto abstracto constituye la teoría científica.

Nótese entonces que cualquier operación sobre el objeto concreto supone, explícita o implícitamente una determinada concepción abstracta de la cosa. Toda técnica (instrumentos y procedimientos de intervención con miras a lograr un cambio) supone asi una teoría que le de sentido y que «gule» sus pasos (sencillamente, no es lo mismo romper un vidrio que planear cortarlo). Ahora bien, en el campo de las psicologias, si éstas estudian y abarcan diversas esferas de lo psi, es porque recortan su objeto concreto de anera diferente; y así como lo recortan lo tratan.

Pero si lo recortan, lo construyen empíricamente de manera al, una forma de diferente, lo que supone u representárselo, diferente particularidad propia de la naturaleza del campo de las llamadas ciencias sociales. para las llamadas «ciencias duras» o «exactas» el investigador (sujeto del procedimiento) está mas allá del objeto de conocimiento. En el modelo de la física clásica existe una particular distancia entre el sujeto y el objeto que hace que las conclusiones sean «ajenas» al investigador.

Heisenberg ha demostrado que incluso en la ísica, el investigador interviene con su presencia y modifica el campo en cuestión. Pero resulta que en las ciencias sociales, el antropólogo estudia al hombre que es él mismo, el sociológo estudia la sociedad en la que vive y el psicólogo no puede dejar de ver en el otro aspectos que son también sus características. Diversos autores como Devereaux, Lourau, Deleuze, Foucault, Leví-Strauss, entre otros, (por no mencionar a Marx, a Freud, a Nietzsche, etc. han dado cuenta de distintas maneras de lo que se llama el concepto de implicación; es decir, el sujeto se encuentra atravesado por una serie de determinaciones que istorsionan sus posibilidades de lectura «objetiva» de determinada realidad. La conclusión es terminante: en las ciencias sociales no existe posibilidad de objetividad, ya que el sujeto aparece confundido con el objeto que estudia. Por tanto, arriesgando a parecer reduccionista, se podría afirmar que lo subjetivo es lo objetivo.

No se puede evitar esta implicación; lo cual hace decir a Devereaux que toda investigación social es, en última instancia, autobiográfica. 6 OF Ahora bien, toda psicologí asificada según Ahora bien, toda psicología puede ser clasificada según su objeto. Algunas sicologías aún sostienen que el sujeto no se confunde con el objeto, y que seria peligroso que lo hiciera, puesto que se perdería toda objetividad. Estas psicologías que conciben su ciencia como una extensión de la biología, aplicando los principios del llamado método científico de las ciencias exactas.

Creen que así se produce 3 conocimiento, a partir de la observación y el estudio del observable comportamental por excelencia: la conducta. Otras tesis de psicología plantean que en ciencias sociales no es posible sostener la separación del objeto y el sujeto, por tanto, hacen hipótesis sobre la producción de entido que se produce en todo acto humano, en tanto éste aparece emergiendo del lenguaje que es aquello que construye a la humanidad (Más adelante se desarrolla esta conclusión). La observación es complementada de manera importante por el escuchar que es diferente de, simplemente, oír sonidos.

En estos modelos aparece siempre una cierta búsqueda de estructuras que se construyen a través de interpretaciones. Estas psicologías se preocupan más por estudiar lo que se ha llamado en los últimos 20 años la producción de subjetividad, vale decir, los objetos que se constituyen al interior 7 OF del psiquismo va partir de vinculares (actuales e determinando comportamientos. ¿De qué manera es posible pensar la «maquinaria» del psiquismo? ¿Como poder dar cuenta del proceso de construcción de ese «aparato» que produce la subjetividad?

Nótese que la neurología es capaz de indicar en qué momento del dormir se produce un sueño; pero es incapaz de explicar porqué se sueña con esas imágenes o con tales otras, con tal tipo de trama acompañada de ciertas emociones. Pero, además, la subjetividad tiene un efecto capital sobre lo somático: una pesadilla produce efectos como sudoración, sofocación, taquicardia, opresión, angustia ntensa, etc. Durante el soñar, hay una realidad psiquica que determina a su vez la realidad material, la del mundo de la vigilia.

Por ello, el estudio de la producción de subjetividad nos permite comprender los efectos que la misma produce en la vida cotidiana. Subyace aquí una problemática metodológica que no conviene soslayar. Continuando con el modelo del soñar como prototípico de la subjetividad, es posible darse cuenta de que sobre un sueño no se tiene mas información que la que nos proporciona el propio sujeto en cuestión. A partir del relato del sueño, del discurso, de u puesta en palabras, nos enteramos de que alguien soñó tal trama y no otra.

No accedemos a los sueños casualmente, a través de la observación del objeto, sino a ir sobre sí mismo. El partir de lo que el sujeto t 80F escuchar cobra por tanto, función de la vista. En suma, hay psicologías de la observación y psicologías de la escucha, psicologías que trabajan sobre la manipulación de objetos y psicologías que trabajan sobre la puesta en sentido de la subjetividad. Implicancias éticas Ambas posturas suponen una diferente concepción de lo humano, que tiene repercusiones en la forma que tratamos al otro.

Veamos algunos de estos efectos: 4 En primer lugar, la separación drástica entre sujeto y objeto supone y reproduce la idea de que el sujeto es el que sabe y el objeto es el objeto de conocimiento. El sujeto, el investigador, entonces, se hace cargo de su saber sobre el otro. El ejemplo más claro y común es el del saber médico: El médico hace preguntas y luego sabe lo que al otro le acontece y sobre ese supuesto se construye la posibilidad de la mejoría. En la situación en la cual el sujeto y el objeto aparecen confundidos no hay de hecho un saber del uno sobre el otro, ya que este, en parte, es uno mismo.

Por tanto, el encuentro se define como un trabajo que ambos deben hacer y cuyo producto los modifica a los dos; ambos participantes se encuentran para realizar una tarea de compromiso mutuo. En segundo lugar, si el sujeto es diferente del objeto, entonces el sujeto ejerce un determinado poder so ás allá de su voluntad o «prepotencia» médica, se trata de un problema estructural: sencillamente el objeto no sabe y por ello, es objeto de tratamiento de un sujeto que sí sabe sobre él. Es el caso del experimentador que no pregunta, decide; instituye un procedimiento para lograr aquello que ha planeado.

Sencillamente no corresponde que el objeto sea informado ni consultado. Ejerce un poder, cree que la situación se lo otorga, y en algunos casos la sociedad se lo encarga. En el caso del encuentro de este sujeto confundido con el objeto, no existe un saber a priori – si bien el objeto puede concurrir con la expectativa de que el otro sepa sobre él -, pero, en todo caso, lejos está de creerse que tenga dicho poder. Su acción no podrá realizarse sino a partir de una permanente consulta con el otro. Si deben realizar un trabajo en común, cada movimiento presupone un cierto consenso minimo para segui adelante. r tanto, la estructura de la situación de encuentro hace que el poder se encuentre limitado desde su inicio, que sea compartido con el otro durante todo el proceso que implique el encuentro. En tercer lugar, desde la perspectiva de la enseñanza de las psicologías surgen a su vez diversas alternativas. El modelo de la relación sujeto-objeto claramente definido implica que el alumno debe ser llenado con los conocimientos que tiene el docente. La enseñanza connota una cierta educación que se produce de manera unilateral: los alumnos van a las instituci endery se debe poder 0 DF 18 establecer una cierta