Psicoanálisis

Psicoanálisis Psicoanálisis, nombre que se da a un método específico para investigar los procesos mentales inconscientes y a un enfoque de la psicoterapia. El término se refiere también a la estructuración sistemática de la teoría psicoanalítica, basada en la relación entre los procesos mentales conscientes e inconscientes.

El inconsciente: En el ámbito inconsciente, pensamientos y sentimientos que se daban unidos se dividen o desplazan fuera de su contexto original; dos imágenes o ideas dispares pueden ser reunidas (condensadas) en una sola; los pensamientos pueden ser dramatizados formando imágenes, en vez de xpresarse como conceptos abstractos, y ciertos objetos pueden ser sustituidos y representados simbólicamente por imágenes de otros, aun cuando el arecido entre el símbolo y lo p simbolizado sea vago 6 momentos alejados p en el pensamiento c inconsciente.

Compr inconscientes hizo po coexistencia en e la lógica, básicas er su dominio en el s procesos mentales fenómenos psíquicos previamente incomprensibles, como los sueños. Pulsiones: Los conflictos inconscientes involucran deseos y pulsiones (instintos), originadas en las primeras etapas del desarrollo. Al serle desvelados al paciente los conflictos nconscientes mediante el psicoanálisis, su mente adulta puede encontrar soluciones inaccesibles a la mente inmadura del niño que fue.

Esta descripción de la función que cumplen las pulsiones básicas en la vida humana es otra de las aporta Swipe to kdew next page aportaciones cruciales de la teoría freudiana. Según su teoría sobre la sexualidad infantil, la sexualidad adulta es el resultado de un complejo proceso de desarrollo que comienza en la infancia, pasa por una serie de etapas ligadas a diferentes funciones y áreas corporales (oral, anal y genital), y se corresponde con distintas fases en la relación del niño con os adultos, especialmente con sus padres.

En este desarrollo es esencial el periodo, momento en el que el niño por primera vez es capaz de establecer un vinculo afectivo con su progenitor del sexo opuesto, semejante a la relación de un adulto con su pareja, con lo que el progenitor del mismo sexo es considerado un rival. Los conflictos que ocurren en las etapas iniciales del desarrollo no son menos significativos como influencia formativa, porque representan los prototipos iniciales de situaciones sociales tan básicas como la dependencia de otros o la relación con la autoridad.

Por ello, en estas primeras etapas de su desarrollo, ambién será básico en la formación de la personalidad del niño el comportamiento de los padres. Sin embargo, el hecho de que el niño reaccione no sólo ante la realidad objetiva, sino también ante la distorsión fantástica de la realidad, complica significativamente incluso los esfuerzos educativos mejor intencionados.

El ello, el yo y el superyó: El esfuerzo por clarificar el desconcertante número de observaciones interrelacionadas puestas a la luz por la exploración psicoanalitica, condujo al desarrollo de un modelo de estructura del sistema psíquico. Tres sistemas funcionales, o instancias, se distinguen en este modelo: l ello, el yo y el superyó. La primera funcionales, o instancias, se distinguen en este modelo: el ello, el yo y el superyó.

La primera instancia se refiere a las tendencias impulsivas (entre ellas, las sexuales y las agresivas) que parten del cuerpo y tienen que ver con el deseo en un sentido primario, contrarias a los frutos de la educación y la cultura. Estas pulsiones exigen su inmediata satisfacción, y son experimentadas de forma placentera por el individuo, pero desconocen el principio de realidad y se atienen sólo al principio del placer (egoísta, acrítico e irracional).

Cómo conseguir en el mundo real las condiciones de satisfacción de esas pulsiones básicas es tarea de la segunda instancia, el yo, que domina funciones como la percepción, el pensamiento y el control motor, para adaptarse a las condiciones exteriores reales del mundo social y objetivo. Para desempeñar esta función adaptativa, de conservación del individuo, el yo debe ser capaz de posponer la satisfacción de las pulsiones del ello que presionan para su inmediata satisfacción, con lo que se origina la primera tensión.

Para defenderse de las pulsiones inaceptables del ello, el yo desarrolla mecanismos psíquicos específicos llamados ecanismos de defensa. Los principales son: la represión — exclusión de las pulsiones de la conciencia, para arrojarlas a lo Inconsciente—, la proyección —proceso de adscribir a otros los deseos que no se quieren reconocer en uno mismo— y la formación reactiva —establecimiento de un patrón o pauta de conducta contraria a una fuerte necesidad inconsciente.

Tales mecanismos de defensa se disparan en cuanto la ansiedad señala el peligro de que las pulsiones inaceptables originales pued 30F ansiedad señala el peligro de que las pulsiones inaceptables originales puedan reaparecer en la conciencia. Una pulsión del ello llega a hacerse inadmisible, no sólo como resultado de una necesidad temporal de posponer su satisfacción hasta que las condiciones de la realidad sean más favorables, sino, sobre todo, debido a la prohibición que los otros (originalmente los padres) imponen al individuo.

El conjunto de estas demandas y prohibiciones constituye el contenido principal de la tercera instancia, el superyó, cuya función es controlar al yo según las pautas morales impuestas por los padres. Si las demandas del superyó no son atendidas, la persona se sentirá culpable, culpabilidad que también se manifiesta como ansiedad /o vergüenza. El superyó, es parcialmente inconsciente, debido a que tiene una fuerza semejante (aunque de signo opuesto) a la de las pulsiones, y puede dar lugar a sentimientos de culpa que no dependan de ninguna transgresión consciente.

El yo, Instancia mediadora entre las demandas del ello, las exigencias del superyó y el mundo exterior, puede no tener el poder suficiente para reconciliar estas fuerzas en conflicto. Es más, el yo puede coartarse en su desarrollo al ser atrapado en sus primeros conflictos, denominados fijaciones o complejos, pudiendo volverse hacia modos de funcionamiento primarios en el desarrollo psíquico y acia modos de satisfacción infantiles.

Ansiedad: Piedra angular de la teoría y la práctica del psicoanálisis moderno es el concepto de ansiedad, un tipo de experiencia que implica una reacción contra ciertas situaciones peligrosas. Estas situaciones de peligro son el miedo a ser abandonado, a perder el obje situaciones peligrosas. Estas situaciones de peligro son el miedo a ser abandonado, a perder el objeto amado, el miedo a la venganza y al castigo, y la posibilidad de castigo por parte del superyó.

En consecuencia, los síntomas, los desórdenes de la personalidad y de los deseos, así como la propia sublimación de as pulsiones, representan compromisos, diferentes formas de adaptación que el yo intenta desarrollar con mayor o menor éxito, para reconciliar las diferentes fuerzas mentales en conflicto. En su análisis del desarrollo individual, Adler subrayó el papel de los sentimientos de inferioridad, más que el papel de las pulsiones sexuales, como la motivación básica subyacente a la conducta humana.

Para Adler, los sentimientos de inferioridad consciente o inconsciente —que denominó complejos de inferioridad’ combinados con mecanismos compensatorios de defensa, eran las causas básicas de su carácter psicopatológico. La función del psicoanalista, en consecuencia, seria descubrir y racionalizar tales sentimientos, para terminar con la voluntad de poder compensatoria y neurótica (y por tanto dolorosa) que engendran en el paciente. Fundador del sistema holístico de la psicología Individual, para entender a cada persona como una totalidad integrada dentro de un sistema social.

Eternamente enfrascado en la polémica sobre la validez o la utilidad de sus investigaciones, continuó escribiendo, su última obra, introducción al psicoanálisis (1940), comienza con una advertencia directa a los críticos: «las enseñanzas del psicoanálisis e basan en un número incalculable de observaciones y experiencias, y solo quien haya realizado una y otra vez dichas observa incalculable de observaciones y experiencias, y solo quien haya realizado una y otra vez dichas observaciones en sí mismo y en otros podrá emitir un juicio apropiado en torno al psicoanálisis» Los últimos años de Freud fueron difíciles.

A partir de 1 923 su salud declinó cada vez más, pues padecía cáncer en la boca y en las mandíbulas. Sufría dolores casi continuos y fue sometido a 33 operaciones para contener el avance de los tumores. Cuando en 1938 los alemanes invadieron Austria y amenazaron a Anna, su ija, Freud huyó a Londres, donde muró un año después. Determinismo psíquico: Freud afirmaba que nada ocurre al azar, regla a la que, tampoco se sustraían los procesos mentales. Cada pensamiento, sensación recuerdo acto tiene una o varias cosas.

El consciente: representa sólo una pequeña fracción de la mente, pues sólo comprende lo que percibimos en el momento. El inconsciente: cuando un pensamiento o sentimiento consciente no parece guardar relación con los sentimientos y sentimientos que le preceden, hay conexiones reales pero inconscientes. Dentro del inconsciente hay elementos instintivos que nunca han ido consciente y a los que la conciencia nunca podrá acceder. El preconsiente: este forma parte del inconsciente, aun cuando se trate de una parte que fácilmente puede tornarse consciente. Pulsiones: el término pulsión se traduce como instinto.

Las pulsiones son presiones para actuar, sin que mida una intención consciente una fuente, un fin, una intensidad, un objeto. Describ(a las pulsiones de 2 maneras: Las fuerzas sexuales Las fuerzas agresivas o destructivas El libido: es la energía del que disponen las pulsiones de vida. Su producc destructivas El libido: es la energía del que disponen las pulsiones de vida. Su producción, incremento o disminución, su distribución y su desplazamiento deben de representar ocasiones inmejorables para explicar los fenómenos psicosexuales observados. La energía agresiva: o pulsión de muerte, carece de un nombre especial.

Se le han atribuido las mismas propiedades generales de la libido, aunque Freud nunca fue específico en este sentido. La catexia: es el proceso mediante el cual la energía libidinal de la psique se vincula o se invierte en una persona, una idea o una cosa. El ello: es el núcleo original de la cuál se derivan todos los demás aspectos de la personalidad. Posee una naturaleza biológica y hace las veces de reserva de energía para todas las áreas de la personalidad aún cuando las otras partes de la conciencia se originan en el ello, éste es primitivo y desorganizado. las leyes lógicas del pensamiento no se aplican al ello». El ello no sufre ninguna modificación a medida que la persona crece y madura: la experiencia no ejerce ninguna influencia debido a que este estrato de la mente no tiene contacto con el mundo exterior. Sus cometidos consisten en reducir la tensión, incrementar el placer y minimizar el dolor. El ello cumple con estas funciones a través e los actos reflejos (reacciones automáticas como estornudar o parpadear) y los procesos psíquicos de las otras partes de la mente.

El yo: es la parte de la psique que mantiene contacto con la realidad externa. Tiene por origen el ello, cuando el niño adquiere conciencia de su propia identidad, con el fin de ejecutar y moderar sus exigencias constantes. Para conseguir esto, el y 7 OF con el fin de ejecutar y moderar sus exigencias constantes. Para conseguir esto, el yo, a semejanza de la corteza de un árbol, protege al ello pero también le sustrae energía. Freud postuló ue el yo cumple varias funciones en relación con los mundos exterior e interior, cuyas exigencias se esfuerza para satisfacer.

El yo persigue el placer e intenta evitar o reducir al mínimo el dolor. Así, el ello responde a las necesidades, mientras que el yo es sensible a las oportunidades. El superyó: esta última parte de la estructura de la personalidad no surge del ello, si no del yo. El superyó hace las veces de juez o censor de las actividades y reflexiones del yo. Tratase del depositario de los códigos morales, de las normas de conducta y de las construcciones que conforman las Inhibiciones de la ersonalidad.

Son 3 las funciones que, según Freud, realiza el superyó: la conciencia, la auto-observación y la formación de ideales. Como conciencia, el superyó se dedica a limitar, prohibir o juzgar la actividad consciente, aunque también puede intervenir de manera inconsciente. Las restricciones inconscientes son indirectas, pues se manifiestas como compulsiones o prohibiciones. «el sujeto de estas limitaciones[… ] se comporta como si estuviera dominado por un sentido de culpa del cual no se sabe nada» El superyó desarrolla, elabora y mantiene el código moral de la personal.

Etapas del desarrollo psicosexual Etapa oral (de 0 18 meses) Primera etapa del desarrollo psicosexual, en la cual las sensaciones eróticas del niño se concentra principalmente en al boca, en los labios, la lengua y, algo más tarde, los dientes, en la cual se procura placer oral mascando 80F labios, la lengua y, algo más tarde, los dientes, en la cual se procura placer oral mascando y mordiendo. Durante la lactancia, el bebé también es acariciado, arrullado y abrazado.

En opinión de Freud, los niños que reciben demasiada gratificación oral se convierten en adultos demasiado optimistas y dependientes; os que reciben muy poca llegan a ser adultos pesimistas y hostiles. La fijación en esta etapa está ligada a características de la personalidad como inseguridad, credulidad, sarcasmo y tendencia a discutir. Etapa anal (de 2 – 4 años) Aquí las sensaciones eróticas del niño se centra en el ano y en la eliminación. Justo cuando el niño empieza a obtener placer conteniendo y expulsando las heces, los niños aprenden a controlar el esfínter y la vejiga.

Según Freud, si los padres son demasiado estrictos en éste entrenamiento, algunos niños hacen berrinches y pueden convertirse en adultos destructivos. Otros se vuelven obstinados, tacaños y exageradamente ordenados. Etapa fálica (después de los 3 años) Tercera etapa del desarrollo psicosexual, en la cual las sensaciones eróticas se centran en los pórganos genitales. Ya que se trata de un periodo en que el niño adquiere conciencia ya sea de tener un pene o de no tenerlo. Por ende, es la primera etapa en la que el niño toma conciencia de las diferencias sexuales.

Dentro de la etapa fálica se manifiestan 2 tipos de complejos en la que el nfio adquiere: Complejo de Edipo: los niños adquieren un fuerte apego con el progenitor del sexo opuesto, al mismo tiempo que siente elos del progenitor de su mismo sexo. Para Freud, los niños reaccionan a la presencia de los padres como amenazas potenciales contra la sexo. Para Freud, los niños reaccionan a la presencia de los padres como amenazas potenciales contra la satisfacción de sus deseos. Freud denominó a éste conflicto «complejo de Edipo», en referencia al héroe trágico de las obras del dramaturgo griego sófocles.

Según la versión más popular del mito, Edipo mata a su padre y más tarde se casa con su madre (sin saber que ambos eran sus padre). Cuando al final se sabe a quién mató, y con quién se casó, Edipo e castiga arrancándose los ojos. Freud creía que todos los niños varones reproducen interiormente este drama, es decir, desean poseer a la madre y, para alcanzar éste objetivo, deben matar al padre Complejo de Electra: las mujeres pasan por el correspondiente complejo de Electra, sienten un amor posesivo por su padre y celos de su madre.

Con el tiempo la mayoría de los niños resuelven estos conflictos y terminan identificándose con el progenitor de su mismo sexo. Sin embargo, Freud afirmaba que la fijación en esta etapa origina la vanidad y egoismo en la vida adulta: los varones se jactan e sus hazañas sexuales y tratan a la mujer con deprecio: las mujeres se vuelven coquetas y promiscuas. La fijación fálica puede originar sentimiento de baja autoestima, timidez e inutilidad.

Durante este periodo, que comienza hacia los 5 0 6 años y se prolonga hasta los 12 0 13 años, los varones juegan con niños y las mujeres con niña; ninguno de los 2 sexos se interesa mucho en el otro. Etapa genital En la teoría freudiana del desarrollo de la personalidad, fase final del desarrollo psicosexual normal del adulto que suele caracterizarse por una sexualidad madura. Ocurre con el inicio de la pubertad y en ella 0 DF 16