Prerrafaelitas 2

El medievalismo victoriano hoy. Prerrafaelismo y John William Waterhouse en ‘El señor de los anillos’ Alma Obregón Fernández* Universidad Complutense de Madrid Resumen: Los prerrafaelistas y sus contemporáneos han llegado hasta nuestros días por muchos canales, siendo la muestra más evidente su influencia en el cine, medio artístico por excelencia del s.

Yd, donde se comprueba que las a ortaciones del medievalismo prerrafaelista y del esteticismo no han SI remitirnos a películas contrario, 4 Svipe nextp r esta idea no vamos cidas, sino todo lo pues nos centraremos en una de las superproducciones más eñaladas de la última década, en la que precisamente se materializan de forma evidente los frutos del prerrafaelismo y el esteticismo y, más en concreto, de la obra de John William Waterhouse.

Así, a partir del análisis del diseño de producción y, más en concreto, de los vestuarios femeninos de la trilogía de El Señor de los Anillos de Peter Jackson, valoraremos en qué medida la visión del Medievo que nos legaron los pintores británicos de la segunda mitad del s. XIX se ha convertido hoy en la forma paradigmática «La no herencia de los prerrafaelistas» [1]. En él se roclama la muerte de las aportaciones de los prerrafaelistas tras el triunfo de las vanguardias en el s. XX.

Es innegable que, durante décadas, la Hermandad Prerrafaelista y, por extensión, sus contemporáneos y aquellos que se enmarcaron en su estela se han mantenido olvidados por los comisarios de exposiciones. También es cierto que, en general, los historiadores del arte la han ignorado y minusvalorado durante largo tiempo pero, aún as[, promulgar la infertilidad de una propuesta estética semejante seguiría siendo discutible. Lo cierto es que los prerrafaelistas y sus contemporáneos han llegado hasta nuestros días por muchos anales, siendo la muestra más evidente su influencia en el cine, medio artístico por excelencia del s.

XX, donde se comprueba que las aportaciones del medievalismo prerrafaelista y del esteticismo no han sido estériles. para apoyar esta idea no vamos a remitirnos a películas minoritarias o desconocidas, sino todo lo contrario, pues nos centraremos en una de las superproducciones más señaladas de la última década, en la que precisamente se materializan de forma evidente los frutos del prerrafaelismo y el esteticismo y, más en concreto, de la obra de John William Waterhouse.

Así, a partir el análisis del diseño de producción y, más en concreto, de los vestuarios femeninos de la trilogía de El Señor de los Anillos de Peter Jackson, valoraremos en qué medi 2 4 la visión del Medievo que s pintores británicos de la mitad del s. XIX se ha convertido hoy en la forma paradigmática desde la que el cine aborda no sólo esta época, sino también todos aquellos contextos que remiten a un momento ideal pasado.

La visión prerrafaelista del Medievo y el Gothic Revival inglés. Pero hemos de aclarar primero las claves de la visión idealizada del Medievo que popularizan los prerrafaelistas, sus contemporáneos y seguidores. El contexto de esta visión no es superfluo: nos encontramos en pleno revival gótico en Inglaterra, que se había iniciado en la década de 1740, cobrando la máxima intensidad en el siglo XIX.

Las causas de este entusiasmo por la Edad Media son diversas, como el miedo que suscitaban la industrialización [2], las revoluciones y el racionalismo, a lo que se une a la necesidad de recuperar un pasado glorioso A todo esto se vincula estrechamente una admiración por la caballerosidad que pone de moda el código de conducta supuestamente seguido por los caballeros medievales, con valores como la alent[a, la honestidad, la lealtad, el compromiso, la cortes[a, la autenticidad, etc. 4] Sin duda, los victorianos contemplan el Medievo con una mirada idealizante y, poco a poco, el heroísmo, los caballeros con sus armaduras, los cruzados, la galantería, etc. comenzaron a verse reflejados en poemas, libros de historia, 4 decoración interior, escult ndo incluso al renacer de entusiasmo por el Medievo impulsó un interés por el gótico que se plasmó en todas las artes. La estética alentada por los anticuarios y decoradores, que rememoraban este periodo de la Edad Media por medio de los uebles, se reflejó en la arquitectura y, durante la segunda mitad de siglo y el comienzo del s.

XIX, se construyeron numerosos castillos (Inveraray Castle, 1746; Fonthill Abbey, 1800) y se restauraron otros tantos (Arbury Hall, 1753). El impacto en la literatura del momento se plasmó en las novelas «góticas», que nacen con The Mysteries of IJdolpho (Los misterios de IJdolfo, 1794) de Ann Radcl’ffe y que se basan en argumentos oscuros y terroríficos, desarrollados en castillos en runas y monasterios medievales de lugares remotos. El interés por lo gótico también llegó a escuelas y universidades, fomentando el estudio de la rquitectura [5] de la Edad Media y el de la literatura medieval. 6] En este revival se recupera una leyenda, la del Rey Arturo, que se convierte en germen de innumerables temáticas para los prerrafaelistas y sus contemporáneos. Este ciclo legendario se recupera, en primer lugar, con las reediciones de Le Morte D’Arthur de Thomas Malory (las editadas por Alexander Chalmers [7] y Wilks [8] a partir de la versión de Stansby, y la de Robert Southey [9] de 181 7, la primera que parte del texto original impreso por Caxton), pero sobre todo mediante las obras de Tennyson [10].

Chaucer y os autores que se ven 4 afectados por esa medieval [1 1] y su utilización como temática por prerrafaelistas y contemporáneos será constante. En este contexto nace la Hermandad Prerrafaelita (The Pre- Raphaelite Brotherhood, también conocida por PRB) creada en 1848 por una serie de estudiantes de la Royal Academy que rechazaban la tendencia generalizada en el arte de la academia y abogaban por un regreso a los ideales del arte primitivo italiano. El objetivo de su renovación estética se plasmaba en su denominación: liberarse de Rafael y de los cánones estéticos que de su obra se habían extraído e impuesto.

Los iete miembros fundadores fueron: William Holmant Hunt (1827-1910), Dante Gabriel Rossetti (1828-1882), John Everett Millajs (1829-1896), James Collinson (1825-1881), Frederick George Stephens (1828-1907), William Michael Rossetti (1829-1907) y el único escultor del grupo, Thomas Woolner (1825-1892). A las pautas estéticas que perseguían se añade otra de las características fundamentales de la PRB, trascendental para este trabajo: el interés por los temas literarios, sobre todo aquellos procedentes de la Edad Media, partiendo de fuentes directas o reinterpretaciones de sus contemporáneos.

La fascinación por el Medievo se plasmó no sólo en la búsqueda de leyendas de esa época que sirvieran como inspiración, sino también en un constante interés por los manuscritos iluminados [1 2], de los que el British Museum poseía bel lares, y les llevó a recurrir a estudios como mayor rigor histórico en lo referente a los vestuarios. [13] John William Waterhouse Es a partir de este germen, y principalmente de las creaciones de Rossetti y su discípulo Burne-Jones, de donde surgen muchas de las pautas de esa visión idealizada del Medievo que promueven los prerrafaelistas y que recoge John William Waterhouse.

En concreto, este último parte de una pintura de inspiración neoclásica para posteriormente, concretamente a partir de 1888 [14], encarnar la que es actualmente considerada por algunos historiadores del arte [1 5] como la tercera generación de Prerrafaelistas. Alejado del estilo estrictamente prerrafaelista [16], que la mayoría de sus miembros fundacionales también habían ido abandonando, recoge el espíritu de fascinación por las épocas pasadas, la temática y la intensidad emocional que ya Burne-Jones estaba abordando.

A grandes rasgos, en aquellas de sus obras que se vinculan a las temáticas prerrafaelistas, Waterhouse establece una estética en la que se mantiene la influencia del neoclasicismo francés (en lo referente a la técnica pictórica), mientras que espiritualmente y temáticamente es fuertemente prerrafaelista. En estas obras, nos presenta a damas jóvenes con largos cabellos rubios o pelirrojos sueltos, en ocasiones con una sencilla diadema o corona, siendo todas ellas personaies ext as literarias: como la Dama Sans Mercl (del poema de Keats).

Aparecen siempre portando un vestuario que emula la época medieval (si bien no existe ya el ansia de rigurosidad que perseguía Rossetti, por ejemplo), con nspiración celta y en un escenario cargado de nostalgia e idealización de la Edad Media. John William Waterhouse en «El Señor de los Anillos» Teniendo esto en cuenta, es el momento de centrarnos en la influencia de sus creaciones en el diseño de producción de El Señor de los Anillos. Empecemos con la primera obra que se enmarca en esta línea «prerrafaelista» de Waterhouse: The Lady of Shallot (1888, óleo sobre lienzo, 153 x 200 cm. Tate Britain, London).

Podemos ver en la figura 1 la influencia de la Dama de Shallot en la forma en que se nos presenta a Eowyn en la segunda parte de la trilogía inematográfica «Las dos torres». No se aleja tampoco, sin embargo, de la descripción de Tolkien en la obra original: Tenia un rostro muy hermoso y largos cabellos que parecían un rio dorado. Alta y esbelta era ella en la túnica blanca ceñida de plata [17] Figura 1. Comparación entre The Lady of Shallot (1888, John William Waterhouse, óleo sobre lienzo, 153 x 200 cm. Tate Britain, London) y un fotograma de The Lord of The Rings, The Two Tower (2002). ue la Dama de Shallot hubiera abandonado el cuadro para introducirse en el filme de Peter Jackson. Pero no sólo se hace patente una influencia a nivel de diseño de estuarios, sino que ese espiritu que hemos mencionado, de nostalgia de épocas pasadas, de fascinación por aquellos tiempos que ya acabaron influye en todo el diseño de producción. Fijémonos a continuación en el diseño de producción de la figura 2: destrozada por el encuentro con Lengua de Serpiente y por cómo éste ejerce una gran influencia sobre su padre, Eowyn sale a las puertas del castillo, donde el viento arranca la bandera que sale volando hacia el horizonte.

Figura 2: Fotograma de The Lord of The Rings, The Two Towers (2002). La indefensión de la dama ante el destino, encarnado en las uerzas de la naturaleza, aparece reflejada en el film de una forma muy semejante a la utilizada por John William Waterhouse en su interpretación del tema de Miranda, protagonista de La Tempestad de Shakespeare (Miranda – The Tempest, 191 6 óleo sobre lienzo, 100. 4 x 137. 8 cm. Colección privada), que contempla la tormenta conjurada por Próspero para acabar con el barco de su hermano.

Figura 3: Comparación entre Miranda – The Tempest (John William Waterhouse, 1 91 6 óleo sobre lienzo, 100. 4 x 137. 8 cm. colección priva sentimientos y emociones que transmite tal y como es construida n el filme a partir de la novela. Y con ella, las situaciones en las que se le representa en el film emulan una y otra vez la visión del Medievo que se construyó a finales del s. XIX. Figura 4: Comparación entre Tristram and Isolde (John William Waterhouse, 1 91 6, óleo sobre lienzo, 107. 5 x 81. 5 cm.

Colección privada) y un fotograma de The Lord of The Rings, The Two Pero no sólo Waterhouse se hace presente en esta trilog[a. Los personajes de las creaciones del ya mencionado Edward Burne-Jones parecen poblar la pantalla cuando aparece Rivendel y los elfos (ver figs. 5 y 6). Las figuras estilizadas (creadas así por Burne-]ones para emular los tapices góticos) con sus blancas túnicas de corte medieval, sus largos cabellos, su vinculación estrecha con la naturaleza, todo ello aparece reflejado en Rivendel y sus pobladores.

Figura 5: Comparación entre The Rings, The Return ofthe King (2003) y el tapiz diseñado en 1890 por BurneJones The Arming and Departure of the Knights (The Holy Grail Tapestries. Creados por la Morris & C ha diseñado la producción de El Señor de los Anillos. Todo lo contrario. La potencia de esta propuesta estética generada por eterminados pintores británicos de la segunda mitad del s.

XIX se comprueba cuando vemos que es punto de referencia clave en aquellos filmes fantásticos que evocan mundos imaginarios y que se nos presentan la mayoría de las veces como un Medievo idealizado. Hoy, esta visión que en su día configuraron los prerrafaelistas y sus contemporáneos forma parte de nuestro imaginario colectivo y se ha consolidado, en el cine, como vision fundamental de aquellas épocas pasadas gloriosas y legendarias: de la Tierra Media de El Señor de los Anillos, del Narnia de Las Crónicas de Narnia, del mundo de Legend, de Terramar, etc.

Por poner algunos ejemplos visuales de esta evidente influencia, comenzamos con una imagen de Legend (Ridley Scott, 1 985), en la que mediante el personaje de Lily se evoca de forma clara la estética establecida por los prerrafaelistas. Figura 7: Comparación entre Ofelia (1852, Sir John Everett Millais. óleo sobre lienzo, Tate Britain, London) y un fotograma de Legend (1985). Más evidente aún es la influencia de John William Waterhouse en el vestuario del reciente film Las Crónicas de Narnia (The Chronicles of Narnia: The Lion, the Witch 0 DF and the Wardrobe, Andre