politica y poder la construccion polc3adtica de la realidad ensayo

CIENCIA POLÍTICA Ensayo POLITICA Y PODER La construcción política de la realidad Manuel Luis Rodríguez U. , 2011 -2- Indice: PROLOGO. INTRODUCCION GEN or269 to View nut*ge LA CONSTRUCCION POLITICA DE LA REALIDAD: EL PODER DE LAS IDEAS. LA CONSTRUCCION POLITICA DE LA REALIDAD: LAS DIMENSIONES INSTITUCIONALES Y ESTRUCTURALES. LA CONSTRUCCION POLITICA DE LA REALIDAD: LOS época.

El cambio fundamental que caracteriza a la sociedad contemporánea es el de una profunda y prolongada transición desde una sociedad basada en el trabajo físico, el consumo de la energía no-renovable y una cultura radicional, a una sociedad basada en el conocimiento, la información y la cultura moderna y post-moderna. Una de las dimensiones que más cambios está experimentando como efecto de esta transformación profunda de la sociedad, es la del campo de la Poltica y del poder.

Allí donde los individuos, los grupos, los movimientos, la sociedad civil, los partidos y las instituciones del Estado convergen, para resolver sus demandas, para concertar las normas que regirán el sistema de gobierno, allí los cambios que provienen de la esfera económica y cultural, están ocasionando disfunciones susceptibles de alterar todo el orden olítico. En síntesis, existe un orden político inherente a toda sociedad humana históricamente determinada, y se forma en torno a él una dimensión cada vez más compleja de organizaciones e instituciones, de fuerzas y de procesos dinámicos, de interacciones y fuerzas.

Existe una construcción política de la realidad, así como existe una construcción social, cultural o económica de la vida hum politica de ver la realidad, de comprenderla y de insertarse en ella, del mismo modo como la Política y quienes la realizan construyen realidades (materiales e inmateriales o simbólicas) ue contribuyen a enriquecer el quehacer social y el desarrollo de la sociedad. 4- Así como las personas aprehenden la vida social y cotldiana como una realidad ordenada, del mismo modo, el actor individual (persona, sujeto, ciudadano) percibe la realidad social como algo independiente de su propio conocimiento, de modo que cada individuo se forma una idea de la Política y lo político, como una realidad exterior a cada uno. Lo polltico se nos presenta entonces, como facticidad objetiva y como significado subjetivo. Esta dimensión política de la sociedad, sin embargo, está en crisis.

Como se examina a continuación, podemos hablar de una crisis de la Ciencia Política tradicional como lectura de los fenómenos politicos, y además, una crisis de la actividad politica misma. La crisis de las lecturas tradicionales de la Ciencia Poltica. El paradigma tradicional d e la Ciencia que la estudia, está revolucionario o del desarrollismo, la Ciencia Política enfocaba hasta hoy la problemática social y política, a partir de una lectura fuertemente dual o polarizada de los sistemas de poder y dominación.

La Ciencia Política moderna ha oscilado sucesivamente, entre la escuela ontextualista (que veía la política como subordinada a fuerzas exógenas), como el enfoque reduccionista (que veía la poltica y sus instituciones como determinando el quehacer individual), o la visión utilitaria (que reducía la poltica a una acclón gobernada por decisiones calculadas), o el enfoque instrumental (que otorgaba prioridad a los resultados de la acción), o la escuela funcionalista (que aseguraba la eficiencia de la historia).

En cualquiera de estos enfoques, la Ciencia Política moderna ha intentado entender el fenómeno político como una realidad totalizadora al interior de a sociedad y la cultura, desde la esfera de la teorización y de las elaboraciones ideológicas, hasta las dimensiones prácticas y operacionales del ejercicio del poder. Hoy es necesario reconocer que uno de los impactos más profundos de la modernidad y de la postmodernidad sobre sobre los paradigmas que la explica, es la de una realidad fragmentada y desestructurada. 5- _6- lectura tradicional y totalizante anterior, la Ciencia Política además tendía a entender el cambio social y los procesos políticos de cambio, como coyunturas lineales, fluidas y de ruptura, cuyo contenido esencial era el aso irreversible y pre-concebido desde una formación social a otra. Se trataba entonces, de una forma de determinismo empírico e histórico, segun el cual o las leyes del mercado, o ciertas clases sociales serian portadores de una vocación y una voluntad de cambio, fuertemente condicionada por la trayectoria estructural y la tendencia profunda de los acontecimientos históricos.

Está además, el problema del discurso político, o sea de la retórica y el de su doble relación: con la Ciencia Política por un lado, y con la realidad por el otro, tema que se somete aquí a un análisis comunicacional también realista crítico. Modernidad, política y realismo: la política frente al paradigma de la modernidad. En una perspectiva macro-social, la problemática de la modernidad en tanto paradigma y en tanto modo de organización de la sociedad y la cultura, se encuentra en el centro del debate intelectual que hoy tiene lugar.

Mientras hay quienes hablan de una crisis de la Política moderna, otros enfatizan un cuestionamiento al propio oderno de la Poltica, lo elite profesional, y que propone la racionalidad burocrática y territorial para la organización del Estado, se sustenta en la soberanía de la nación y en la primacia e la Ley Y el Derecho, y postula el desarrollo de la conciencia libre y activa de cada ciudadano, de manera de producir una condición ciudadana involucrada y comprometida con la vida política.

Con la modernidad, el Estado (en cualquiera de sus formas, modelos y regímenes) tiende gradualmente a sustltuirse y a sustituir a la Nación, en nombre de la eficiencia burocrática y centralizada, y de un poder político piramidal que distribuye —o intenta distribuir- beneficios y sanciones. 6- Esta misma tendencia, conduce a hacer de la actividad política y partidaria un negocio cada vez más mediatizado, una arena nstitucionalizada de confrontaciones virtuales y de acuerdos reales, un juego comunicacional de imágenes superpuestas y de retóricas «light», que se alejan de la vida real y de las preocupaciones cotidianas de los ciudadanos. Bajo el paradigma de la modernidad, y dentro de la estructura socio-política de la Nación-Estado, que asgos característicos, lo que sucede paradójicos y contradictorios de una construcción política que termina por erigirse por encima de los sujetos a los que pretende representar.

El surgimiento y expansión continua de un aparato estatal moderno y burocratizado, no es una constatación que pueden rrogarse los ideólogos conservadores o liberales, sino que es un fenómeno histórico objetivo, resultante precisamente de la propia formación del Estado-Nación, de la incorporación de criterios de eficiencia, racionalidad y rentabilidad en la gestión pública.

La racionalidad moderna en la Política, tiende a producir una separaclon, una alienación del ser humano-ciudadano respecto del poder y del Estado, en la medida en que éste se arroga la totalidad de la función politica, y en la que ésta se profesionaliza en manos de una elite especializada y tecnocrática.

El ciudadano común no solamente se desapega de la función pública, porque su opinión no informada importa sólo en cuanto «demandas y aspiraciones», sino que es invitado cada cierto tiempo a dar su opinión política, dejando el resto del tiempo a la política y al poder politico, en manos de los funcionarios, los gobernantes y los expertos.

Con la modernidad, la política se desgaja en dos tiempos y en dos esferas: por un lado, el tiempo de «hacer política» en que los ciudadanos sometidos al imperio de las comuni a sus rategias políticas- eligen retóricas y ceremoniales- gobierna desde el Estado, y la «sociedad ivil» que -sumergida en el trabajo y la producción- parece permanecer fuera del Estado. Desde el punto de vista de la credibilidad pública, es necesario reconocer que en la Política moderna, el ciudadano comienza creyendo y termina no creyendo. 8- De este modo, la crisis intelectual de la modernidad política se pone de manifiesto, cuando la apat[a ciudadana se extiende en los sistemas políticos, cuando los ciudadanos se des-solidarizan de la cosa pública y de la organización social, cuando los lazos de cohesión comunitaria son reemplazados por la mercantilización clientelística de las relaciones olíticas, cuando se abre la brecha social y cultural entre la ciudadanía atomizada y la clase política y gobernante, cuando el discurso político se separa de la realidad y deviene ininteligible para los ciudadanos: podría afirmarse que la modernidad aliena a la polítlca de los ciudadanos. (2) La razón poltica moderna parece enfrentarse así a su propio discurso, a su propia retórica: la partici llegar que propugna, no puede hunde ante el azar y las pasiones; en nombre de la diosa Libertad, del dios Estado, del dios partido o del dios pueblo, se Instalan las dictaduras más opresivas, se cometen las eores atrocidades y se perpetran los peores crímenes e impunidades.

De este modo, la crisis de los paradigmas de la Ciencia Política, hace referencia, sin agotarse en ella, a la crisis misma de la política. Un aspecto relevante de la crisis en cuestión, es el debilitamiento universo ideológico-linguístico de la política -en cuanto lectura de realidad y práctica social- ahora invadido por los lenguajes y códigos de la Estrategia, de las ciencias de la Comunicación, de la Psicología, de Administración, de la Cibernética.. A medida que asistimos a una hora en la que los «grandes relatos» arecen desacreditados, la forma epopéyica y épica de la política y de la Ciencia que la estudia, crea una barrera epistemológica casi insalvable para referirse a la contemporaneidad e incluso a la cotidianeidad.

Una contemporaneidad que, por lo demás, abjura de las tradiciones, que duda de sí misma, que se burla de la politica y sus rituales ceremoniales, de sus valores y estructuras estereotipadas; y una cotidianeidad que se escapa entre los dedos de una Política referida y centrada en instituciones, normas, problemáticas compleias, juegos de pod virtuales. cargados de ideología. *) La crisis moderna del fenómeno político. La Poltica, como práctica social y como universo simbólico, ha entrado en crisis, como una de las consecuencias de los múltiples impactos provenientes de la modernizacion. La percepción ciudadana respecto de la poltica está cada vez más degradada y deslegitimada, y este es un fenómeno que trasciende las fronteras nacionales para abarcar el conjunto de la sociedad y los sistemas polticos contemporáneos.

Por lo tanto, la afirmación de que la Política, los partidos y la clase poltica han entrado en una prolongada crisis egitlmldad y credibilidad en la sociedad actual, no es básicamente «argumento ideológico sesgado» -aunque pueda serlo en boca de ciertos politicos detractores de sus demás adversarios- sino que es un tópico respaldado por un cúmulo creciente de indicadores, entre los cuales las encuestas de opinión pública no son más que un factor. La poltica tradlcional se ha hecho no creble, ha perdido la centralidad de su atractivo anterior. La crisis de la Política es, a la vez, una crisis de la acción política, como una crisis de la percepción pú ella, es decir, de la