Nuse

Nuse gytranastaro ‘IORúpR 17, 2011 2 pagos Crecida en la oración y el silencio, sobre la boca de las arnas, la ya Villa de Luján tiene Cabildo propio hacia 1756. Será el primero en reconocer a la Junta de Mayo y tendrá partida de defunción a fines de 1821, por mano de don Bernardino Rivadavia, ministro de Martín Rodriguez, gobernador de Buenos Aires. precisamente un cabildante lugareño, Juan de Lezica y Torrezuri, curado de mal grave por gracia de la Virgen, levanta un Santuario en agradecimiento. Será el primero. A cal y canto. n 8 de diciembre de 1763 lo inaugura el pueblo que ayudó a levantarlo. Trece años más tarde -1776- se crea el último virreinato de América, el del Río de la Plata, a cuyo frente la corona designa al teniente general Pedro de Ceballos, buen soldado y caballero de Santiago. La «última llamarada de España en América». Viene con 100 barcos y 9000 hombres de tro a ara ordenar una estrategia Swp to page geopolítica frente al ora Al año siguiente Lujá ien Sv. çx to antes de luchar contr d padres, que se niega ellos lo golpea fieram según grafica un acta del Cabildo.

Tiene escuela y primer médico rentado. Y en lotea Inglaterra. la, con maestros que n hacerlo con los punto que uno de máquina humana», en poco dos abogados iniciales. Ambos recibidos en Charcas. Y americanos. Uno es José Francisco de Ugarteche, paraguayo, futuro diputado en las asambleas de 1813 y 1825. El otro, Julián de Leiva, vecino de Luján, quien como síndico del Ayuntamiento e Buenos Aires, el 25 de Mayo de 1810 tendrá una pregunta famosa y no menos evidente: «Dónde está el pueblo? . Santuario, posta, villa, paradero de Blandengues, defensa contra el salvaje, «poblao»en mitad del campo, Luján ve pasar de tanto en tanto las carretas salitreras, que vienen de las Salinas Grandes, proximidades de Bahía, rumbo a Buenos Aires. En 1806, con rumbo diferente, esta vez de Buenos Aires el norte, otras carretas traerán los caudales del Fuerte para salvarlos de la primera invasión Inglesa. Quedan deposltados en el Cabildo de la Villa.

En casa contigua se alberga Sobremonte, al parecer con intención de establecer la capital del Virreinato en Luján. El invasor llegó primero que las intenciones. El virrey se fue para Córdoba y el tesoro para Londres. Cuentan que un español afincado en Luján, Andrés de Migoya, alcanzó a manotear un cajón de metálico. Y agregan que con ese dinero levantó una casona, en la que ocho años luego se hospedará el general Belgrano al cabo de sus derrotas en Vilcapugio y Ayohuma.