Migracion en america latina

Migracion en america latina gy AMAX99g 2010 6 Evolución de la migración en América Latina y el Caribe La migración internacional ha constituido un aspecto esencial de la historia de América Latina. En los cinco siglos que han transcurrido desde la ocupación de los territorios por los reinos de España y de Portugal, es posible identificar cuatro grandes etapas en el proceso migratorio. La primera se inicia con la Conquista y finaliza con la Independencia y se caracteriza por la incorporación de población que venía de los territorios metropolitanos y de población africana en régimen de esclavitud.

La segunda, en la que los parses de América Latina y el Caribe y muy particularmente la región sur del continente, recibieron una parte de la gran corriente de emigración europea de la segunda mitad del siglo XIX y princi iOS del XX. La tercera fase transcurre desde 1930 hasta m fenómeno dominant stá _ población hacia las g des adquiere entonces u como complemento orfi m : la 1950 yen ella el imientos internos de ración internacional (erizo y funciona La cuarta fase se da en las últimas décadas del siglo XX, cuando el saldo migratorio pasa a ser sostenidamente negativo y la emigración hacia los

Estados Unidos y otros pa[ses desarrollados se convierte en el hecho dominante del panorama migratorio de la región. En la primera fase, la emigración originada en las ciudades principales formó parte de la colonización y de la expansión europea hacia los nuevos territorios. El traslado forzado de población africana fue la respuesta a la necesidad de incorporar trabajadores en condi Swlpe to vlew next page condiciones de esclavitud para asegurar laexplotación de productos coloniales.

En la segunda fase, la emigración europea formó parte del proceso de internacionalización económica de la última mitad el siglo XIX y las primeras décadas del XX. En esta etapa, que puede considerarse como la «primera globalización», la movilidad de capitales estuvo acompañada por la movilidad de la población. La existencia de extensos territorios con muy baja densidad demográfica (en América y Oceanía) que se encontraban en las fases iniciales de consolidación como naciones, condujo a iniciativas tendientes a atraer inmigrantes.

La escasez de población en estos territonos se complementaba con el crecimiento de la población europea, que atravesaba por las primeras etapas de la transición demográfica y que xperimentaba una fuerte de movilidad interna e internacional. En este periodo, el liberalismo dominante en las orientaciones de la política económica acompañó el principio de libertad de los desplazamientos de personas así como su incorporación a los nuevos estados nacionales.

Las colonias hispanoamericanas, una vez liberadas del dominio colonial, adoptaron el pnnclpio de libertad de ingreso a sus territorios y promulgaron leyes tendientes a promover el ingreso de inmigrantes. Aunque no en todos los casos estas legislaciones establecieron criterios restrictivos a determinados grupos, cuando se hablaba de nmigración se pensaba en migrantes provenientes de Europa. Con la crisis de fines de la década de 1920 finaliza una etapa de apogeo del liberalismo económico y en este contexto tiene lugar un estancamiento de la migración internacional.

Muchos países adoptaron medidas orientadas a limitar el ingreso de inmigrantes. internacional. Muchos países adoptaron medidas orientadas a limitar el Ingreso de Inmigrantes. Estas leyes tenían un antecedente importante en las leyes de «cuotas» formuladas en los Estados Unidos a partir de 1920. Después de 1930, en varios países se aprobaron leyes marcadamente restrictivas los criterios de selección de inmigrantes correspondieron al resurgimiento de corrientes de pensamiento con orientación nacionalista y que conllevaron, en ciertos casos, un sustrato importante de xenofobia y racismo.

Por otra parte, las medidas de restricción en los países de recepción se complementaron con una retracción de la propensión migratoria en los países europeos. Los movimientos de emigración masiva se detienen, manteniéndose corrientes más pequeñas, fundamentalmente integradas por refugiados por persecuciones políticas o étnicas. En el período posterior la Segunda Guerra Mundial el continente americano recibe las últimas oleadas de inmigración, que se originan fundamentalmente en los países del Sur del continente europeo.

En la segunda mitad del siglo XX, la región latinoamericana fue escenario de cambios transcendentes desde el punto de vista económico y social, con implicaciones importantes en el plano demográfico. El pasaje de un modelo económico predominantemente agro-exportador a otro que implicaba poner en práctica un esquema económico de estímulo al crecimiento industrial, fue acompañado por el inicio de la transición demográfica. Los años que transcurren entre 1950 y 1975 fueron, para la mayoría de los países, de alto crecimiento económico, aunque en un marco de heterogeneidad de situaciones.

Argentina, Chile y Uruguay —que al principio del período se encontraban muy bien posicionados con 31_1f6 Uruguay —que al principio del período se encontraban muy bien posicionados con respecto al grado de industrialización y al ingreso per cápita— fueron los que menos crecieron durante esos años. Otros países, donde la transformación productlva era más reciente, como Brasil, Costa Rica, México y Venezuela, experimentaron crecimientos más elevados.

La transición demográfica experimentada algunas décadas antes en gran parte de los países latinoamericanos tuvo como consecuencia un extraordinario crecimiento de la población. Entre 1955 y 1965 el crecimiento promedio de la población latinoamericana alcanzó su máximo (alrededor de 3% anual). En valores absolutos, la población pasó de 165 millones en 1950 a 441 en 1990 (CEPAL-CELADE, 1993). Aun cuando las tasas de crecimiento demográfico se ubicaron entre las más altas del mundo, el producto bruto interno (PBI) per cápita se duplicó durante el período 1950-1978.

Aún así, el crecimiento el producto por habitante se situó por debajo del registrado en la mayoría de los países industrializados. 2 La region latinoamericana, que históricamente se ha destacado en el contexto internacional por la inequidad en la distribución del ingreso, mantuvo ese carácter durante el período. El crecimiento demográfico fue acompañado de una altísima movilización de la población desde las zonas rurales a las urbanas, en el contexto de un cambio social sin precedentes.

Las ciudades latinoamericanas crecieron con un ritmo intenso y varias de ellas se colocaron entre las más grandes del mundo. Esos cambios se manifestaron en todos los componentes de la dinámica demográfica: descenso de la fecundidad, aumento de la esperanza de vida, grandes movimientos de migración interna y cambio de signo en fecundidad, aumento de la esperanza de vida, grandes movimientos de migración interna y cambio de signo en la migración internacional.

La transformación del subcontinente, que deja de ser receptor de inmigración transatlántica y se convierte en expulsor de población hacia los países desarrollados, y muy especialmente hacia los Estados Unidos, marca una nueva etapa desde el punto de vista igratorio, que tendrá profundos efectos en la economía, la sociedad y la cultura de América Latina.

Los vestigios de región receptora de inmigrantes van perdiendo Slgniflcación y la reversión de las corrientes extracontinentales tradicionales se manifiesta en el descenso de los valores totales acumulados de inmigrantes europeos y asiáticos en los principales países receptores (Argentina, Venezuela y Brasil). En estos casos, la inmigración proveniente de otros países latinoamericanos no llega a compensar la reducción (debida a defunciones o a retornos), de los inmigrantes europeos o siáticos de las décadas anteriores.

Durante la década de 1970, los movimientos hacia fuera de la región se diversifican; si bien el destino principal son los Estados Unidos, también los países europeos, Canadá, Australia y Japón comienzan a recibir volúmenes significativos de inmigrantes latinoamericanos. La crisis política y el advenimiento de regímenes represivos en el sur del continente tuvo como consecuencia que algunos parses europeos abrieran sus puertas a refugiados políticos.

Al mismo tiempo comienza a extenderse el fenómeno del «retorno» de los descendientes de inmigrantes europeos de períodos anteriores, uienes pueden recuperar la ciudadanía de sus antepasados, una ventaja adicional importante para su integración en el vie sus antepasados, una ventaja adicional importante para su integración en el viejo continente. En los países del sur esto continúa teniendo influencia y también se ha manifestado —en los casos de Perú y Brasil— con los descendientes de japoneses que retornan a Japón.

La emigración desde América Latina y el Caribe hacia Canadá, aunque cuantitativamente mucho menor que la que se dirige a los Estados Unidos, ha tenido un crecimiento considerable en las ?ltimas tres décadas, en particular desde el Caribe anglófono. Parses como Jamaica, Trinidad y Tabago y Guyana realizaron acuerdos especiales que permitieron a Canadá contratar trabajadores de esos orígenes. or otra parte, la migración de exiliados haitianos al Canadá francés tiene tradición y a partir de este núcleo inicial se consolidó una comunidad que ha ido creciendo con el tiempo. En lo que tiene que ver con la emigración hacia Europa, la información presenta algunas dificultades para su interpretación, ya que las estadisticas oficiales suelen contener los datos sobre as personas en función de su ciudadanía y no de su lugar de nacimiento.

Dado que, una pañe importante de los Inmigrantes latinoamericanos en el viejo continente han recuperado la ciudadanía europea de sus antepasados que emigraron a América, su condición de latinoamericanos no aparece en el registro. De acuerdo a los datos reunidos por el Programa IMIL. «, alrededor del aho 2000 se estimaba (en una hipótesis mínima) que la población latinoamericana en Europa era de aproximadamente 1. 1 millón de personas, y que otro millón estaría distribuido entre Canadá, Israel, Japón y Australia (CEPAL 2002).