Manuales_Expresion Historigrafica

Napoleón Franceschi González Profesor Titular (J) de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador LOS MANUALES ESCOLARES PARA LA ENSEÑANZA DE LA HISTORIA UNA PECULIAR EXPRESIÓN DE LA HISTORIOGRAFÍA. Los manuales han sido cuestionados más por su abuso que por razones intrínsecas. Éstos, a pesar de sus limitaciones, son aprobados por el Estado y aceptados por los docentes. El sistema escolar venezolano y el de Japón y las naciones europeas es muy rígido. En contraste, el estadounidense es un sistema totalmente descentralizado. En Japón, a pesar de sus avances se censura los textos

Svipe nextp escolares, especialm OFSI los reunificados esta de Europa. Así se im e un escolar. UNESCO y la orga ación parecida viven ntigua URSS y otros para Consumo oamericanos han auspiciado investigaciones sobre la calidad de los textos escolares, especialmente, sobre la visión que cada pueblo tiene y transmite de sí mismo y de los otros. Entre los estudios sobre manuales, se destacan una compilación de Riekenbergy el de Loewen. Además, el análisis de una variedad de manuales de los siglos XIX y XX permite evaluar – con la ayuda de los especialistas – las tendencias generales que éstos an presentado hasta nuestros días.

Loewen analiza su propia realidad historiográfica a partir de una muestra de doce manuales para la enseñanza de la historia estadounidense. Según él, hay dos tipos de manuales: el tradicional y el de investigación. Del conjunto estudiado, diez son de tipo tradicional. Los dos d de carácter inquisitivo, que invitan a los usuarios a enfrentar el reto por si mismos no son los más vendidos y aceptados. Igualmente, en Venezuela, la mayoría de los manuales sigue ese patrón tradicional. Los pocos que han intentado romper esa modalidad no han tenido éxito.

Al respecto se ofrecen vanos testimonios del autor de esta ponencia. PALABRAS CLAVES: Catecismo, censura, centralizado, Currículo nacional, descentralizado, educación, Estado, historia, Historia patria, historiografía, identidad, manuales, Periodización histórica, tabú, Textos escolares, tradicional, Verdad oficial. LOS MANUALES ESCOLARES PARA LA ENSENANZA DE LA En anteriores reflexiones nuestras sobre los manuales o textos escolares señalábamos (1) que a estos se les ha cuestionado, más por el abuso que de ellos se hace, que por razones intrínsecas.

Se ha dicho que los textos presentan graves limitaciones: formación desactualizada, aridez intelectual, errores conceptuales y pobreza de estilo. No obstante sus fallas, estos son aprobados por el Ministerio de Educación y aceptados por los docentes que los recomie El muy centralizado sistem enezolano presenta – al uno de los distritos escolares tiene sus propias normas. Pudiera decirse que, en términos formales, no existe un «currículo nacional» impuesto por el Estado Federal a todo el país.

Paradójicamente, son más bien las grandes editoriales – a través de sus manuales las que ejercen evidente liderazgo intelectual sobre el sistema educativo norteamericano. Debe aclararse que en ese país, aunque existe una Secretaría de Educación que depende del gobierno Federal, ésta sólo es un organismo técnico que realiza estudios, plantea recomendaciones y ofrece algunos subsidios para programas específicos que ayudan a elevar la calidad de algunas escuelas, especialmente aquellas de áreas socialmente deprimidas.

En el caso de Japón, a pesar de sus grandes avances tecnológicos y de la democratización política y social lograda después de la Segunda Guerra Mundial, éste tiene todavía una fuerte censura oficial en materia de textos escolares, especialmente en los ibros de Historia que tienen que ceñirse a una «verdad oficial» establecida. Situación parecida tienen los antiguos estados alemanes ahora reunificados después de más de cuatro décadas de mutuo enfrentamiento; los estados de la antigua Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, los de la Europa oriental y en parte, también los de la Europa occidental.

En todos ellos, los profesores de Historia deben asumir la dura tarea de enseñar sobre un pasado que muchos quisieran olvidar, pero que los manuales deben enfrentar, dentro de las «camisas de fuerza» que los gobiernos mponen al discurso histórico o <> para consumo Afortunadamente existen esfuerzos internacionales auspiciados por organizaciones como UNES por organizaciones como UNESCO y la Organización de Estados Iberoamericanos para el estudio sistemático de esta problemática, sobre todo, la visión que cada pueblo tiene y transmite de si mismo y de los otros.

Es de destacar que la <>, auspiciada por los gobiernos de España y Portugal junto con los representantes de Iberoamérica, mantiene varios programas de integración cultural, producto de varias euniones internacionales que han abordado problemas como la elaboración de manuales escolares que contribuyan al esfuerzo integracionista de los pueblos iberoamericanos, su historia e identidad.

Destaquemos Algunos planteamientos o publicaciones sobre el tema: Evidencia de la Importancia del tema son los trabajos de Nikita Harwich Vallenilla, Margarita López Maya, Judith Alvarado Migeot, Jorge Bracho y Arístides Medina. Además se debe destacar la compilación realizada por Michael Riekenberg titulada <

Damas y en obras nuestras y en las de otros colegas, se hace una revisión de la historiografía venezolana del siglo XIX. (3) Igualmente, se estudia una muestra de los más conocidos manuales escolares, entre ellos, los de Feliciano Montenegro Colón, el «Catecismo» de R. M. Baralt y Manuel María Urbaneja, así como los manuales de Alejandro Peoli, Juan Esté, Felipe Tejera, Socorro González Guinán y Antonia Esteller.

Se debe aclarar que, si bien mencionamos la obra de Feliciano Montenegro, ello no significa que ésta fuese similar a los ot mencionamos la obra de Feliciano Montenegro, ello no significa ue ésta fuese similar a los otros manuales. Considerando su extensión y su nivel intelectual, fue más bien un texto de consulta adecuado para el nivel superior. Además, la obra tuvo muy mala acogida por razones ya conocidas.

Ese rechazo se repitió con otras obras y autores: Rafael María Baralt, Agustín Codazzi y Francisco Javier Yanes. Nikita Hannich Vallenilla en su ensayo sobre «Imaginario Colectivo» y los manuales del siglo XIX, originalmente publicado en el Boletín de la ANH y que posteriormente incorporó – junto con sus reflexiones sobre similar problemática en el siglo XX en otra bra antológica – (4) destaca la importancia de textos escolares como el de Alejandro Peoli, Juan Esté y el de Urbaneja y Baralt. 5) Es de notar que en dicho «catecismo» se destacaba la participación de ciertos héroes o individualidades en los acontecimientos referidos y se hacía evidente una apreciación negativa o despectiva de la participación del pueblo venezolano en el proceso polltico-militar de la independencia. En contraposición, se evidenciaba un juicio muy positivo sobre los principales representantes de las elites del país. En ese mismo ensayo se examinan los manuales escritos por Socorro González Guinán y Antonia Esteller Camacho.

Esta y otros escritores de manuales de historia tuvieron estrechos lazos con importantes magistrados, jefes militares y políticos del siglo XIX venezolano. Pudieron tener experiencias de primera mano que de alguna manera reflejaron en sus obras. El Manual de Historia de Venezuela de Felipe Tejera Rodríguez- sanz (1846-1924). Considerando su importancia, se le dedica mayor atención. Tejera Rodríguez-Sanz (1846-1924). Considerando su importancia, se le dedica mayor atención. Tuvo una amplia difusión desde 1875, aunque perdió el apoyo oficial or considerarse inadecuadas sus críticas a la política de «Guerra a Muerte».

Fue el texto más utilizado, especialmente en las instituciones educativas privadas hasta comienzos del El manual de Tejera (6) fue visto como un trabajo de calidad literaria que representaba una versión de la historia nacional venezolana alejada de ese estilo anti-espahol o hispano-fóbico que habían cultivado algunos autores. El manual de 216 páginas estaba dividido en dos unidades: la <>, la subdivide así: Del 5 de julio de 1811 (Independencia) hasta 1819 (Colombia); desde esa fecha hasta 1830, cuando se disolvió esa república en «tres nacionalidades soberanas»; desde 1830 a 1842 (traslado de los restos del Libertador); sigue desde esa echa hasta 1864 (República federal), y la época que corre hasta «nuestros días» (lógicamente los del autor).

A pesar de lo enunciado, el tratamiento de los años posteriores a 1842 se reduce a presentar un apretado balance del desarrollo de las letras nacionales, la música, la ciencia y el progreso general del país a través de sus principales repr nacionales, la música, la ciencia y el progreso general del pais a través de sus principales representantes. Antes de entrar a tratar el primer período histórico, el autor hace una síntesis de los principales aspectos «geográficos» de Venezuela.

En la parte propiamente histórica del texto el autor desarrolla los sucesivos capítulos numerando cada parágrafo, seguramente para facilitar la consulta o las preguntas del docente. El redactor del manual utilizó como fuentes (casi siempre de manera explícita) conocidas obras de historia como la de Feliciano Montenegro Colón; la de Rafael María Baralt (Resumen de la Historia de Venezuela); la Biografía de José Félix Ribas escrita por Juan Vicente González; la Vida de Simón Bolívar… del Dr. Felipe Larrazábal y la Historia Universal de César Cantú.

Incorpora demás, información proveniente de los documentos y periódicos de la época. Todos estos autores ejercieron gran influencia en el texto, especialmente Juan Vicente González en todo lo relacionado con el período más cruento de la Guerra de Independencia. Debemos recordar que fue González un duro crítico de la política de <

Este siempre se mantiene en los límites de un relato en riguroso orden cronológico lineal. El objetivo fundamental, especialmente en la segunda parte de la obra, es presentar la información sobre cada una de las campañas de la guerra de independencia, las notas sobresaliente 7 OF notas sobresalientes sobre algunos de sus cabecillas: Simón Bolívar, Miranda, Ribas, Mariño, Urdaneta, Arismendi, Páez, Sucre, Piar, Miguel José Sanz; y por supuesto, las noticias sobre los importantes acontecimientos políticos de esa época.

El tratamiento que da el autor a Miranda es muy comedido, unque le critica sus errores militares, solicita respeto y perdón para él, tomando en cuenta el martirio del venerable anciano. A Bolivar le dedica amplios comentarios biográficos, reseña toda su amplia carrera político-militar, pero en los mismos términos cuestiona en nombre de la moral cristiana algunas de sus acciones, como la llamada «Guerra a Muerte».

Al enjuiciar esa política, toma los conocidos argumentos que aparecieron en la Biografia de José Félix Ribas escrita por Juan Vicente González, es así que, al igual que ese autor, arremete en contra de Juan Bautista Arismendi, de quien pinta un terrible retrato de anguinario y cobarde. Seguramente esa misma procedencia tienen sus durísimos juicios sobre los jefes realistas Monteverde, Boves, Morales, Yañez, Antoñanzas, Zuazola, Cervériz, Rosete y otros.

Este manual que antes presentamos, al igual que otros utilizados en el siglo XIX venezolano, permitieron a varias generaciones de venezolanos conocer los fundamentos de la historia nacional. Tales textos escolares, en su mayoría, estuvieron sustentados en obras historiográficas mayores como el Resumen de la Historia de Venezuela de Rafael María Baralt, por lo que, en cierta manera, o esencial de ese discurso historiográfico pudo así llegar a mayor cantidad de venezolanos.

Sin embargo, a pesar de lo dicho historiográfico pudo asi llegar a mayor cantidad de venezolanos. Sin embargo, a pesar de lo dicho, su impacto real sobre el país fue muy limitado, considerando que sólo una exigua minoría estaba incorporada a la educación formal en los escasos colegios y escuelas; y en las muchas más escasas instituciones de educación superior. 7) Michael Riekenberg, compilador de la obra «Latinoamérica: Enseñanza de la Historia, libros de textos y conciencia histórica» 8), señala que los diez ensayos agrupados allí analizan cómo los manuales escolares en América latina y Europa abordan cuestiones como el nacionalismo, la época colonial y la identidad nacional, la formación de un imaginario colectivo, la imagen de BollVar, la batalla de los manuales, las actitudes de las academias de la historia, el movimiento indígena, Caudillos y caudillismo, la pretensión histórico-universalista y la práctica etnocentrista.

Todo esto, considerando la problemática de la enseñanza de la historia en Venezuela, México, Argentina, Colombia y la República Federal de Alemania. En la «Presentación» de esta obra se plantea que «… la calidad de la enseñanza de la historia… su papel en la formación de la conciencia histórica y los libros de texto . … es uno de esos problemas compartidos. 9) El compilador, en la «Introducción» de la misma obra, anuncia que allí se reúnen «los trabajos presentados en el Simposio Latinoamericano del Instituto Georg Eckert (10) sobre la investigación internacional de textos escolares que se realizó en septiembre del 989 (… ) El interés primario era, por una parte, reunir información sobre cuáles son las Interpretaciones y entidos que le adjudica a la historia latinoamerican sobre cuáles son las interpretaciones y sentidos que le adjudica a la historia latinoamericana en la conciencia histórica oficial de cada país, tal como lo documentan los textos de enseñanza… Al explicar cuál era el propósito del encuentro, se agrega que éste intentaba «realizar una comparación entre las interpretaciones históricas alemanas, o europeas, y las latinoamericanas». Y acotan que, a pesar de los distintos escenarios, «la tendencia a escribir la historia con fines de auto legitimación ha conducido en ambos asos a parcialidades y tergiversaciones históricas, así como a mitificaciones y simplificaciones ideológicas. Además se insiste que si nos concentramos «en torno del área latinoamericana, comprobamos en primer lugar que allí la visión de la historia difiere sensiblemente no sólo en el seno de cada sociedad, sino también entre los distintos países. Esto contradice el estereotipo muy difundido en Europa (… ) Las interpretaciones históricas varían de hecho en los diversos países de América Latina de manera considerable… (y lo más significativo) parece ser a propensión a la utilización política de la historia.

La independencia colocó a las historiografías latinoamericanas del siglo XIX ante la tarea de legitimar la fundación de los Estados y el inicio de la formacion nacional mediante imágenes y símbolos históricos. » La visión histórica oficial tuvo como «su común denominador…. apoyar los intereses legitimadores, y se intentaba lograr esta tarea fundamentalmente a través de la glorificación del movimiento de independencia. » «En la percepción semi religiosa de la historia, el eurocentrismo tiene su complemento latinoamericano, que se pone de relieve 0 DF 51