Le Corbusier y Sert del amor al odio

e Corbusier, Wiener, Sert y Bogotá: del amor al odio pero no al olvido. Y de la Dictadura ¿qué? José Miguel Alba Castro RESUMEN El artículo examinó los editoriales y artículos de la Revista PROA, durante diez años, 1946-1956, respecto de las discusiones para la elaboración del Plan Director y Regulador para Bogotá. Se desvirtúan los argumentos de PROA y la SCA tras las tímidas críticas a Le Corbusier las más arduas enconadas a Wiener y Sert.

Se concluye que Rojas Pinilla desde ju contundente, con la Director y del termin la hipótesis que las di OF24 p del e la dictadura de ste de manera robado Plan mente se plantea na para el Centro Cívico, entre la «manzana vertical» del Plan Director de Le Corbusier, apoyado por PROA y la SCA frente a la «reinterpretación» de la manzana Tradicional, propuesta en el Plan Regulador de Wiener y Sert, fueron las causantes de tan enconada crítica a este último Plan.

Palabras Clave— Historia urbanística, planeamiento urbano, Movimiento Moderno de la Arquitectura en Colombia, forma urbana, Bogotá. INTRODUCCIÓN La revista PROA, fundada en agosto de 1946 por el arquitecto Carlos Martínezi, constituyó una manifestación importante del mas conocido como Le Corbusier.

La revista constató la destrucción de más de ciento treinta edificaciones en los sucesos del nueve de abril de 1948 y difundió la propuesta, dos meses después, de un Plano Piloto para aprovechar la destrucción y renovar un sector del centro de la ciudad; también reseñó el inicio y desarrollo de la formulación del Plan Director (denominado también como Plan Piloto) y el Plan Regulador, desde marzo de 1949 con los arquitectos, Le Corbusier, Paul Lester Wiener y Josep Lluís Sert y, posteriormente mostró difundió las críticas al Plan Regulador, a Le Corbusier, y más acentuadas hacia Wiener y Sert hasta ebrero de 1956. LA RAZA ES PEQUENA» José Miguel Alba Profesor Escuela de Arquitectura y Urbanismo, Universidad Nacional de Colombia y estudiante de la Maestría en Historia de la Facultad de Ciencias Humanas de la misma. «iAbajo la Academia! » , «iViva Corbusier! «. Así recibió la ciudad, y en particular sus estudiantes de arquitectura de la Universidad Nacional, a Le Corbusier, en el aeródromo de Techo, para una visita de diez días a mediados de junio de 1947ii. «La raza es pequeña», fue a cambio su primer comentarioiii.

Se le recibió con muchas muestras de admiración: recorridos or la ciudad, rueda de prensa, almuerzo en el Jockey Club ofrecido por el Ministerio de Educación Nacional, visita a la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional, banquete ofrecido por la S Colombiana de 24 Arquitectos, invitación del era a su finca finca Floridablanca en Fusagasugáiv, almuerzo en el Hotel Granada, en compañía del Ministro de Educación Bernardo Zuleta y de Carlos Mart[nez director de PROA, almuerzo en el Country Club con el ministro de educación, el director de PROA y el doctor Laureano Gómezv.

Desde sus notas editoriales, PROA destacó a Le Corbusier por acer del urbanismo una ciencia social extremadamente viva y humana, y de la arquitectura un arte liberado de principios retardatariosvi. En su primer número PROA manifestó su preocupación por el crecimiento desordenado y vertiginosos de las principales ciudades colombianas, cuyos «problemas merecen ser ampliamente estudiados y conocidos» y para tal fin fundó la revistavii.

Sin embargo, antes, durante y después de la elaboración de los planes Director y Regulador la revista hizo énfasis insistentemente en los problemas viales y del centro de la ciudadviii, resaltados desde la Carta de Atenasix desde 1 933 por os CIAM Congresos Internacionales de la Arquitectura Moderna. Con su insistencia en los problemas de vías y de tráfico, la SCA logró transformar el «Plan Soto-Bateman» lanzado en 1934, por otro, acorde a los principios expuestos por la propia Sociedad,x que aprobó el Concejo del municipio en 1945.

Se aprovechó la llegada de Le Corbusier para desvirtuar los trazados de los barrios de Karl H. Brunner y resaltar la ortogonalidad del damero fundacional: «El trazado urbanístico del viejo Bogotá es un buen trazado. La cuadra española, con sus ángulos rectos, una hermosa creación. El desorden de Bogotá está en sus nuevos barrios»xi.

Se criticó abierta y despectivamente al Departament desorden de despectivamente al Departamento de Urbanismo del 2 municipio, a Brunnerxii quien fue su director desde finales de 1933 hasta 1938, el Manual de Urbanismo escrita por él entre los años de 1939 y 1940xiii, y quien para la fecha del inicio de la revista laboraba en temas urbanos de ciudades distintas a Bogotá, hasta finales de 1948, cuando vuelve a su país para dirigir la oficina de Planeación de Vienaxiv.

LAS DEMANDAS EN PROA La revista insistió desde su primer número en la necesidad de na ciudad moderna, dada su manufactura en tierra, sus extensos terrenos baldíos, su no planificación, demandando en consecuencia un verdadero departamento municipal de planificación autónomo con la aplicación implacable de la ley de expropiacionesxv. También se exigió insistentemente un urbanismo regional,xvi dado el similar descontrol del crecimiento urbano bogotano mediante el desarrollo de parcelaciones en los municipios contiguosxvii.

Días antes de los sucesos de 1948 se preguntó la revista: «¿Se ha pensado en centros cívicos, grandes plazas, avenidas funcionales, parques, centros de deportes? ?Se ha presumido cual será la próxima estación de los ferrocarriles, los terrenos de decantación, los cementerios, los barrios industriales, las estaciones para el servicio aéreo, los museos, las bibliotecas y otros establecimientos docentes? ?Existe una politica catastral, un plan que regule las comunicaciones intermunicipales y regionales:» Y se contestó a si misma: creemos que nada de lo anterior existe fundamentalmente organizadoxviii. El ar 4 24 si misma: creemos que nada de lo El arquitecto Carlos Arbeláez destacó la ciudad radio-céntrica o centro c[vicoxix, tal y como lo reafirmara Le Corbusier en sus onferencias en Bogotá un año más tarde.

Augusto Tobito resaltó a Le Corbusier como urbanista moderno, la necesaria planeación urbana e hizo más explícito el modelo moderno de ciudad, como una ciudad monocéntrica y dispersa en la ciudad jardín, con poblaciones: urbana, las gentes que tienen sus negocios en la ciudad y allí residen; suburbana, las que trabajan en la periferia (zonas de fábricas) y residen en la ciudad jardín; y mixta, las que tienen su trabajo en la ciudad de los negocios con su residencia en la ciudad jardihxx. EL FILOSOFO DE LA NUEVA ARQUITECTURA Y SUS

MEJORES DISCIPULOS CONTRATADOS PARA EL PLAN DIRECTOR Y REGULADOR DE BOGOTÁ La revista expuso como ejemplo para Bogotá, el plan urbanístico y regulador de Villavicencio del Ingeniero Eduardo Delgadillo, aprobado por el gobierno nacional xxi. También destacó a los jóvenes arquitectos de la Universidad Nacional y a los consultores internacionales Wiener y Sert, quienes de conjunto, tras los incendios del 10 de octubre de 1947, elaboraron el Plan para la Reconstrucción de Tumaco xxii. Se reiteró la experiencia de estos consultores internacionales por sus estudios y proyectos para la ciudad de Los Motores en

Brasil, el puerto de Chimbote en Perú, y se destacó al de Tumaco por su mérito de ser en Colombia el primer estudio para una aglomeración urbana, llevado a término de manera «inteligente, minuciosa y global»xxiii. Añadiendo a s 4 aglomeración urbana, llevado a término de manera «inteligente, minuciosa y global»xxiii. Añadiendo además que Colombia por primera vez asistiría a una reunión del CIAM con una delegación de jóvenes arquitectos, quienes presentaran, entre otros, el proyecto para el nuevo puerto de Tumacoxxiv.

Tras los sucesos de abril de 1948 en Bogotá, PROA se aprestó publicar el Plano Piloto para cuatro manzanas al costado oriental de la carrera entre la catedral y la avenida Jiménez. El plano fue elaborado por los arquitectos Jorge Arango, Director de Edificios Nacionales; Herbert Ritter, Jefe del Departamento Municipal de Urbanismo y Gabriel Serrano, muy conocedor de los problemas arquitectónicos de Bogotá Se le denominó «Reconstrucción de Bogotá, primera etapa: remodelación del sector central».

Sobre los incendios de abril afirmaron: «el problema urbanístico de Bogotá, estudiado años atrás, quedó francamente despejado y parcialmente resuelto». Hoy la vía está libre y apta para acomodarse a los proyectos de la municipalidad. » Reiteraban de manera socarronamente auto elogiosa la sugerencia del «conocido urbanista, de prestigio internacional, Maurice Rotival»: «ustedes los arquitectos de Bogotá, han llegado a una insospechada madurez profesional [… no necesitan técnicos extranjeros sino a manera de críticos por 10 0 15 dias cada 6 meses». Y además continuaron espoleando a Brunner quien desde diez años atrás ya nada tenía que ver con la planeación de la ciudad: «¿Qué se hicieron los famosos urbanistas? » «¿Por qué o han publicado sus iniciativas los autores del «urbanismo feudal? » «¿Será que esos profesionale 6 24 han publicado sus iniciativas los autores del «urbanismo feudal? «¿Será que esos profesionales son urbanistas de pacotilla, útiles en modestos quehaceres topográficos? ‘. Consideraron el Plano Piloto como «primer aporte a la planificación de la ciudad» y «un trabajo funcionalmente estructurado»xxv. «La primera visita de Le Corbusier, fue por entonces el punto de partida de una serie de conversaciones que culminaron con el Acuerdo 88 de 1948, por el cual se autorizó al alcalde a ontratar los servicios de un urbanista foráneo, que tratara de poner al derecho lo que tan torcido iba.

Y el filósofo de la nueva arquitectura, padre del CIAM cuyo ideario está basado en el funcionalismo arquitectónico-urbanístico, aceptó la poderosa tarea de dotar a Bogotá de un «plan regulador capaz de solucionarle sus más urgentes necesidades, de acuerdo con la índole de sus gentes, sus características dominantes, sus actividades esenciales, sus medios de cultura, su topografía y su clima.

Con Le Corbusier fueron contratados también Wienner y Sert — sus mejores discípulos – para que, ealizando una labor conjunta con un grupo de arquitectos nacionales, se tuviera en el término de tres años un derrotero seguro y lógico, para encauzar el desarrollo previsible de la ciudad»xxvi. Dicho Acuerdo creó la OPR Oficina del Plan Regulador de Bogotá, dependencia directa del alcalde. PROA saludó esta decisión y además expuso los términos del contrato del Municipio para elaborar los planes Director y Regulador a cargo de la OPRy los consultores Le Corbusier, Wiener y Sert.

El Análisis de la ciudad se iniciaría en marzo de 1949 para 7 24 consultores Le Corbusier, Wiener y Sert- El Análisis de la ciudad se iniciaría en marzo de 1949 para ser ejecutado en un año, a cargo de la OPR, actuando como consultores Sert y Wiener con reuniones conjuntas en Bogotá y Paris. El Esquema básico preliminar a cargo de Le Corbusier, Wiener, Serty la OPR, a ejecutarse en parís en 3 agosto de 1949. El Plan Director pactado para realizarse entre los meses de agosto de 1949 y 1950, en parís por Le Corbusier con Wiener y Sert como consultores, y la OPR.

El Plano regulador a realizarse en dos años a partir de agosto de 1 950, a cargo de la OPR, Wiener y Sert, y como consultor Le Corbusier, para llevarse a cabo en New York durante dos reuniones conjuntas en los meses de febrero de 1951 y 1952. El Desarrollo y aplicación del plan estaría a cargo de la OPR y como consultores ocasionales Wiener y Sert. El Plan Regulador de Bogotá se inició en marzo de 1949 y debería terminarse en agosto de 1952.

El costo total sería de 223. 000 dólares, en honorarios, sin contar las erogaciones que demandarían el establecimiento de la OPR y los traslados de ésta a parís y New Yorkxxvii. Tras un año de avance de los trabajos, en abril de 1 950 PROA reseñó: se completaron los análisis preliminares y se compiló l material indispensable para un esquema básico determinado en parís por Le Corbusier, Wiener, Sert y Herbert Ritter, director de entonces de la OPR.

En febrero de 1950 hubo otra reunión en Bogotá, para preparar el Plan Piloto, fundamento del Plan Regulador, con Carlos Arbeláezxxviii, nuevo director de la OPR, quien realizó una serie de trabajos de investigación estadística, Arbeláezxxviil, nuevo director estadística, en colaboración de arquitectos e ingenieros. «Esto requiere tiempo, porque hasta la fecha, muy poco, casi nada se había hecho en esta clase de estadísticas y observación uidadosa de las peculiaridades de Bogotá».

En agosto del mismo año en Bogotá se discutiría el Plan Piloto, y tras su definición, la etapa final de dos años de consultas, reuniones y aporte de datos, para llegar a la presentación, discusión y aprobación definitiva del Plan Regulador xxix. En agosto PROA anunciaba la llegada de Sert, Wiener y Le Corbusier, para poner en consideración del municipio el Plan Piloto. En septiembre la SCA aprobó una proposición de bienvenida y saludo para Le Corbusier, Sert y Wiener. En noviembre PROA editorializó sobre el cumplimiento de los trabajos y la entrega or Le Corbusier del Plan Director o Piloto para su estudio y aprobación.

Finalmente sugirió el editorial, como en las principales ciudades europeas, la exhibición pública del Plan durante los quince días anteriores a su aprobaciónxxx. Tras la entrega del Plan Director, PROA continuó haciendo publicidad positiva a Le Corbusier. La SCA dispuso sus salones para tres conferencias sobre el Plan Piloto durante febrero y marzo de 1951. Para el III Congreso Nacional de Arquitectura, la SCA también dispuso la presentación de los planos pilotos para las tres ciudades más importantes del país

Bogotá, Medellín y Calixxxi. A. «¿Puro tamo el Plan Regulador de Bogotá? » En abril de 1952, la SCA anunció las conferencias sobre los planos regulado 24 abril de 1952, la SCA anunció las conferencias sobre los planos reguladores recientemente ejecutados en la Biblioteca Nacionalxxxii. A pesar de este entusiasmo difusor, dos meses después comenzarían las críticas contra dicho plan y la respectiva OPR En el simposio del 2 de julio, sobre los planes reguladores para Bogotá y Medellín, el primero fue menos aplaudido.

Dicho trabajo pecó de diafanidad y de facilidades para su acomodación. Los participantes criticaron: las decisiones urbanísticas deberían tener más amplias consultas y una inteligente elasticidad; recomendaron el establecimiento de una oficina de planificación global y el sostenimiento de la actual OPR; descalificaron como «simples ante-proyectos» a los estudios presentados hasta ahora y, postularon por primera vez como probables causas de las dificultades, a las distancias que separan a Bogotá de las sedes de los proyectistas xxxiii.

Tres meses más tarde se quejaron de la insuficiencia del personal de la OPR,xxxiv y al mes siguiente se agudizaron las ríticas bajo el título del editorial de PROA: «¿Puro tamo el Plan Regulador de Bogotá? «. Se arguyó que los planos reguladores para Tumaco, Medellin y Cali, contratados por Sert y Wienner no funcionaron.

Se alertó que además ellos, también Le Corbusier participaba en el de Bogotá y que vencido el plazo en agosto de 1952, no se ha terminado. Pero además, por prorrogarlo seis meses, criticaron también al municipio por su compromiso a ejecutar «con especialistas, estudios relativos a censo y tránsito, económicos, topográficos y geológicos. Concluyen que todo ello fue debido al «urbanismo por corr 0 DF