Las disciplinas ICFES

REPUBLICA DE COLOMBIA MINISTERIO DE EDUCACION NACIONAL INSTITUTO COLOMBIANO PARA EL FOMENTO DE LA EDUCACION SUPERIOR ICFES OF270 DISCIPLINAS next pas CARLOS AUGUSTO H JULIANA LOPEZ CAR Presidente de la República ANDRÉS PASTRANA ARANGO Vicepresidente de la República GUSTAVO BELL LEMUS Ministro de Educación FRANCISCO JOSÉ LLOREDA MERA Director de Educación Superior del Ministerio de Educación Nacional JESÚS MARÍA ÁLVAREZ INSTITUTO COLOMBIANO PARA EL FOMENTO DE LA EDUCACION SUPERIOR edición: 2002 Diagramación y corrección: ARFO Editores e Impresores Ltda.

Impresión y terminados: SECRETARÍA GENERAL – PROCESOS EDITORIALES. Transversal 428 No 19-77 ICFES: calle 17 No 340 AA. 6319 Teléfonos: 2696528/09/83 ICFES: 3410424 – 2819011 Fax: 2688762 ICFES: 2836778 Bogotá, D. C. Colombia 4 Disciplinas CONTENIDO Pág. Presentación Prólogo Introducción Las aventuras de un significado De la autoflagelación al placer de saber: La disciplina como categoría moral . Tradición y cambio en la disciplina como categoria La cultura PAGU 2/0 Disciplinas y C]sistemas culturalesü Las disciplinas terrenales — 2.

De las ciencias naturales y las ciencias sociales a la explosión de las disciplinas La clasificación de las disciplinas como problema — La noción de ciencia y la ciencia empírico- analítica — La muerte del Demonio de Laplace PAGL3 2/0 Sobre el lenguaie V el terri El Modo 1 y el Modo 2 de producción de conocimiento — — Ciencia, técnica y sociedad La red de la pertinencia . Intereses y modos de producción de los conocimientos — — La situación colombiana 3. La formación en disciplinas Formación en las disciplinas y en la cultura académica Las nuevas competencias — Tradición y cambio en la formación disciplinaria .

Formación disciplinaria y formación ciudadana La apropiación de las Oreg 137 138 142 144 148 152 158 162 168 Bibliografía 185 Figuras Figura 1. Representación de los campos generales del conocimiento (Becher) y de sus modos de producción (Gibbons) . 116 Tablas Tabla 1. Intereses y modos de producción de los conocimientos — Tabla 2. Intereses y formas pedagógicas Tabla 3. Propuesta de un modelo para la formación 126 174 178 2/0 sociales examinan aspectos distintos del complejo problema de la calidad y permiten explorar alternativas no simplistas de mejoramiento de la formación en disciplinas.

No se trata sólo de construir un soporte para la definición de unos estándares mínimos de calidad, sino de poner e presente una multiplicidad de aspectos que debe ser tenida en cuenta en la búsqueda de la excelencia. La reflexión sobre las disciplinas está a la orden del día porque, gracias a los desarrollos de la técnica basada en la ciencia, las sociedades han reconocido el carácter del conocimiento sistemático como fuerza productiva fundamental.

Pero la reflexión sobre las disciplinas es especialmente necesaria en el contexto de la educación superior porque ellas están sufriendo actualmente grandes transformaciones, como cuerpos de conocimiento y como prácticas históricas y sociales, y porque revelan imensiones esenciales de la condición humana: sus enormes posibilidades de comprensión, de creación y de transformación del mundo 7 material y del mundo social y la necesidad de pensar los riesgos que derivan de semejante poder.

El texto configura un escenario en el cual es posible plantearse importantes problemas actuales de la formación en dsciplinas; ofrece criterios para estab nuevos nexos V proponer Stintas de formación discusión actual sobre las disciplinas y sobre la formación en las disciplinas, que es especialmente importante para pensar horizontes de formación ciudadana, para adelantar acciones institucionales de ejoramiento académico y para diseñar políticas y estrategias en el terreno de la ciencia y la tecnología, debe partir precisamente de una representación de las disciplinas que no excluya aspectos que deben ser considerados.

Esta representación debe ser permanentemente enriquecida y sometida al análisis crítico. Con esta obra, el ICFES pretende hacer una contribución a ese debate. MARIA PATRICIA ASMAR AMADOR Directora General 8 PROLOGO En Eudossia, que se extiende hacia arriba y hacia abajo, con callejas tortuosas, escaleras, callejones sin salida, tugurios, se conserva una alfombra en la que uedes contemplar la verdadera forma de la ciudad.

A primera vista nada parece semejar menos a Eudossia que el dibujo de la alfombra, ordenado en figuras simétricas que repiten sus motivos a lo largo de lineas rectas y circulares, entretejida de hebras de colores esplendorosos, la alternancia de cuyas tramas puedes seguir a lo largo de toda la urdimbre. Pero si te detienes a observarla con atencion, alfombra corresponde un e que a cada lugar de la perspectiva parcial que tú percibes; pero la alfombra prueba que hay un punto desde el cual la ciudad muestra sus verdaderas proporciones, l esquema geométrico implícito en cada uno de sus mínimos detalles.

Perderse en Eudossia es fácil; pero cuando te concentras en mirar la alfombra reconoces la calle que buscabas en un hilo carmesí o índigo o amaranto que a través de una larga vuelta te hace entrar en un recinto de color purpura que es tu verdadero punto de llegada. Cada habitante de Eudossia confronta con el orden inmóvil de la alfombra una imagen suya de la ciudad, una angustia suya, y cada uno puede encontrar escondida entre los arabescos una respuesta, el relato de su vida, las vueltas del destino.

Sobre la relación misteriosa de dos objetos tan diversos como la iudad y la alfombra se interrogó a un oráculo. Uno de los dos objetos -fue la respuestatiene la forma que los dioses dieron al cielo estrellado y a las órbitas en que giran los mundos; el otro no es más que su reflejo aproximativo, como toda obra humana. Los augures estaban seguros desde hacía ya tiempo de que el armónico diseño de la alfombra era de factura divina; en este sentido se interpretó el oráculo, sin suscitar controversias. ero del mismo modo tú puedes extraer la conclusión opuesta: que el verdadero mapa del universo es la ciudad de Eudossia tal como es, una mancha que se e a, con calles todas en PAGL8 2/0 igzag, casas que de metal, de cristal y de piedra en donde ha dejado la huella de sus fantas[as sobre el universo y sus imágenes de la trascendencia; ha construido con sonidos catedrales para el culto y espacios para el encuentro de las culturas y ha creado ciudades de palabras en donde las experiencias de la intimidad se hacen universales y eternas y se escuchan claras y siempre nuevas las voces de los grandes muertos; se ha hecho dueño de la luz y el color para inventar rincones y horizontes poblados de emociones y gestos y les ha dado una vida detenida en el tiempo. Mientras puebla el planeta de formas de su espíritu, onvertidas en muros y ventanas, caminos y máquinas, imágenes en movimiento y paisajes de su industria, va dejando la huella de su especie en un universo de signos que crece y se multiplica y adquiere vida propia y que hace hablar a las cosas y a los vínculos con lenguajes siempre nuevos. Esas ciudades de signos son las huellas de su recorrido de siglos y son también los mapas del mundo en el cual vive y que transforma sin cesar.

Son ciudades que crecen como seres Vivos, que se transforman y se extienden y que pueden recorrerse encontrando siempre nuevas v[as y nuevas plazas. En esas ciudades se construyen sin pausa puentes que levan a rincones distantes, a otras ciudades que se alzan de pronto creando su propio espacio. Las ciudades emergen, se acercan o se separan por la magia de un signo, por la fuerza de atracción de una idea. Borges cuenta la historia de un rey que quiso hacer un mapa tan grande como su reino. Ese mapa, que cubr s V los valles, V cuvos viento en los parajes solitarios, tenia exactamente el tamaño del reino, era un calco de su geograffa y, por ello mismo, era inútil.

Pero era además una imagen muy pobre de los mapas que inventa el constructor incansable de ciudades y de formas. Porque las ciudades de signos que el ombre crea no se instalan en ese universo de dos o de tres dimensiones que ata las cosas con leyes inviolables. Las ciudades de signos del arte, de la moral, de la historia, de la política, de las costumbres, de la vida, de las formas puras, de las ideas, comprenden el mundo del espacio y el tiempo como algo que está dado para ser trascendido, como parte de una materia que se transforma para que adquiera la forma de una habitación donde el hombre reposa y se alimenta para saltar a otros mundos.

Este universo de dimensiones crecientes e inabarcables que el hombre se construye para gozar de la experiencia de la rascendencia, y que ha heredado con el don del lenguaje, es propiedad de todos. Todos habitan en él, lo sostienen y lo extienden, muchas veces sin saberlo. Pero no todos deciden hacerse arquitectos y cami- 10 nantes; sólo unos pocos conocen la atracción irresistible del misterio de las ciudades de signos y aceptan el esfuerzo que implica prepararse para travesías en donde las certezas más amadas pueden ponerse en riesgo. La elección, por desgracia, no estará disponible para cualquiera que haya adquirido la herramienta del lenguaje, a esos mundos. Se han inventado escuelas en do