Huelga de masas partido y sindicatos

[Huelga de masas, partido y sindicatos fue escrito para concretar la segunda tarea que se planteó Rosa Luxemburgo en relación a la Revolución de 1 905: interpretar para los obreros alemanes los acontecimientos de 1905-1906 y extraer de ellos enseñanzas para el futuro de la lucha de clases en Alemania. Es también uno de tos ataques más efectivos de Rosa Luxemburgo al conservadurismo institucionalizado de la burocracia sindical socialdemócrata de Alemania. Como explica Rosa Luxemburgo en la primera parte de su artículo, hubo una larga historia de controversias alrededor de la cuestión de la huelga de masas o uelga general como arma a ser utilizada por la clase obrera en sus batallas, desde los días de la Primera Internacional 59 en adelante. Sin embargo, la Revolución Rusa de 1905 arrojó nueva luz sobre el debate. Un análisis marxista de esos acontecimientos sólo pod(a conducir a una apreciación más amplia del rol que juega en la lucha revolucionaria la huelga de masas, en la que se confunden inextricablemente los factores económicos y políticos.

Aunque sus argumentos son, en lo fundamental, absolutamente correctos, tiende a ir demasiado lejos en la tendencia a poner al mismo nivel la huelga de masas con la revolución misma. Hace una descripción y un análisis vividos del desarrollo de la lucha en el Imperio Ruso para ejemplificar su argumento central: que la huelga de masas no es un estéril concepto creado artificialmente en las mentes de algunos osificados y por un razonamiento sutil con el propósito de hacer más efectiva la lucha proletaria, sino el método de movimiento de la masa proletaria, la forma fenoménica de la lucha proletaria en la revolución». Sus argumentos están dirigidos principalmente contra los dirigentes de los sindicatos alemanes, a quienes había llegado a considerar como sus más serios adversarios. Todo el folleto está empapado de su total desprecio por la cobardía, el conservadurismo y el estrecho reformismo de los dirigentes sindicales. No tenía esperanzas de cambiar la mentalidad de éstos, pero si de convencer a algunos de los demás dirigentes del PSD del peligro que representaba la creciente independencia de los dirigentes sindicales de la disciplina partidaria. 9 La Primera Internacional o Asociación Internacional de los Trabajadores fue fundada en 1 864 por Marx y Engels y se mantuvo hasta la derrota de la Comuna de París en 1871, cuando su centro se trasladó de Inglaterra a los Estados Unidos. Su último congreso se realizó en Filadelfia en 1876. 157 [Más aun, esperaba educar a los obreros alemanes en el verdadero espíritu de la Revolución Rusa y hacerles comprender las implicancias internacionales de esa revolución. Esperaba vacunarlos contra el oportunismo de sus dirigentes. Esos dirigentes sindicales y 2 DF 122 parlamentarios que consi roletariado alemán es del nivel de madurez de las relaciones de clase en Alemania y de la fuerza del proletariado no reside en las estadísticas del sindicalismo alemán o en las cifras electorales, sino en los acontecimientos de la Revolución Rusa. » En el otoño de 1905, antes de que Rosa Luxemburgo partiera para Varsovia, los dirigentes sindicales rompieron abiertamente con la politica del PSD. En el congreso partidario de Jena se discutió si el partido incluiría o no en su arsenal de armas potenciales el llamado a una huelga de masas.

Se adoptó una resolución aprobándolo, pero sólo en la eventualidad de que el gobierno intentara restringir el derecho al voto. Incluso esta débil resolución propuesta por la dirección central del PSD fue suficiente para aterrorizar a los sindicalistas. En el Congreso de Sindicatos Alemanes que se realizó en Colonia nmediatamente después que el de Jena, se consideró que hasta la discusión teórica sobre la huelga general significaba «jugar con fuego» y se la rechazó. Así, por primera vez el congreso sindical dirigido por miembros del PSD adoptó una politica que estaba en abierta contradicción con la del partido. Sin embargo, no se los sancionó ni se les llamó la atención; en febrero de 1906 el PSD y los dirigentes sindicales acordaron en una reunión secreta enterrar calladamente la resolución de Jena. Y en el siguiente congreso partidario, que se realizó en 1906, se votó oficialmente na resolución que estableció que no existía contradicción alguna entre la resolución de Jen 3 DF 122 V la posición sindical de C de marzo de 1906 Rosa habla sido arrestada, al denunciar un diario conservador alemán su presencia en Varsovia.

A pesar de sus documentos falsos, casi inmediatamente se reveló su verdadera identidad debido a un allanamiento policial a la casa de su hermana, en donde se obtuvieron algunas fotografías suyas. Se la acusó de serios crímenes contra el Estado, pero fue liberada en julio de 1906, gracias a sustanciosas coimas, advertencias del Partido Social Demócrata Polaco de que se tomarían represalias si algo le sucedía a Rosa y certificados que confirmaban que su salud era muy débil. En agosto se le permitió dejar Varsovia; de allí se fue a Finlandia para encontrarse con Lenin, Zinoviev, Kamenev y otros dirigentes bolcheviques. Las experiencias de 1905 habían 158 acercado mucho el PSDPyL a los bolcheviques, a quienes aquellos reconocían como su equivalente ruso en la acción y la teoría. Finalmente, en abril de 1906 el PSDPYL se unió al partido ruso y se ubicó junto a los bolcheviques y contra los mencheviques en la mayoría de las cuestiones.

Rosa Luxemburgo pasó en Finlandia las últimas semanas de agosto y las primeras de septiembre, discutiendo con los dirigentes bolcheviques y escribiendo el folleto sobre la huelga de masas. Luego volvió a Alemania a tiempo para participar en el congreso partidario de 1906, donde intentó infructuosamente hacer volver atrás al PSD en su capitulación a I sindicatos en la cuestión 4 DF 122 masas V restablecer la publicado en Inglés por primera vez en 1925 por la Sociedad de Educación Marxista de Detroit. La traducción al inglés es de Patrick Lavin. [El folleto sobre la huelga de masas fue escrito en agosto de 1906 n Kuokala, Finlandia, donde Rosa Luxemburgo se recuperaba de las consecuencias de su prisión en Varsovia. ] 1. La Revolución Rusa, el anarquismo y la huelga general Casi todos los trabajos y declaraciones del socialismo internacional sobre el tema de la huelga general datan de la época anterior a la Revolución Rusa [la de 1905. N. del la primera experiencia histórica en la que este medio de lucha fue utilizado en vasta escala. Por lo tanto es evidente que la mayoría de dichos textos están desactualizados.

Su concepción es esencialmente la de Engels que, en su critica a los garrafales errores evolucionarios de los bakuninistas 60 en España, escribió en 1873: «En el programa bakuninista, la huelga general es la palanca de que hay que valerse para desencadenar la revolución social. Una buena mañana, los obreros de todos los gremios de un país y hasta del mundo entero dejan el trabajo y, en cuatro semanas a lo sumo, obligan a las clases poseedoras a darse por vencidas o a lanzarse contra los obreros, con lo cual dan a éstos el derecho a defenderse y a derribar, aprovechando la ocasión, toda la vieja organización social.

La idea dista mucho de ser nueva; primero los socialistas ranceses y luego los belgas se han hartado, desde 1848, de montar este palafrén que es, sin embargo, por su origen, u za inglesa. Durante el 5 DF 122 rápido e intenso auge del Durante el rápido e intenso auge del 60 Mijail Bakunin (1814-1876): contemporáneo y adversario de Marx en la Primera Internacional. Fundador del movimiento anarquista. 59 cartismo 61 entre los obreros británicos, que siguió a la crisis de 1837, se predicó, ya en 1839, el «mes santo», el paro en escala nacional; y la idea tuvo tanta resonancia que los obreros fabriles del norte de nglaterra intentaron ponerla en práctica en julio de 1842. También en el congreso de los aliancistas celebrado en Ginebra el 10 de septiembre de 1873 desempeñó un gran papel la huelga general, si bien todo el mundo reconoció que para esto hacia falta una organización perfecta de la clase obrera y una caja bien repleta.

Y aquí reside precisamente la dificultad del asunto. De una parte, los gobiernos, sobre todo si se les deja envalentonarse con el abstencionismo político, jamás permitirán que la organización ni las cajas de los obreros lleguen tan lejos; y, por otra parte, los acontecimientos políticos y los abusos de las clases gobernantes facilitarán la emancipación de os obreros mucho antes de que el proletariado llegue a reunir esa organización ideal y ese gigantesco fondo de reserva. ero, si dispusiese de ambas cosas, no necesitaría dar el rodeo de la huelga general para llegar a la meta. » 62 S DF 122 para desencadenar la revolución social, en contraposición con la lucha política diaria de la clase obrera- y se agota en este simple dilema: o bien el proletariado en su conjunto no posee aún la poderosa organización y los recursos financieros necesarios, en cuyo caso no puede llevar adelante la huelga general; o ya está lo suficientemente bien organizado, en cuyo caso no ecesita la huelga general.

Este razonamiento es tan simple y a primera vista tan irrefutable que, durante un cuarto de siglo, prestó un excelente servicio al movimiento obrero moderno como herramienta lógica contra el fantasma anarquista y como medio para llevar la idea de la lucha política a amplias capas de la clase obrera.

Los enormes saltos dados por el movimiento sindical en todos los países capitalistas durante los últimos veinticinco años son la evidencia más concluyente del valor de las tácticas de la lucha política en las que insistieron Marx y Engels en oposición al bakuninismo; y la ocialdemocracia alemana, en su 61 Cartismo: gran movimiento de las masas británicas, que comenzó en 1838 y se prolongó hasta comienzos de la década de 1850.

Fue una lucha por la democracia política y la igualdad social que alcanzó proporciones casi revolucionarias, centrada en un programa (la Carta) de sufragio universal y otras reformas politicas democráticas formulado por la London Workingmen’s Association (Asociación de los Trabaja DF 122 Londres). Lenguas Extranjeras, pp. 196-197. 160 posición de vanguardia de todo el movimiento sindical internacional, no deja de ser el roducto directo de la aplicación consecuente y enérgica de esas tácticas.

La Revolución Rusa ha traído ahora como consecuencia una revisión radical de este razonamiento. Por primera vez en la historia de la lucha de clases se ha logrado una grandiosa concreción de la idea de la huelga de masas y, como demostraremos luego, ha madurado la huelga general abriendo por lo tanto una nueva era en el desarrollo del movimiento obrero. De esto no se desprende, por supuesto, que las tácticas de lucha política recomendadas por Marx y Engels fueran falsas o que fuera incorrecta la crítica que hacían del anarquismo.

Por el contrario, es en la misma linea de pensamiento, en el mismo método, en las tácticas de Marx y Engels, en que se basa toda la práctica previa de la socialdemocracia alemana; y que producen ahora en la Revolución Rusa nuevos factores y nuevas condiciones en la lucha de clases. La Revolución Rusa, el primer experimento histórico de huelga de masas, no sólo no ofrece una reivindicación del anarquismo sino que en realidad implica la liquidación histórica del anarquismo.

La penosa existencia a la que se vio condenada esta tendencia en las últimas décadas por el poderoso desarrollo de la ocialdemocracia en Alem cierta medida, explicarse 8 DF 122 por el dominio exclusivo tendencia «revolucionaria» en el más crudo sentido del llamado al patíbulo, no puede menos que languidecer temporariamente en la calma del momento parlamentario y, cuando vuelve el periodo de lucha directa abierta, renacer y desplegar su fuerza inherente. Rusia, particularmente, pareció haberse convertido en un campo experimental para las heroicas acciones del anarquismo.

Un pais en que el proletariado no tenía ningún derecho político y sus organizaciones eran extremadamente débiles, un complejo multicolor de iversos sectores de población, un caos de intereses en conflicto, un bajo nivel de educación en la masa del pueblo, una brutalidad extrema en el uso de la violencia por parte del régimen dominante: todo parecía a propósito como para darle al anarquismo un súbito si bien tal vez efímero poder. Además, Rusia fue la cuna histórica del anarquismo. Pero la patria de Bakunin iba a convertirse en la tumba de sus enseñanzas.

No sólo no estuvieron ni están los anarquistas rusos a la cabeza del movimiento de la huelga de masas. No sólo está toda la dirección politica de la acción revolucionaria y ambién de la huelga de masas en manos de las organizaciones socialdemócratas, a las que los anarquistas rusos se oponen amargamente tachándolas de «partidos burgueses», o parcialmente en manos de organizaciones socialistas más o menos influidas por la socialdemocracia o más o menos g DF 122 cercanas a ésta (como el sta, los «socialistas seria en la Revolución Rusa.

Sólo en una pequeña ciudad de Lituania donde las condiciones son particularmente difíciles -una confusa mescolanza de nacionalidades entre los obreros, una industria a pequeña escala muy dispersa, un proletariado muy seriamente oprimido-, n Bialistok, hay, entre los siete u ocho grupos revolucionarios diferentes, un puñado de «anarquistas» Imberbes que siembran la confusión y el desconcierto entre los obreros lo mejor que pueden; y finalmente en Moscú, y tal vez en otras dos o tres ciudades, se hace ver un puñado de gente de ésta.

Pero aparte de estos pocos grupos «revolucionarios», ¿qué papel real juega el anarquismo en la Revolución Rusa? Se ha convertido en el símbolo del robo y del pillaje comunes; una gran proporción de los innumerables robos y actos de saqueo a personas privadas se llevaron a cabo en nombre del «anarco-comunlsmo», ctos que se volverían como una ola tumultuosa contra la revolución en cada periodo de depresión y en cada periodo defensivo temporario.

En la Revolución Rusa el anarquismo no se ha convertido en la teoría de la lucha del proletariado sino en la bandera ideológica del lumpenproletariado contrarrevolucionario que, como una escuela de tiburones, pululan tras el barco de guerra de la revolución. Por lo tanto la carrera histórica del anarquismo está poco menos que liquidada. por otra parte, la huelga de masas en Rusia no se ha realizado como un medio para 22 evadir la lucha política de , V especialmente del