HIPERINFLACION PERU

HIPERINFLACION PERU gy karenycarIos199S OcopJTIR 14, 2016 | E pagcs UNIVERSIDAD METROPOLITANA SEDE MACHALA HIPERINFLACIÓN DE PERÚ INTEGRANTES: NATHALY PALAS KAREN GOMEZ SAMANTHA MATAMOROS MISAEL BARZALLO CARRERA: GESTIÓN EMPRESARIAL MATERIA: MACROECONOMIA DOCENTE: ECN. ANDRES MINUCHE SEMESTRE: 5TO SEMESTRE 07 DE ENERO DEL 2016 INTRODUCCION La carencia de un plan económico de mediano y largo plazo desembocó en la peor crisis económica de la historia peruana. Lo más grave fue que se empezó a emitir billetes sin respaldo de fondos del Estado.

La inflación, que ya era grave durante el gobierno de Belaunde. DE-FINICIÓN DE HIPERINFLACIÓN La hiperinflación es cuando se dispara sin control el fenómeno de la inflación, cuando los precios de los bienes y servicios aumentan de manera generalizada y rápida, al mismo tiempo que la divisa nacional pierde su valor a un ritmo acelerado. Esto destruye a la clase media, los ahorros y los fondos de pensiones se evaporan, -12,2 Esto quiere decir: Si, en 1980, el ingreso per cápita era de 1,232 dólares por peruano, en 1985 llegaba tan sólo a 1,050 dólares.

El desastre económico del gobierno de Belaúnde se debó, principalmente, a una caída de precios de productos que Perú xportaba (cobre, plata, plomo, café). Desde 1982, el gobierno de Belaúnde se había sometido a un «programa de ajuste» del Fondo Monetario Internacional (FMI). Según el FMI, el principal problema del Perú era el déficit fiscal. El déficit se debía a que el Perú gastaba más en lo que importaba que lo que ganaba con sus exportaciones.

Para contrarrestar el déficit fiscal, el FMI obligó al gobierno de Belaúnde a reducir el presupuesto del Estado, a incrementar las tarifas públicas y a devaluar la moneda nacional, el sol, y como ya sabemos la devaluación frena las importaciones: Cuanto menos ale la moneda, más hay que gastar para importar un producto x. Las medidas del FMI, llamadas ortodoxas, ocasionaron una fuerte recesión (contracción de la demanda) que repercutió en el bolsillo de los ciudadanos.

Ya hemos visto que el ingreso per cápita cayó significativamente: 14,8 % para ser exactos. El aumento de tarifas públicas e impuestos empobrecló aún más a los ciudadanos. Esto constituyó un círculo vicioso que terminó empobreciendo también al Estado puesto que el ciudadano que es pobre consume menos y cuanto menos consume, menos impuest Estado puesto que el ciudadano que es pobre consume menos y uanto menos consume, menos impuestos paga. En 1984, el gobierno de Belaúnde entró en mora con el pago de la deuda externa.

EL PROGRAMA HETERODOXO El 28 de julio de 1985, Alan García tuvo dos opciones: Continuar con el programa ortodoxo del FMI o probar una receta distinta, heterodoxa. En vista de los serios problemas en los últimos años, se esperaba un cambio de curso y de hecho fue así. Pero éste terminó siendo muy radical. El programa heterodoxo era fundamentalmente un programa estabilizador, que a su vez intenta una política economica consistente para disminuir la inflación a cero con neutralidad istributiva.

En su discurso a la nación, García atacó al FMI. De ahora en adelante, anunció García, el pago de la deuda externa se limitaría al valor equivalente al 10 % de las exportaciones peruanas. crecimiento económico 1985-1986 Inicialmente, García aplicó una política económica de corto plazo calificada de «heterodoxa». Contaba al respecto con asesores izquierdistas. De manera sencilla, García explicó su plan: Para estabilizar y hacer crecer la economía, el punto de partlda seria aumentar el consumo de la población.

Esto se lograría mejorando los salarios reales de los trabajadores; con el aumento del onsumo, las empresas y los productores agrarios aumentarían sus ventas, y ello, a su vez, incidiría en un aumento en la 31_1f6 productores agrarios aumentarían sus ventas, y ello, a su vez, incidiría en un aumento en las utilidades, lo que haría posible un aumento de la inversión, de la producción, de los puestos de trabajo y de la recaudación fiscal.

El plan parecía lógico, pero tenía un punto crítico: confiar en que los empresarios no cayeran en prácticas especulativas y reinvirtieran sus ganancias en el país (lo cual no ocurriría) Las medidas de corto plazo fueron las siguientes:

Se aumentaron los salarios reales en un 18% se congelaron los precios de los alimentos y los alquileres al valor que ten[an al 27 de julio de 1985 se redujeron las tasas de interés bancario de 280 a 110% la moneda fue devaluada en 12% se rebajaron los precios de los materiales de construcción y los medicamentos los certificados de divisas quedaron congelados por 90 días (pero se siguieron cotizando en moneda extranjera); las tarifas de electricidad y teléfono subieron en 20%, pero se anunció que permanecenan congeladas hasta fin de año.

Al mismo tiempo, se emprendió un programa de empleo masivo de apoyo crediticio a la agricultura. En un comienzo, las medidas adoptadas dieron resultados positivos. Ya en setiembre de 1985, la inflación bajó a 7,7 % (comparado con 12,1% en abril del mismo año). Hacia el segundo trimestre de 1986, la economía dio señales de clara recuperación. Los sectores que dependían de la demanda interna (man la economía dio señales de clara recuperación.

Los sectores que dependían de la demanda interna (manufactura, construcción, agricultura) crecieron, no así los sectores dedicados a la exportación (minería, pesca). En 1985, la econom(a creció 10 Fue el mayor crecimiento desde los años 50. Y es que al inicio, la popularidad del presidente, como suele ocurrir, fue en ascenso. Cuando la capacidad de gasto del estado fue agotada entonces comenzaron múltiples problemas. El primer problema fue que a pesar de la reactivación económica, el Estado casi no percibía mayores ingresos.

Otro problema consistía en que, después del gran crecimiento de 1986, la capacidad productiva de la modesta industria nacional estaba llegando a sus l(mltes. Hacían falta inversiones para instalar nuevas capacidades y así continuar con la reactivación. Para ello, ra necesario recurrir a inversiones y préstamos extranjeros. CRISIS Para muestra basta saber que, según el Banco Central de Reserva del Perú, la cantidad de billetes y monedas en los tres primeros años de García, aumentó casi 32 veces.

Luego una contracción muy pronunciada del circulante en 1989, al año siguiente volvió a multiplicarse casi por 52. El déficit de la Cuenta Corriente se disparaba, de 0. 5% en 1985, hasta su tope insostenible de 8% del Producto Interno Bruto (PIB) en 1988. En un principio, la inflación se pudo moderar, pero por muy poco Interno Bruto (PIB) en 1988. tiempo. Las reservas internacionales, por supuesto, comenzaron a agotarse junto con las esperanzas de evitar, de nuevo, un colapso económico.

Si en 1986 y • 87, la inflación había descendido a tasas de 78 y 86%, desde más de 160% en 1985, la emoción duró poco pues para el ’88, ya rebasaba el 667%. No obstante, la etapa más difícil en esta tragedia se vivió en 1989 y ’90: la hiperinflación hizo su arribo con un descomunal aumento de casi 3,400 y 7,500%. La fiesta, como siempre ocurre, había concluido. La moneda corriente de entonces, el «Inti», que había sustituido al «Sol de oro», estaba condenada como todas las divisas fíat, a erminar en el panteón del olvido. n «Nuevo sol», saldría a la luz para remplazarlo con una equivalencia de un millón a uno. Desde luego, este lapso implicó también una caída del PIB entre 1988 y 1990, de más de 10, 13 y 6% anuales, respectivamente, que en los hechos implicó para el Perú un salto hacia atrás de muchos años. No valió la pena la falsa prosperidad vivida al inicio del gobierno de Alan García, pues se perdió lo ganado y aún más. El caos social se hizo presente, junto con la escasez y la desesperación por conseguir los productos básicos para la subsistencia