EtienneKlein_entrevista

Las temáticas de esta entrevista son abordadas en detalle por el autor en su libro Galilée et les Indiens (París, Flammarion, 2008). Al respecto, el lector podrá consultar igualmente en Internet su articulo «Nuevas preguntas para la ciencia» traducido al español, publicado originalmente en la revista Études, junio de 2006. Susana Borda: La enseñanza de las ciencias naturales basada en la indagación presupone que la mejor forma de aprender ciencia es haciendo ciencia.

IJna reflexión acerca de la naturaleza del conocimiento científico es, por consiguiente, necesaria para definir y pensar esta corriente didáctica. ?Cuál es la particularidad del enfoque científico! con respecto a otras formas de producción de conocimiento? ¿Qué es «hacer ciencia»? Étienne Klein: En primer lugar, diría que no hay una sola forma de hacer ciencia que se ueda definir de manera canónica. Hay Swpeto page muchas formas de h PACE 1 ori 1 hay un método cientí o cambiando de métod E-l e permanente de lo qu Sin emba go, hay Bachelard, no ciencia progresa s la reinvención todo científico». ada por Galileo y que encuentro esencial para comprender la actividad cient[fica: para conocer las leyes del mundo físico, no es suficiente acer observaciones (no es suficiente mirar las estrellas para comprender la mecánica celeste, no es suficien suficiente ver caer los cuerpos para comprender la gravitación); tampoco es suficiente leer libros escritos por otros. El conocimiento científico no es revelado por lios textos, ni por las observaciones. En otras palabras, es un conocimiento que se construye mediante la búsqueda.

No hay conocimiento sin un trabajo de investigación. Aclaro que estoy hablando de las «ciencias duras» Lévi-Strauss decía que el término «ciencias humanas» es un poco halagador, y que posiblemente no sea del todo merecido. En cualquier caso, en las «ciencias duras» hay una parte de teorización. Es decir, es necesario pronunciarse acerca de lo que se podr(a encontrar con base en argumentos teoricos. A continuación hay una experimentación, (no una observación).

Es decir que, mediante una experiencia dirigida, concebida expresamente para ello, se obliga a la naturaleza a responder a la pregunta planteada. Esa tensión entre la física teórica y la física experimental hace la especificidad de la ciencia moderna. Insisto en un punto: lo que digo aquí vale sobre todo para la física, pero no tanto para las iencias sociales, que tienen un objeto más difícil de delimitar, mucho más complejo de lo que la física eligió observar. Esa es mi respuesta a la pregunta «¿qué es hacer ciencia? «, de forma muy general.

Ahora, esta forma muy global, casi unificada de presentar la actividad de los científicos no debe ocultar el hecho de que, individualmente, la gente trabaja de forma muy distinta: técnicos, ingenieros, jef individualmente, la gente trabaja de forma muy distinta: técnicos, ingenieros, jefes de proyecto, teóricos, experimentadores… hay miles de formas de hacer ciencia, pero creo que todas ellas tienen a particularidad que traté de definir, es declr, hay que buscar los resultados. Porque la verdad física, si se puede hablar en esos términos, está verdaderamente oculta, y el mundo de las apariencias, en muchas ocasiones, nos engaña.

S. B. Habla usted de «verdad física». ¿La ciencia dice la verdad, o el conocimiento que produce es relativo al contexto social y cultural en el cual fue pensado? E. K: No se puede decir que la ciencia dice la verdad, puesto que ha cambiado de opinión muchas veces a lo largo de su historia. Si la ciencla dijera la verdad, ihabr(a que empezar por declr cuándo! La verdad no tiene historia, es, en cierto modo, eterna. Y es justamente porque la verdad es eterna que la ciencia tiene una historia. Es decir, no la encuentra nunca directamente.

A veces cree haberla encontrado, pero luego reevalúa sus convicciones. Ahora bien, esto no quiere decir que la ciencia no tenga nada que ver con la verdad. Creo que la verdad está en el horizonte de la ciencia. Eso no implica que vayamos a alcanzarla, pero sí que a medida que avanzamos, nos acercamos de aquel horizonte, en vez de alejarnos S. B. ¿Cómo se sitúa, entonces, dentro del debate entre ientificistas y relativistas? E. K. : En mi libro Galilée et les indiens se puede leer que no soy ni cientificista, ni relativista. ?Porqué En mi libro Galilée et les indiens se puede leer que no soy ni cientificista, ni relativista. ¿Porqué no soy cientificista? Justamente, porque los cientificistas tienen tendencia a creer que la razón científica avanza sola, que es siempre pura, que no se contamina nunca de elementos externos, lo cual es históricamente falso. En los cálculos de Galileo sobre la mecánica celeste o la caída de los cuerpos, encontramos en la parte inferior e la página el tema astral de Cosme II, Gran Duque de Toscana, para quien trabajaba.

De igual forma, Newton utilizó algunas ideas provenientes de la alquimia. También Einstein, al escribir la Teoría de la relatividad especial y descubrir e=mc2, se vio influenciado directamente por su trabajo en el Instituto Federal de Propiedad Intelectual en Berna. Estamos siempre bajo influencia cuando trabajamos. Apruebo, por consiguiente, los estudios que ponen en perspectiva la actividad científica y que muestran que todo descubrimiento se hace dentro de un contexto social y cultural, lo cual implica ue no se trata nunca de un asunto estrictamente individual.

Sin embargo, no estoy de acuerdo con los relativistas porque parecen olvidar que la ciencia erigió un trabajo crítico, un trabajo de comunicación, una obligación a la discusión, que con el tiempo emancipan los resultados de la ciencia, de las condiciones particulares de su génesis, produciendo por consiguiente un trabajo de objetivación. En otras palabras, la objetividad de la ciencia no viene de la objetividad de de objetivación.

En otras palabras, la objetividad de la ciencia no viene de la objetividad de los científicos Como decía Popper, i la objetividad de la ciencia reposara en la objetividad de los científicos, habría que decirle adiós Sin embargo, la ciencia establece procesos al interior de la comunidad científica que garantizan que podamos escapar, en la medida de lo posible, a la subjetividad de los autores. S. B. Es común leer que el conocimiento científico es universal, ¿Qué quiere decir esto? E. K. : ‘Universal» puede comprenderse de dos formas En primer lugar, Galileo inventó la idea de Universo.

Es decir, la idea de que en el Universo hay leyes universales, lo cual implica que no hay sino un Universo. Esto esté en ruptura con Aristóteles, que decía que hay un primer mundo hasta la Luna, el mundo Sublunar, con una materia cor uptible, alterable, que termina siempre por degradarse; y mas allá, un mundo hecho de otra esencia, en el cual las leyes son eternas y escapan a cualquier tipo de devenir. Gracias a sus observaciones astronómicas, Galileo comprende que estos dos universos son uno solo, que la materia es la misma en todas partes.

No solamente es la misma, sino que, además, obedece en todas partes a las mismas leyes, que se convierten, por lo tanto, en leyes universales. Entonces, se debe comprender «universal» en primer lugar en ese sentido, que es d más importante. pero hay un segundo sentido, y es que a propósito de ciertas preguntas, la ciencia tiene el monopol Pero hay un segundo sentido, y es que a propósito de ciertas preguntas, la ciencia tiene el monopolio del discurso posible. Estas preguntas son, simplemente, las preguntas científicas. Solo la ciencia responde a las preguntas científicas.

S. B: Cómo identificar esas preguntas científicas? EK: Diría que son aquellas acerca de las cuales se aplica el enfoque que evocaba como respuesta a la primera pregunta: ay que buscarlas. Agrandes rasgos, son preguntas acerca de «¿como? «, no acerca de «¿por qué? «. Incluso cuando los científicos dicen «¿por qué…? «, hay que comprender «¿cómo explicar que… » Por ejemplo, «¿por qué pega el pegamento? » Esto no quiere decir realmente «¿por qué? , sino «¿cómo explicar, por medio de las leyes de la física, el hecho de que el pegamento pega? ‘. S. B. ?Si el saber científico es universal, entonces, cuáles son sus límites? EX. El campo de las preguntas científicas es, finalmente, bastante restringido. Justamente, las preguntas que más nos interesan on aquellas ligadas a los valores (¿cómo vivir juntos? , ¿cómo comportarse correctamente? , ¿cómo hacer política? , ¿qué es la libertad? , etc. ) Si bien la ciencia puede aportar algunas luces a estas preguntas, definitivamente no las puede resolver Entonces, respecto a los límites del conocimiento científico, creo que la ciencia es extremadamente eficaz, pero que no logra responder a las preguntas de orden metafísico.

La más emblemática de ellas es ¿por qué hay algo, en vez de nada? Eso no lo sabemos, y creo que más emblemática de ellas es ¿por qué hay algo, en vez de nada? Eso no lo sabemos, y creo que no lo sabremos nunca, ni por medio de la ciencia, ni por medio de la metafísica… S. B. : En su reciente libro Galilee et les indlens, usted sostiene, apoyándose en particular en el pensamiento del antropólogo francés Philippe Descola, en todas partes, excepto en Occidente moderno, las fronteras de la humanidad no se detienen en las puertas de la especie humana.

Se encuentran incluidas las plantas, los árboles, los animales, en fin, todos esos cuerpos asociados, subalternos, que nosotros relegamos a una simple/unción de entorn02. Es gracias a la separación que osotros efectuamos entre naturaleza y cultura como nuestra ciencia se torno tan eficaz? La ciencia, así como su eficacia, se basan, entonces, en una visión de la naturaleza que es propia de Occidente moderno. ?Qué consecuencias trae esta constatación para la enseñanza de la ciencia, en un mundo donde la diversidad cultural es ya una realidad en las aulas de clase? E. K. : Para hacer esta constatación, me apoyo, efectivamente, en lo que dicen los antropólogos. Claude Lévi-Strauss preconiza un relativismo cultural, es decir, la idea de que todas las culturas son igualmente racionales. El gran aporte de Lévi-Strauss es haber mostrado que, incluso las sociedades primitivas, aquellas que llamábamos «salvajes», fueron, o son, racionales.

Es decir, hay una explicación de los mitos, de su arquitectura, hay estructuras que son comunes a todas las 1 hay una explicación de los mitos, de su arquitectura, hay estructuras que son comunes a todas las culturas -de las cuales sus miembros son, a veces, inconscientes- pero hay estructura por todas partes. Nosotros, en Occidente, desarrollamos una cultura particular que es la cultura científica, que nos ha permitido ener un mayor dominio sobre el mundo. Y de ahí sacamos la idea de que nuestra cultura es mejor. Yo pienso, junto con Lévi-Strauss, que hay un abuso de poder.

Es decir, si bien nuestro poder es más grande, esto no quiere decir que nuestra cultura sea mejor. Pienso que, por ejemplo, en lo que concierne el medio ambiente, este poder que nos dio la ciencia se ha utilizado con algunos excesos de los cuales nos damos cuenta hoy. podr(amos aprender mucho al observar los pueblos que han practicado, mucho antes que nosotros, el desarrollo sostenible, sin tener conciencia de lo que esta noción implica, sobre todo oy en día. Por ejemplo, los Kayapo que conoc[4 practican el desarrollo sostenible desde hace siglos… es decir, administran económicamente su medio ambiente.

Claro, es un medio muy pequeño, ellos no tienen preocupaciones planetarias, pero hay en qué inspirarse. Volviendo a la pregunta acerca de la enseñanza de las ciencias, considero que cuando tratamos con estudiantes de gran diversidad cultural en el aula, deberíamos Presentarles los resultados de la ciencia explicándoles como se obtuvieron, para que comprendan que hay allí algo que se impone a ellos. Es decir, frente a la ciencia btuvieron, para que comprendan que hay allí algo que se impone a ellos. Es decir, frente a la ciencia no podemos hacer valer la subjetividad, el sentimiento, diciendo «yo pienso que…

A partir del momento en que veamos cómo se obtuvieron los resultados, estos se tornan obligatorios, en el sentido de que se imponen a todo aquel que haya comprendido el procedimiento. Ahora bien, una vez tomemos conciencia de lo que nos enseña la ciencia, surge la pregunta «¿qué hacemos con ello? » La ciencia no es predictiva, y mucho menos prescriptiva, en el sentido en que no nos dice lo que debemos hacer. La ciencia nos dice, por ejemplo: «esto es lo que sucede en el núcleo de un átomo: si un electrón choca contra un núcleo, hay fisión, lo cual puede producir enseguida una reacción en cadena.

Ustedes verán qué hacen con eso… » Creo que deberíamos aprender a discutir juntos, dentro de la diversidad cultural, sobre lo que haremos con lo que la ciencia nos permite hacer. Y ahí entra en juego la poltica. La ciencia tiene un valor de verdad (no estoy diciendo «verdad», estoy diciendo ‘Valor de verdad») en su campo, que es difícilmente contestable, pero, como tiene una influencia en todo l planeta, conviene instaurar un diálogo que podríamos llamar Intercultural, porque esto nos concierne a todos. No hay sino una humanidad.

Hay que encontrar la forma de decidir juntos acerca de lo que vamos a hacer, de lo que podemos hacer. Ahora, evidentemente, lo más complicado es aterrizar esto en el aula S. B. Ahora, evidentemente, lo más complicado es aterrizar esto en el aula S. B. Una de las preocupaciones fundamentales de los movimientos de enseñanza de las ciencias basada en la indagación es la formación de los niños en la ciudadanía. ¿Qué podría aportamos en este sentido una reflexión a propósito de os vínculos entre ciencia y democracia? E. K. : El tema del vínculo entre ciencia y democracia es complejo…

Las ideas de democracia y ciencia moderna nacen juntas (cuando hablo del origen de la ciencia moderna, me refiero al siglo XVII en Europa: es all( donde todo sucede). Podría decirse que tuvieron una infancia y una adolescencia comunes. Al fin y al cabo, la «ciencia auténtica»5 requiere un terreno democrático para avanzar -la gente debe tener libertad para discutir, para escribir, para publicar… Si no, no hay «ciencia auténtica» Recíprocamente, el espíritu científico ha servido de ácido isolvente para destruir ciertas autoridades dogmáticas, ciertas creencias o ciertos poderes religiosos o filosóficos.

Nos gustaría, entonces, decir que la ciencia y la democracia avanzan tomadas de la mano, felizmente, hacia un futuro feliz… pero el siglo XX ha sembrado la discordia desde ese punto de vista, puesto que ha aportado vanos malos ejemplos. Hemos visto -y lo vemos todavía- estados perfectamente antidemocráticos -como Corea de! Norte, por ejemplo, que es una dictadura espantosa- que promueven la ciencia. El nazismo, durante un tiempo, también promovio «una cierta ciencia» También la U