Ensayo clinico violencia en contra de las mujeres

$SXQWHV GH 3VLFRORJtD &ROHJLR 2¿FLDO GH 3VLFRORJtD R. Guerrero y J. Garcia Martinez Terapia constructivista-sistémica en violencia contra las mujeres 2008, vol. 26, número 2, págs. 269-280. de Andalucía Occidental y ISSN 0213-3334 Universidad de Sevilla Ensayo clínico de la eficacia de la terapia constructivista-sistémica en casos de violencia contra las mujeres Rafael GUERRERO G Jesús GARCIA MARTÍ Universidad de Sevill Resumen 3 S. wp w next pase En este artículo se presentan los resultados de un ensayo clínico que pretende cornSUREDlJ OD H&DFLD GH XQD WHUDSLD GH RULHQWDFLY Q FRQWWXFWLYLVWD HQ FDVRV GH YLROHQFLD GH énero.

El estudio ha utilizado una pequeña muestra (n=7). Todas las mujeres viven en un ámbito rural y proceden de un contexto socioeconómico bajo. El objetivo del trabajo es comprobar la viabilidad de una intervención terapéutica en violencia de género basada en un enfoque constructivista y sistémico, para lo cual se analiza si la sintomatología se reduce después de la intervención y si se generan nuevas construcciones que permitan exolicar de un modo alternativo la exoeriencia de victimización. eoría de los constructos personales, H¿FDFLD WHUDSpXWLFD WpFQLFD GH OD UHMLOOD Abstract Q WKLV DIJWLFOH DUH SUHVHQWHG WKH UHVXOWV RI DQ L QLWLDO FOLQLFDO WHVW DERXW WKH HZFDF RI a constructivist therapy applied to cases of gender violence. Sample is so small (n=7). All the women live in a rural scope and come from a Iow socioeconomic context. The aim of this work is to sketch the viability of a therapeutic intervention on gender violence based in a constructivist-systemic approach.

We are interested in verify if therapy: a) reduces symptoms; b) generates new useful constructs. Symptoms were evaluated with Beck Anxiety Inventory, Beck Depression Inventory and Derogatis’ Symptoms Check Dirección de los autores: Departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológicos. Facultad de Psicología. c/ Camilo José Cela, s/n. 41 018 Sevilla. Correo electrónico: guerrerorafa@hotmail. com y jgm@us. es Apuntes de psicología, 2008, vol. 6, número 2, págs. 269-280. Recibido: diciembre 2007. Aceptado: marzo 2008. 269 List. Grid Technique was used to assess changes in constructs elaboration. Results FRQ¿UP D VLJQL¿FDQW U WKH VPSWRPV DQG WK 23 H HPHUJHQA RI PRIJH HO niveles HGXFDWLYRV D WRGRV ORV HQWRUQRV JHRJUi¿cos, por ello representa un gran problema social y psicológico que tienen que afrontar os sistemas de protección social (Fischbach y Herbert, 1997).

Además, se puede considerar un grave problema de salud pública (Heise y Garc[a Moreno, 2002; Roberts, Lawrence, Williams y Raphael, 1998) dada su altísima prevalencia y por el hecho de que las repercusiones psicológicas del maltrato y el abuso fisico constituyen un factor de riesgo de salud a largo plazo (Koss, Koss y Woodruff, 1991). Desde el punto de vista funcional, el agresor no sólo usa la violencia para conseguir algo que no tiene o para forzar una situación, sino para mantener e incrementar un status quo de desigualdad (Jacobson y Gottman, 1998).

Por tanto, debe entenderse más como un estilo relacional o un problema crónico que como una acción puntual o provocada por una determinada situación. La violencia no está definida únicamente por el uso de agresiones físicas, sino que se pueden distinguir cuatro grandes manifestaciones de la misma: psicológica, verbal, sexual, y ffsica (Herranz y Rodríguez, 2002). Dichas manifestaciones pueden darse simultáneamente. El patrón relacional típico del maltrato se centra en un ciclo de ira-arrepentimientocontrol por parte del varón y sirve para obtener el control de la relación, a través del ual se consigue la subordinaci ‘a.

En 3 3 general, estos patrones de ienzan KDDQ GH¿QLGR GXUDQWH HO QRYLDJR La sintomatología que presentan las mujeres agredidas por sus parejas incluye déficit de autoestima y de autoeficacia (Orava, McLeod y Sharpe, 1996), así como sentimientos de culpa, aislamiento social y dependencia del maltratador (Buchbinder y EiSik0Vits, 2003; Echeburúa y de corral, 1998). El maltrato es un factor que genera trastornos y síntomas psicopatológicos de varios tipos, como depresión, estrés postraumático, baja autoestima y sentimientos de culpa (Echeburúa y de Corral, 1 998; Golding, 999; Matud, 2004).

De las distintas investigaciones realizadas se concluye que los síntomas más usuales padecidos por las mujeres maltratadas se agrupan en dos bloques: a) uno ligado a la depresión y la ansiedad que LQFOXLUtD HQ WX FDVR ORV Gp¿FLW GH DWM’RHVW PD y b) otro, menos frecuente, relacionado con el estrés postraumático. Las terapias de la violencia de género deben atender a dos aspectos básicos: a) respetar la necesidad de comprensión y ayuda de la victima, lo que implica que toda información debe ser recabada con un consentimiento expreso por parte de ésta (Matud, Padilla y

Gutiérrez, 2005; velázquez, 2003; walker, 1994); b) analizar los componentes relacionados con el patrón de violencia y control, los efectos psicológicos del maltrato, las estrategias usadas para enfrentarse y/o escapar al abuso, asi como los factores que modularon las respuestas al abuso y las estrategias de afrontamiento (Dutton, 19 4 23 Por otro lado, la terapia ha de buscar estrategias que sirvan para ayudar a las familias (las mujeres y su descendencia).

Para lograr este objetivo, deben utilizar un enfoque que les permita a la s mujeres elaborar una concepción distinta del problema, generando un VHQWLGR GH H¿FDFLD QR GH DXWRLQFXOSDFLYQ para conseguir este objetivo es necesario crear una buena alianza terapéutica con las mujeres (Friedlander, Escudero y Heatherington, 2006; Garrido y Garcia-Cubillana, 2000). En general, el formato terapéutico debe basarse en la lógica de una terapia del trauma (Walker, 1994). Estos objetivos se pueden cubrir tanto con enfoques de terapia individual como de grupo.

Han sido muchos los enfoques terapéuticos propuestos para tratar la violencia de género, entre ellos el cognitivo-conductual (Echeburúa y de Corral, 1998; Matud, 2004) y el enfoque de género (Corsí y Peyrú, 2003). Los autores defendemos la pertinencia de las terapias constructivistas y sistémicas en este campo por los siguientes motivos: a) La concepción sistémica permite traer al campo terapéutico el entramado relacional de la violencia y el funcionamiento del mismo dentro del sistema familiar.

Esto es posible hacerlo incluso no contando con la presencia real de la pareja en la terapia, pero si teniendo en cuenta en WRGR PRPHQWR TXH OD YLROHQFLD VIH SHU¿OD como una estrategia relaci s 3 b) Los cambios que se bus mujer, sino de su identidad. La víctima debe reelaborar su sentido del mundo y de sí misma. Este es precisamente el foco e las terapias constructivistas, tanto en general (Winter, 1 992), como de las centradas en la gestión de la violencia o de la experiencia traumática (Harter y Neimeyer, 1995; Neimeyer, 2000; Sewell, 1997). ) Tanto los enfoques relacionales (sistémicos), como los identitarios (constructivistas), comparten principios epistémicos y WpFQLFRV FRPXQHV TXH EXVFDQ UHGH¿QLU la experiencia en términos manejables por la persona, recreando nexos de unión entre distintos aspectos de la vida y de¿QLHQGR HO PDOWUDWR FRPR DOJR TXH VH OH hizo a la persona, no como algo que la persona se merecía o que incluso llegaba a ser.

Los enfoques constructivistas-sistémicos permiten reconstruir el sentido del abuso en los propios términos de la mujer maltratada y buscan activamente elementos y episodios resolutivos y de autocrecimiento en su propia experiencia vital (García-Martínez, 2004; Keskinen, 2004), lo cual los hace casar teóricamente bien con dos de los principios básicos de las terapias en casos de maltrato: i) que la intervención busque la recuperación de un trauma; y ii) que proporcione recursos a la cliente.

Contexto de trabajo En este trabajo se plantea 6 23 clínico sin grupo control so Stra FDPELR GH OD LGHQWLGDG FRPR WHUDSLDV H¿FDFHV n estos casos. En cierta medida, la ausencia de grupo control ha estado impuesta por los requisitos del contexto en el que se realizaba la terapia. Se trata de un servicio de asistencia terapéutica prestado de forma gratuita en virtud de un convenlo de colaboración Apuntes de Psicología, 2008, Vol. 6, número 2, págs. 269-280. 271 entre la Universidad de Sevilla y el Excmo. Ayuntamiento de Lora del RÍO (Sevilla). Los ingresos en el programa se producen cuando hay alguna demanda por parte del Centro Municipal de Información a la Mujer. No se trabaja con un formato de evaluación durante a lista de espera puesto que no tiene sentido terapéutico evaluar a una mujer que no va a ser atendida hasta un cierto tiempo después.

Objetivos e hipótesis En este primer momento del trabajo se pretende obtener datos preliminares sobre dos objetivos muy amplios: a) comprobar si la terapia constructivista-sistémica logra reducir las principales manifestaciones sintomatológicas ligadas a la violencia de género; b) comprobar si la terapia genera cambios en la construcción de la identidad. Esto se concreta en las sig 7 23 1. El tratamiento producirá postratamiento, lo que quedará evidenciado en la aparición e constructos identitarios (relacionados con el Yo) de contenidos más positivos y menos discrepantes (menor contraste entre la construcción del yo y el yo ideal). . El tratamiento servirá para elaborar mejor HO VLVWHPD GH VLJQQFDGRV GH OD PXMHU OR que quedará evidenciado en una mejor GH¿QLFLyQ GH VX SRVLFLyQ GH HQ OD UHMLOOD IRV HMHV TXH GH¿QHQ DO VHUiQ más explicativos (tendrán un mayor porcentaje de varianza explicada) y/o la 272 posición del yo será más relevante en el eje que mejor lo explique (la contribución relativa del elemento en el eje que mejor lo explique será más relevante). Metodología Muestra

La muestra consta de siete mujeres, todas residentes en la localidad de Lora del Río (Sevilla), una población rural de poco más de 18. 000 habitantes, con un alto índice de paro y dónde las actividades económicas se centran en la agricultura y otras tareas agropecuarias Todas ellas tienen un nivel socioeconómico bajo y la mayoría no ha cursado estudios más allá de la educación primaria. En general, los trabajos que desempeñan (o desempeñaron en el pasado) están asociados a la agricultura, puestos de bajo nivel en la restauración (camareras, cocineras) o la limpieza.

Su edad media e 23 (Sd= 9,51 anos). Brown, Epstein y Steer, 1988). La primera se utilizó porque permite una evaluación global y rápida de una amplía gama de síntomas, lo que permitirá conocer el rango general de estos. Está compuesta por 90 síntomas agrupados en nueve categorías: Somatización (SO), Obsesión-compulsión (03), sensibilidad Interpersonal (SIN), Depresión (DE), Ansiedad (AN), MiedoHostiIidad (MH), Ideación paranoide (IP) y Psicoticismo (PS).

Igualmente, proporciona una valoración global de la sintomatología que presenta la cliente (GSI) y del número GH VtQWRPDV TXH pvwH UH¿HUH 763 ‘DV GRV escalas de Beck se usaron como medio para ealizar una evaluación convergente y espeq¿FD GH ORV GRV WLSRV GH VtQWRPDV PiV WtSLFRV en casos de maltrato (ansiedad y depresión). Ambas estan compuestas por 21 ítems. La rejilla utilizada constaba de 15 elementos y los constructos se generaron a través del procedimiento de comparaciones diádicas.

Los elementos y el orden de comparaciones fueron igualados para toda la muestra. La rejilla fue corregida mediante el programa Record 4. 01 (Feixas y Cornejo, 1996). Las medidas RSHUDWLYDV HOHJLGDV SDUD OD UHMLOOD VH UH¿HUHQ todas a la identidad de la autoreconocidos del yo) V ctos eje que mejor xplica al elemento yo en ambos momentos. El programa Record genera siempre 5 ejes explicativos ordenados en función del porcentaje de varianza explicada, cuanto mayor es el porcentaje explicado más relevante es dicho eje en el sistema de construcción del sujeto. ) La contribución relativa del elemento yo actual en el eje que mejor lo explica. La contribución relativa es el peso que XQ HOHPHQWR WLHQH HQ OD GH¿QLFLYQ GH XQ HMH GH VLJQQFDGR FXDQWR PDRU VHD mayor es la importancia del elemento en el eje. G ID YDORUDFLYQ LGLRJUi¿FD GH OD DXWRHVWLPD proporcionada por la rejilla (correlaciones entre los elementos yo, o ideal y el elemento-contendor otros). Dado que intentamos comprobar si se han producido cambios en la identidad de las mujeres, la valoración del elemento yo actual es fundamental.

Si hay cambios en la DXWRGH¿QLFLYQ R UHOHYDQFLD GH ORV LQGLFDGRres de la rejilla en yo actual a lo largo de la terapia, se habrán producido cambios en la identidad. La autoestima, por su parte, es un indicador de la autovaloración del sujeto que indica hasta que punto la persona ve adecuada su identidad. Procedimiento La terapia suponía entre 12-15 sesiones de una hora, distribuidas de la siguiente forma: a) Sesión de elaboración 0 DF 23