el sujeto etico

Conciencia psicológica y moral La Conciencia Psicológica es el conocimiento íntimo que tiene el propio ser humano de sí mismo y de la realidad que lo circunda y lo limita. Esta conciencia tiene como centro el YO, que se diferencia del TÚ(o el otro) y del Súper Yo(que viene a ser una categoría moral). Los psicólogos señalan que el Yo es el centro de las actividades psicoespirituales, tanto como centro de unidad, de la actividad personal, de la intimidad pura y de la autocertidumbre. Mientras que la conciencia moral es la que juzga la moralidad (bondad o maldad) de una acción.

La base de se juicio son los principios morales del hombre, pues se juzga sobre los actos concretos. También se puede anotar ue la Conciencia Moral es la capacidad que nos p 4 aquellos que creemo c Swipe p crecimiento personal Se diferencian en q conocimiento, pues s e inclinarnos por stro bien y nuestro Ica es en esencia un señanzas recibidas; la conciencia moral es un juicio de valor, al cual podemos llegar en base al conocimiento que tenemos, conocimiento que nos permite distinguir lo bueno de lo malo.

Siendo así, la conciencia psicológica simplemente observa, y la conciencia moral por su apacidad de juzgar obliga; mientras la conciencia psicológica se interesa por la verdad, la conciencia moral procura el bien. La conciencia psicológica responde a la pregunta ¿qué soy? Y la conciencia moral se plantea ¿qué es Swipe to kdew next page es lo debido? Y se asemejan en que Ambas estudian el comportamiento del ser humano; tienen como fuente los aspectos del ser; y ambas tienen por objeto fundamental el bien y la verdad. 2.

Los principios de la conciencia moral El primer principio moral se encuentra escrito en el ser de los niños desde el primer momento de su existencia. Este principio, ue los antiguos llamaban sindéresis, es el que indica: «hacer el bien y evitar el mal» Muchos otros principios morales, derivados cercanos de la sindéresis, pueden deducirse de la simple observación del orden natural. Sin embargo no todos los hombres adhieren al bien en todos sus aspectos, y aún quienes hemos sido formados en el bien solemos cometer muchas faltas de las cuales luego nos arrepentimos.

Esto prueba que si bien la moral forma parte de nuestra vida natural, es preciso formar a los niños y jóvenes para que más fácilmente adhieran al bien y rechacen el mal. 3. La conciencia como norma de la moralidad Entre los distintos tipos de normas que rigen los comportamientos del individuo particular y del ciudadano que vive en sociedad, vamos a centrarnos en las normas específicamente morales.

De los valores éticos, salen y se fundamentan las normas morales que guían nuestros actos, por ejemplo, si valoramos la amistad y la sinceridad, saldrá de esa valoración personal la norma, también personal, «debo ser sincero con los amigos» que, posiblemente, nos demos a nosotros mismos. Las normas morales no estás escritas en ningún libro, como las leyes jurídicas por ejemplo, ni hay autoridades espe o estás escritas en ningún libro, como las leyes jurídicas por ejemplo, ni hay autoridades específicas que nos obliguen a cumplirlas.

Cuando obedecemos normas morales, como por ejemplo cumplir la palabra que hemos dado, decir la verdad aunque duela, y lo hacemos de forma libre y consciente, ¿por qué lo hacemos? , ¿dónde está el origen del convencimiento y el acatamiento de esas normas? Hay dos posibles respuestas a esta cuestión: Hablamos de heteronomía moral:cuando los motivos en los que se fundamenta la conducta moral de una persona, son exteriores a nuestra conciencia, es decir, cuando la norma oral que obedece le viene impuesta por alguien distinto de él mismo, pueden ser los padres, una autoridad religiosa o, simplemente, el miedo al castigo si no la cumplimos. or ejemplo, cuando realizamos una acción moralmente correcta, como decir la verdad, por miedo a las consecuencias de que nos pillen mintiendo. por el contrario, cuando uno realiza una acción moralmente correcta, por convencimiento propio de que es lo que debe hacer, entonces decimos que esa persona posee autonomía moral. Este tipo de persona, no se guía por meras opiniones personales, sno que racionalmente y, por propia voluntad, asume como propios os valores y normas de la sociedad en la que vive. 4.

La libertad: acciones voluntarias Mientras la libertad fundamental y psicológica es algo innato en el hombre, la libertad moral se conquista a través del ejercicio de acciones libres, enriquecedoras para el hombre, que incrementan y amplían la libertad. De este modo, nuestras decisiones, acertadas o er 14 hombre, que incrementan y amplían la libertad. De este modo, nuestras decisiones, acertadas o erradas, van forjando nuestro modo de ser y van abriéndonos o cerrándonos a nuevas posibilidades. La libertad moral compromete mi modo de ser n cada una de mis decisiones y me proyecta hacia los demás.

Porque la libertad moral es, ante todo, creadora de libertad, la finalidad de mi actuación libre es hacer a los demás partícipes de este bien radical que es la libertad. No se puede entender la libertad sin la idea de ‘compromiso y proyección a los demás. pues una libertad que tan sólo buscase su propio bien, su independencia y emancipación de los demás, sería una vida endosada, cerrada sobre sí misma, pero en ningún caso ampliaría los limites y posibilidades, que es lo propio de la libertad.

Por el contrario, la libertad lograda supera el plano de lo particular y iene carácter de proyección social. La plenitud de la libertad lleva consigo la expansión y la participación corresponsable con otras personas. De esta forma, el sujeto es capaz de trascender sus propios intereses y formar parte solidariamente de los intereses de la comunidad. Así pues, la libertad en su dimensión social, como plenitud de una libertad lograda, es una libertad que el individuo se da a si mismo, no es algo otorgado por otro.

Es la libertad que falta para alcanzar la plenitud propiamente humana. Es fruto de la conquista para que todos puedan participar de la libertad, y desborda así los límites individuales. La constitutiva proyección social de la libertad requiere, a su vez, un ámbito exento de coacci La constitutiva proyección social de la libertad requiere, a su vez, un ámbito exento de coacción o violencia injusta y cauces de participación y diálogo.

No es posible concebir la libertad fuera de las relaciones interpersonales, ya que el hombre, como ser encarnado, está constitutivamente orientado hacia los demás. Esta libertad se realiza especialmente en el diálogo con los demás en el mundo. No hay libertad humana plena que no sea la capacidad de sentir la llamada del otro, y precisamente sta llamada del ‘otro y la posibilidad de responderle, es lo que me hace más libre. Aun así, podríamos plantear la posibilidad de que la libertad estuviera determinada por causas físicas o psicológicas.

Sin embargo, un estudio sobre este punto implica, como veíamos al principio, tomar como punto de partida los mismos presupuestos antropológicos que enmarcan las distintas perspectivas de la reflexión sobre la libertad. En consecuencia, se puede afirmar, desde una perspectiva antropológica, que el hecho de que el hombre tome distancia frente a las cosas y las pueda conocer como tales, es lo que le posibilita también onocer y comprobar los procesos causales y las vinculaciones deterministas. 5.

Consecuencias de la libertad No es decir nada nuevo si decimos que las personas somos libres dentro de la sociedad en la que vivimos, que esa libertad la podemos administrar para aplicarla a distintos ámbitos y, en especial, a la toma de decisiones. Tomamos muchas decisiones al cabo del día, y muchas de ellas tienen que estar sometidas a la responsabilidad, porque llevan asociadas algunas muchas de ellas tienen que estar sometidas a la responsabilidad, porque llevan asociadas algunas consecuencias. Decidimos estar e mejor humor, o de peor humor, porque decidimos dejar que las cosas nos afecten de una forma u otra.

Decidimos hablar a los demás con amabilidad o por el contrario, con resentimiento porque nos hemos sentido ofendidos, con desprecio porque creemos que nos han despreciado. Y cada una de esas decisiones necesita que seamos responsables para afrontar las consecuencias que va a tener. Es posible que alguno crea que hace las cosas porque no le queda otra opción o porque no tiene otras posibilidades. Aunque lo cierto es que casi siempre hay otra opción y otras posibilidades y, tan solo cada uno, asume lo que decide hacer. ??Has decidido gritarle a alguien cercano? No es una obligación, es una decisión; incluso eres tu quien decide que lo que otro haga te «saque de tus casillas» o «te ponga de los nervios». ¿Has decidido comer más de lo que necesitas y te conviene? No es la única opción, es la que eliges, ya que solo depende de ti decidir la cantidad que ingieres y la calidad con qué te alimentas. ¿Has decidido poner en riesgo tu salud fumando o bebiendo o consumiendo tóxicos? Es tu decisión porque, probablemente hay otras posibilidades.

A pesar de que tengas un montón de razones que lo justifiquen y muchas ificultades que te hagan la vida difícil o casi insoportable; porque existe la posibilidad de que las cosas negativas te hundan o te motiven para superarte y ser mejor persona. Que sencillo podría llegar a ser actuar con libertad, asumir la re superarte y ser mejor persona. Que sencillo podría llegar a ser actuar con libertad, asumir la responsabilidad de esa libertad y ser capaz de prever las consecuencias, con el fin de ajustar esa libertad a las decisiones adecuadas.

Que sencillo y que complicado a la vez, porque quizás se olvida que esa libertad la tenemos todos. Se complica cuando lguien cree que puede influir sobre las decisiones del otro o de los otros, cuando alguien cree que está por encima, porque sabe más «de la vida» o «tiene más experiencia», o porque decide aplicar la máxima de que sus experiencias tienen que servir a los demás para aprender; y así, elimina o somete parte de la libertad de los demás.

Que complicado resulta cuando alguien llega a pensar que su libertad es Inmensa o infinita y no sabe ver y respetar la libertad de los demás, de manera que la invade, la elimina y no es capaz de prever las consecuencias que eso puede llegar a tener porque tampoco se responsabiliza de ellas. La axiología Quien por primera vez utilizó «axiología» como término fue Paul Lapie, en los primeros años del siglo XX, y luego Von Hartman unos años después tomó el concepto de Lapie para fundamentar sus estudios, y así consolidar a la axiolog(a no ya como termino si no más bien como una disciplina independiente y autónoma de la filosofía y en particular, de la ética. La axiología es una rama de la filosof[a, que tiene por objeto de estudio la naturaleza o esencia de los valores y de los Juicios de valor que puede realizar un individuo. or eso, es muy común y frecuente que a la axiología se la denomi uede realizar un individuo. Por eso, es muy común y frecuente que a la axiología se la denomine «filosofía de valores». La axiología, junto con la deontología, se constituyen como las ramas más importantes de la filosofía que contribuyen con otra rama más general: la ética. tanto los valores positivos como los negativos son abordados de manera igual por la axiología, mediante el análisis que considera a algo como valioso o no.

Por esto, la axiología ha planteado importantes conceptos para los principios de la ética y de la estética, ambas disciplinas donde la noción de «valor’ tiene una mportancia clave para el desarrollo de las mismas. Dentro de la axiología, los valores podrán ser subjetivos o en cambio, objetivos. Los subjetivos, son aquellos mediante los cuales se plantea un medio que permite llegar a un fin, y están impulsados por un deseo u objetivo a nivel personal, por ejemplo la solidaridad o el compañerismo. En cambio, los valores objetivos son valores por sí solos, como la verdad o la belleza, que plantean finalidades por si solos.

Existe también lo que se denomina «jerarquía» o «escala» valorativa donde, entre los valores, algunos tienen una posición o scalón de relevancia más alta que algunos otros. Qué son los valores Los valores son principios que nos permiten orientar nuestro comportamiento en función de realizarnos como personas. Son creencias fundamentales que nos ayudan a preferir, apreciar y elegir unas cosas en lugar de otras, o un comportamiento en lugar de otro. También son fuente de satisfacción y plenitud. Nos proporcionan una pauta p comportamiento en lugar de otro. También son fuente de satisfacción y plenitud.

Nos proporcionan una pauta para formular metas y propósitos, personales o colectivos. Reflejan nuestros intereses, sentimientos convicciones más importantes. Los valores se refieren a necesidades humanas y representan ideales, sueños y aspiraciones, con una importancia independiente de las circunstancias. Por ejemplo, aunque seamos injustos la Justicia sigue teniendo valor. Lo mismo ocurre con el bienestar o la felicidad. Los valores valen por sí mismos. Son importantes por lo que son, lo que significan, y lo que representan, y no por lo que se opine de ellos. Valores, actitudes y conductas están estrechamente relacionados.

Cuando hablamos de actitud nos referimos a la disposición de actuar en cualquier momento, de acuerdo con uestras creencias, sentimientos y valores. Los valores se traducen en pensamientos, conceptos o ideas, pero lo que más apreciamos es el comportamiento, lo que hacen las personas. Una persona valiosa es alguien que vive de acuerdo con los valores en los que cree. Ella vale lo que valen sus valores y la manera cómo los vive. Pero los valores también son la base para vivir en comunidad y relacionarnos con las demás personas. Permiten regular nuestra conducta para el bienestar colectivo y una convivencia armoniosa.

Quizás por esta razón tenemos la tendencia a relacionarlos egún reglas y normas de comportamiento, pero en realidad son decisiones. Es decir, decidimos actuar de una manera y no de otra con base en lo que es Importante para nosotros como val una manera y no de otra con base en lo que es importante para nosotros como valor. Decidimos creer en eso y estimarlo de manera especial. Al llegar a una organización con valores ya definidos, de manera implícita asumimos aceptarlos y ponerlos en práctica. Es lo que los demás miembros de la organización esperan de nosotros.

En una organización los valores son el marco del comportamiento que deben tener sus integrantes, y dependen de a naturaleza de la organización (su razón de ser); del propósito para el cual fue creada (sus objetivos); y de su proyección en el futuro (su visión). Para ello, deberían inspirar las actitudes y acciones necesarias para lograr sus objetivos. 8. Jerarquia de valores. La jerarquía de los valores implica que existe un orden jerárquico, que hay valores de rango superior y valores de rango inferior. Pero ¿cuál es el valor supremo conforme al cual debe ordenarse la Vida? Esta es una cuestión dificil y muy debatida.

Por ejemplo, si uno afirma que la filosofía es lo más valioso orque permite dar un sentido humano a la vida, otro puede decir que la filosofía es la cosa más aburrida e improductiva del mundo, que es más valioso un partido de fútbol, una película, etc. Para un religioso, el valor supremo es la santidad; para un político, en cambio, el valor fundamental es la cosa pública, y así sucesivamente. Así, las diversas concepciones de la vida resultan de sobreestimar un valor por encima de otros: el valor moral, el artístico, el científico, etc. Ante la complejidad de este problema, los filósofos han intentado proponer una tabla 0 DF