Desccartes

Desccartes gydulccdino 02, 2010 2 pagos La existencia de Dios y del alma humana: Una vez seguro de la propia existencia, en tanto ser pensante, Descartes, intenta el segundo gran paso de su metafísica: la demostración de la existencia de Dios. En vez de apoyar el conocimiento de Dios en el conocimiento del mundo (que la duda metódica había convertido en algo problemático), sustenta el mundo en el conocimiento de Dios. Parte de la única verdad que posee, esto es, la certeza de la propia existencia como cosa pensante.

En los pensamientos hay unos que son como las imágenes de las cosa y que denomina: Ideas. E-ntre ellas se distinguen algunas cosas que parecen haber nacido con nosotros mismos y otras extrañas, de fuera (como la idea del sol, o de los animales), y otras inventadas por nosotros (sirena, centauro, etc.. ), que denomina res ectivamente Innatas, Adventicias, Ficticias. Entre ellas e ncia infinita, eterna, ora inmutable, independi te.. o puedo yo, que soy un ser finito, hab orod n ser infinito, si lo más no puede deri OS existe por la presencia en nosotro oe infinito, pues nosotros que poseemos la idea de lo perfecto, existimos. Mi existencia no se debe a mi mismo, ni a haber existido desde siempre, ni a causas menos p Swlpe to vlew next page perfectas que Dios, pero está claro que existo, que soy una cosa que piensa y tengo la idea de Dios. Mis padres pueden haber sido tan sólo la causa de mi naturaleza física, pero no de mi espíritu; cualquiera que ésta sea, ella tendré que haber reclbido su existencia de si misma o de alguna otra cosa.

Si es causa de su propia existencia, es fácil advertir que se trata de Dios. Dios es pues la causa de mi existencia, por lo tanto él existe; el llamado argumento ontológico, viene también a probar la existencia de Dios. Tengo la idea de un ser sumamente perfecto; su existencia es inseparable en El de su esencia; por tal razón tan contradictorio sería concebir un ser sumamente perfecto, sin una de las perfecciones ya que, para él, la existencia es una perfección.

En los tres argumentos expuestos, Descartes intenta robar la existencia de Dios, partiendo de la propia existencia como un ser pensante, mientras que la tradición aristotélica- escolástica hacía descansar una de las pruebas más importantes en la existencia del mundo sensible y en la necesidad de que el mundo, y el orden que en él advertimos, tengan una causa primera. Descartes en cambio, encerrado en su propia conciencia tendrá que apoyarse en Dios para probar la existencia del mundo exterior, invirtiendo por completo el orden tradicional.