Crónica

Crónica gy Laut-çucntes cbenpanR 17, 2016 g pagos Preguntas: Describir a Santiago Nasar, Ángela Vicario y Bayardo San Román. Era febrero, en un lugar del Caribe El día en que lo iba a matar (LUNES) despertó a las 5. 0 am con un sedimento de estribo de cobre en el paladar Fue a esperar al obispo siempre soñaba con árboles «La semana anterior había soñado que iba solo en un avión de papel de estaño que volaba sin tro ezar or entre los almendros» org En la plaza frentea s asa De no haber sido po vestido de caqui y las botas de Rostro, la hacienda de to View nut*ge abría puesto el s lunes a El Divino ganado que heredó de su padre, y que él administraba con muy buen juicio aunque sin mucha fortuna. Siempre dormía como durmió su padre, con el arma escondida dentro de la funda de la almohada Antes de partir (6. 3), se fue desarmado vistiendo de blanco como si fuera a la iglesia, sin almidón. Llovía supuestamente cumplido 21 años la última semana de enero, y era esbelto y pálido, y tenía los párpados árabes y los cabellos rizados de su padre. Era el hijo único de un matrimonio de conveniencia que no tuvo un solo instante de felicidad, ero él parecía feliz con su padre hasta que éste murió de repente, tres años antes, y siguió pareciéndolo con la madre solitaria hasta el lunes de su muerte. ? de su padre aprendió a ser altanero Victoria Guzmán, la cocinera, afirmó «Al contrario», me dijo cuando vine a verla, poco antes de su muerte. «El sol calentó más temprano que en agosto. » La hija de victoria le sirvió una taza de café con un chorro de alcohol (como todos los lunes) para ayudarlo a sobrellevar la carga de la noche anterior Él le dijo a ella: -Ya estás en tiempo de desbravar «Era idéntico a su padre -le replicó Victoria Guzmán-. Un mierda. ? Victoria Guzmán necesitó casi 20 años para entender que un hombre acostumbrado a matar animales inermes expresara de pronto semejante horror. «Dios Santo -exclamó asustada-, de modo que todo aquello fue una revelación! » la puerta posterior era la de más uso porque daba a la calle del puerto nuevo sin pasar por la plaza Linero:«Mi hilo no salía nun erta de atrás cuando puerta de atrás cuando estaba bien vestido». Victoria confesó en el curso de sus año que ambas sabían que lo iban a matar.

Se lo había dicho una mujer que pasó después de las cinco a pedir un oco de leche por caridad, y les reveló además los motivos y el lugar donde lo estaban esperando. «No la previne porque pensé que eran habladas de borracho» La hija de victoria era acosada sexualmente por Santiago. Yacla un sobre en el piso el cual avisaba la muerte de Santiago. El mensaje estaba en el suelo cuando Santiago Nasar salió de su casa, pero él no lo vio, ni lo VIO DIVina Flor ni lo vio nadie hasta mucho después de que el crimen fue consumado. Ya eran las 6.

Quedaban aún restos de la boda. En la plaza lo ünico abierto era una lechería donde estaban los os hombres que matarían a Santiago. (Pedro y Pablo Vicario). El narrador los conoce. «Ya parecía un fantasma» dijo Clotilde Armenta la dueña de la lechería al verlo vestido como de aluminio. -Por el amor de Dios -murmuró Clotilde Armenta-. Déjenlo para después, aunque sea por respeto al señor obispo Justo cuando sonó el bramudo del buque, las niñas de la escuela de monjas salieron cruzando la plaza. El obispo no se bajó del bote, como lo dijo Linero.

Cuando llegó se escuchó el canto de los gallos por el bramullo del buque. «No parecía resfriado, y sólo estaba pensando en lo que habra ostado la boda»: dijo Margot, la hermana del resfriado, y sólo estaba pensando en lo que había costado la boda»: dijo Margot, la hermana del narrador, sobre Santiago. Santiago había estado de parranda con el narrador y Cristo Bedoya hasta un poco antes de las cuatro. Después de eso se fue a lo de sus abuelos donde obtuvo los costos de la parranda. (página 11) Eran las 6. 25. Santiago Nasar tomó del brazo a Cristo Bedoya y se lo llevó hacia la plaza.

Margot se había comprometuido con Santiago en juntarse tipo y cuarto. Según Bedoya, Margot tenia intenciones de ocultar a Santiago para que no lo maten. La madre del narrador no sabía que Santiago iba a morir a pesar de ser una persona que sabe mucho de la gente: Aquella mañana, sin embargo, no sintió el pálpito de la tragedia que se estaba gestando desde las tres de la madrugada. Después de que se fuera el obispo, surgió la noticia y llegó a oídos de Margot: Àngela Vicario, la novia de la boda anterior, fue descubierta que no era virgen.

La madre del narrador era madrina de Santiago y tenía parentesco con la madre de Àngela. Seis meses antes de la boda llegó Bayardo San Román. Parecía «‘marica». Andaba buscando con quién casarse. Era rico, galán, y no era mala gente. La madre del narrador le escribía cartas para el narrador sobre lo maravilloso que era Bayardo. Sin embargo, mucho después de la boda ella confiesa que se le parecía al diablo. Era bastante confiado, pues cuando vio la boda ella confiesa que se le parecía al diablo. Era bastante confiado, pues cuando vio por primera vez a Ángela, dijo que se casaría con ella.

Al parecer ambos se conocieron por primera vez en Octubre, en una feria. detestaba a los hombres altaneros, y nunca había visto uno con tantas ínfulas -me dijo, evocando aquel d(a-. Además, pensé que era un polaco. » Bayardo ganó la ortofónica que rifaba Ángela. Y compró todos los números para sorprenderla. Se la terminó regalando. Àngela era la hija menor de una famila de recursos escasos. Tenía un alma y personalidad desvalida. «Ya está de colgar en un alambre -me decía Santiago Nasar-: tu prima la boba. » Bayardo Trajo a su familia.

Eran cuatro: el padre, la madre y dos hermanas perturbadoras. Llegaron en un Ford T. Era Ángela Vicario quien no quería casarse con él. «Me parecía demasiado hombre para mi». Además, Bayardo San Román no hab[a intentado siquiera educirla a ella, sino que hechizó a la familia con sus encantos. Ángela Vicario no olvidó nunca el horror de la noche en que sus padres y sus hermanas mayores con sus maridos, reunidos en la sala de la casa, le impusieron la obligación de casarse con un hombre que apenas había visto. Bayardo quería comprar la casa que a Ángela le gusta. ?l no comprendía de que el dueño viudo no aceptaría el trato porque allí pasó la felicidad con su mujer. Al final consiguió la casa. Nadie hub aceptaría el trato porque allí pasó la felicidad con su mujer. Al final consiguió la casa. Nadie hubiera pensado, ni lo dijo nadie, que Ángela Vicario no fuera virgen Ángela con respecto a Bayardo: « Lo único que le rogaba a Dios es que me diera valor para matarme -me dijo Ángela Vicario-. pero no me lo dio. » Bayardo trató de retrasar la boda por un día cuando se anunció la visita del obispo, para que éste los casara, pero Ángela Vicario se opuso.

La boda se realizó en la humilde casa de Ángela. De suerte no fue en la de Linero (casa de santiago nasar). Pero como no había mucho espacio, utilizaron además las casas contiguas. Santiago en la boda parecía normal. Santiago Nasar era un hombre de fiestas, y su gozo mayor lo tuvo la víspera de su muerte, calculando los costos de la boda. Bayardo San Román se había hecho muy amigo del narrador y su grupo de amigos (santiago y cristo beyoda) Después de las 6 de la tarde, los novios se fueron a la casa del viudo.

Y el narrador, más sus amigos (Cristo Beyoda, Santiago Nasar y el hermano del narrador, Luis Enrique) se fuero a la casa de misericordias de Maria Alejandra Cervantes. Allí estaban también los gemelos, que se enfiestaron junto con Santiago, cinco horas antes de matarlo. Como a las diez de la noche, cuando todavía quedaban algunos borrachos cantando en el patio, Ángela Vicario había mandado a pedir una maletita de cosas personales cantando en el patio, Ángela Vicario había mandado a pedir una maletita de cosas personales que estaba en el ropero de su dormitorio.

A las once, aparece Bayardo en la casa de pura Vlcario, madre de Ángela. Estaba verde. Le entregó a Ángela. «Lo único que recuerdo es que me sostenía por el pelo con una mano y me golpeaba con la otra con tanta rabia que pensé que me iba a matar», le contó Ángela Vicario al narrador. Cuando sus hermanos volvieron de la parranda y se la encontraron toda golpeada y llorando, uno de éstos le preguntó quién fue. Y Ángela contestó: Santiago Nasar. -Lo matamos a conciencia -dijo pedro Vicano-, pero somos inocentes. Faustino Santos, un carnicero amigo, los vio entrar a las 3. 0 cuando acababa de abrir su mesa de vísceras Una vez que afilaron sus cuchillos: -Vamos a matar a Santiago Nasar -dijo. Ten[an tan bien fundada su reputación de gente buena, que nadie les hizo caso. Faustino Santos me contó que se había quedado con la duda, y se la comunicó a un agente de la policía que paso poco más tarde a omprar una libra de higado para el desayuno del alcalde. Los hermanos Vicario entraron a lo de Clotilde Armenta las 4. 10. El oficial ya estaba allí. También le dijeron a ella que iban a matar a Santiago. No seas pendeja -le dijo su esposo-, ésos no matan a nadie, y menos a un rico. Mientras tanto, el oficial fue a darle la info de que los hermanos iban a matar a iban a matar a Santiago al coronel Lázaro. Éste no le dio importancia al tema, y menos cuando escuchó de la boca de su esposa que Bayardo había entregado a Ángela por no ser virgen; hasta que relacionó ambas datas y salió a la plaza«Recuerdo con eguridad que eran casi las cinco y empezaba a llover», me dijo el coronel Lázaro Aponte. Llegó a lo de Clotilde y les quitó las armas.

Los hermanos Vicario les habían contado sus propósitos a más de doce personas que fueron a comprar leche, y éstas los habían divulgado por todas partes antes de las seis. Fue Clotilde Armenta quien dejó la carta bajo la puerta de la casa de Santiago «Estuvo como media hora cambiándose la gasa con que llevaba envuelta la pinga», me dijo Pablo Vicario. En realidad no se demoró más de diez minutos, pero fue algo tan difícil, y tan nigmático para Pablo Vicario, que lo interpretó como una nueva artimaña del hermano para perder el tiempo hasta el amanecer.

De modo que le puso el cuchillo en la mano y se lo llevó casi por la fuerza a buscar la honra perdida de la hermana . «No estaba lloviendo», recordaba pablo Vlcario. «Al contrario – recordaba Pedro-: había viento de mar y todavía las estrellas se podían contar con el dedo. » Comentario del narrador sobre Maria Alejandra Cervantes: Fue ella quien arrasó con la virginidad de mi gen narrador sobre Maria Alejandra Cervantes: Fue ella quien arrasó on la virginidad de mi generación. Nos enseñó mucho más de lo que debíamos aprender, pero nos enseñó sobre todo que ningun lugar de la vida es más triste que una canea vacía.

Santiago Nasar perdió el sentido desde que la vio por primera vez. Yo lo previne: Halcón que se atreve con garza guerrera, peligros espera. Santiago Nasar tenía un talento casi mágico para los disfraces Después del burdel, se fueron a cantar serenatas (santiago y compañía) a la casa del viudo de Xius. Resulta que dos horas antes, Bayardo había entregado a Ángela. Narrador: Cuando bajamos la colina, mi hermano nos invitó a esayunar con pescado frito en las fondas del mercado, pero Santiago Nasar se opuso porque quería dormir una hora hasta que llegara el obispo.

Se fue con Cristo Bedoya por la orilla del río bordeando los tambos de pobres que empezaban a encenderse en el puerto antiguo, y antes de doblar la esquina nos hizo una señal de adiós con la mano. Fue la última vez que lo vimos. Autopsia de Santiago. No había doctor, entonces el padre Amador, quien estudió medicina, la realizó. El informe concluía que la causa de la muerte fue una hemorragia masva ocasonada por cualquiera de las siete heridas mayores. Lo enterraron al amanecer. Martes: