CIUDADANIA 1

INDEPENDENCIA DE CUENCA 3 DE NOVIEMBRE DE 1820 PROTAGONISTAS Doctor José María Vázquez de Noboa, don Joaquín Salazar y Lozano, teniente Tomás Ordóñez, cura de Chuquipata Javier Loyola, Ambrosio Prieto, eón de la Piedra, José N. Hidalgo de Cisneros, Pedro y Felipe Serrano, Vicente Toledo, Joaquín Astudillo, Zenón de San Martín, Gerónimo Illescas, Fernando Coronel, José Moscoso y muchos otros.

Los muchos otros se refiere a la participación popular, esos héroes anónimos que sólo le impulsa la consecución de su objetivo más próximo, en este caso, la independencia para onstruir una nueva relación de convivencia. Aunque fue y es duro romper todos toda la América meri ors S»ipeto de los jóvenes de s la independencia, s: la Colonia y la tuvieron como escen o de Independencia. INDEPENDENCIA Nobles ciudadanos, prevengan las armas para la libertad nuestra y la de nuestros hijos… no queremos tirano rey», dec(an los grafitis que amanecieron pintados en sitios públicos de Cuenca el 21 de marzo de 1795.

La pesquisa del Gobernador Antonio Vallejo para descubrir a los autores de semejantes «pasquines subversivos» no tuvo ?xito, pero aquellas leyendas fueron expresiones sentidas y manifiestas de un germen de rebeldía destinado a dar frutos: la independencia. Habían transcurridos 238 años desde cuando el 12 de abril de 1 557 Gil Ramírez Dávalos, el fundador de Cuenca, hizo jurar lealtad al soberano de España España a los caciques Hernando Leopulla, Juan Duma, Luis Chabancayo o Juca y otros, con la mano sobre el misal, en nombre de un Dios recién llegado a América.

Los patriotas cuencanos de 1820 hablan decldido acabar con el yugo colonial para encontrar la ruta de su propio destino Antonio Díaz Cruzado, Gobernador representante de la autoridad española, había accedido a entregar el mando a los patriotas el primer día de noviembre de 1820, pero al ser descubierto el proyecto, fue tomado prisionero y enviado a Quito por los caminos del Cañar.

Le sucedió en el cargo Vásquez de Noboa, Segundo Alcalde, quien el tres de noviembre mandó a pregonar bandos reales en la plaza central de Cuenca, lo que fue aprovechado por los rebeldes para sorprender a la escolta y desarmarla: todo había sido planificado con el secreto apoyo de Vázquez de Noboa. Los patriotas, provistos de armas -escasas, por cierto-, se apertrecharon en la plaza de San Sebastián, para preparar el ataque al cuartel rigurosamente guarnecido por 109 soldados realistas al mando de Antonio García Tréllez.

La plaza central -hoy Parque Calderón-, era escenario de repetidas escaramuzas, con la reacción del pueblo en favor de la independencia. iQue viva la libertad, abajo los chapetones, abajo la terquedad! , eran los gritos de la gente ansiosa de acabar con el dominio extranjero. Tomás Ordóñez, que había sufrido una herida de bayoneta en na pierna durante el asalto a la escolta, recorría por la ciudad sobre una acémila sin ensillar alentando los ánimos de todo el mundo e invitando a sumarse al m RI_IFS una acémila sin ensillar alentando los ánimos de todo el mundo e invitando a sumarse al movimiento libertario.

Las fuerzas eran desiguales. Al atardecer, por seguridad, los patriotas prefirieron trasladarse al barrio de El Vecino, desde donde se podía dominar la ciudad y también conseguir refuerzos de gente que venía por los caminos del norte. «Esta situación, grave de suyo, y mucho más aún para una iudad donde era ésta la primera vez que se oía el estrépito de un combate, se prolongaba sin esperanza alguna de solución.

Las horas del día 3, desde la del asalto, todas las de la noche del mismo día, y las del 4 siguiente, gastadas en infructuosa lucha, eran para descorazonar aún a los más bravos. Parece que los patnotas pensaban ya en una retirada definitiva, y que aún la habían comenzado por los dos caminos de El Rollo, cuando asomó allí, este último día, el célebre cura de Chuquipata, el maestro Javier de oyola, con numerosos refuerzos de gente lanca y de indígenas armados», escribe Octavio Cordero Palacios. Reforzados, los patriotas, rehicieron filas.

Al caer de la noche se apoderaron de la plaza central, tomaron el cuartel que abandonaron en fuga los realistas y proclamaron triunfales la independencia de Cuenca. El cura Loyola se sumó a la lista de héroes de la jornada y el pueblo le aclamaba con entusiasmo: «iQue viva el cura Loyola, que viva la libertad. Abajo los chapetones, que muera la terquedad! «, era la copla que resonaba en las calles de la ciudad. Entonces quedó derogada la obligada promesa de 1557, cuando Pedro Muñoz y Alfonso 31_1fS la ciudad.

Pedro Muñoz y Alfonso Flores Dávila, en nombre de hombres, mujeres, niños y naturales de esta provincia, con las manos sobre los Evangelios, juraron «que le obedecemos e obedeceremos, e tenemos e tendremos por nuestro Rey e Señor natural, al cual Dios Nuestro Señor ensalce e guarde e prospere por muchos e largos tiempos con aumento de muy mayores Reinos e Señoríos, e como leales vasallos e súbditos obedeceremos e cumpliremos los mandamientos, leyes, ordenanzas, cartas e provisiones de su Majestad, como de nuestro Rey e Señor natural; so cargo el dicho juramento e homenaje, en nombre de toda la ciudad e provincia, guardaremos e procuraremos a todo nuestro leal poder, la vida, salud, honra e provecho de su Majestad del rey D. Felipe nuestro Señor, y el que así como dicho es, no lo toviere, hiciere e cumpliere, caiga por ende en tal pena como si hiciese la mayor traición que puede ser fecha, e caiga en caso de pena de traición, crimine legis majestatis, e por tal sea habido e tenido, e por perjuro, infame e fementido; e a la fuerza e gravedad del dicho juramento, decimos cada uno de nos, sí juro e amén… «

José María Vázquez de Noboa comunicó la hazaña libertaria al Vicepresldente de Colombia, general Santander: «Los días 3 y 4 del presente fueron los de la mayor ignominia para los agentes del despotismo: en ellos vieron que al valor nada se resiste, y convencidos de la impotencia de sus armas y de que la sangre de los patriotas derramada por ellos infructuosamente solo servía 406 S de sus armas y de que la sangre de los patriotas derramada por ellos infructuosamente solo serv(a para electrizar a los que se habían decidido por la noble empresa de recobrar los derechos surpados a sus mayores, se decidieron mal de su agrado a la entrega del cuartel, y a que reinase el orden, la unión y alegría que forma el carácter de los patriotas» La proclamación de la independencia, en la pequeña ciudad de hace 179 años, fue un acontecimiento antecedido por similar acción patriótica el 9 de octubre de 1 820, en Guayaquil, y seguido por efectos multiplicadores en otras ciudades del actual Ecuador. FRACES La independencia siempre fue mi deseo; la dependencia siempre fue mi destino.

Novalis El espíritu de Dios flota sobre las aguas y una isla celestial se ará visible primero cual morada de los nuevos hombres, cual cuenca de la vida eterna sobre las olas que refluyen. Hayek, Friedrich MENSAJE FINAL Sólo nos queda admirar el valor y el arrojo de los muchos lucharon en favor de la Independencia. A los patriotas del 3 de Noviembre de 1820 y a los héroes de Verdeloma , los tendremos en el recuerdo mientras exista la Patria. La Historia es amiga del tiempo y las nuevas generaciones deben escribir sus propias páginas de trabajo y gloria. Viva Cuenca pueblo noble, culto y valiente para conservar su herencia y cultura. FUENTES: SÜFS