Ash teorias

Ash teorias gy mariben Ac•Ka5pA 2010 35 pagcs Anuario de Psicologia 1998, vol. 29, n02, 139-162 0 1998, Facultat de Psicologia Universitat de Barcelona Pasado, presente y posible futuro de la psicologia social jacques-Philippe Leyens Universidad Católica de Lovaina Armando Rodríguez Ramón Rodríguez Universidad de La aguna Paola Paladino Universidad de Padua y IJniversidad Católica de Lovaina En IOS años sesentu, la mayorparte de la investigación realizada en psicolog fa social estuvo caracterizada por experimentos teatrales que implicaban engaño.

Se esperaba que IOS participantes en IOS ex erimentos reaccionaranpasivamente Sv. içx to Swp to page a la situación. Debido PACE 1 or35 éticas, esos experim os mds cognitivos. Se a heurísticos y modelo social. En el articulo s as y a razones ez mh, a marcos reemplazó por ada de la cognición s limitaciones de diferentes perspectivas vinculadas a la revolución cognitivo social. Tambien se consideran potenciales y fructqeras nuevas vfas & investigación: perspectiva pragmática en estudios de percepción social, modelos conexionistas y una vuelta a la conducta.

Paiabras clave: conexionismo, heuristicos, fo m c ó n de impresiones, memoria, cognición social, teoria de la identidad social,juicio ocial, percepción social. In the sixties, most research in social psychology was characterized by showy experiments involving deception. The participants in these experiments were supposed to > o por nuevos dogmas, a IOS que se dio el nombre de debe a un se defecto de la memor memoria o a un heuristico—, es más informativo que decir que se no debe a una situación. Desde esta perspectiva, a la cu. estiÓn jcómo piensa la gente sobre si mismo y sobre IOS otros? e respondia: incorrectamente. y a la pregunta jcómo creen las personas que razonan? se respondía: mal. Estas respuestas de la rimera ola de psicólogos sociales llevaban implícitO un modelo de persona como un avaro cognitivo. Desde este modelo, la gente no está motivada a procesar correctamente la información sobre IOS otros, especialmente si esta información es Pasado, presente y posible fituro de la psicologia social 145 inconsistente con sus expectativas, y además evitan cualquier esfuerzo por procesar correctamente la información disponible.

Para estos psicólogos habría una respuesta correcta a la pregunta iquién es el otro? , y esta respuesta definiria a la persona como un individuo y s610 como un individuo. Antes de ilustrar esta erspectiva de la cognición social no est6 de mis resaltar la convergencia entre la teoria de la identidad social y la cognición social (cualquiera que sea la perspectiva que se adopte) ya que, aun cuando adoptan puntos de vista diferentes, IOS dos acercamientos estén interesados en las relaciones intergrupo y en la estereotipia.

Concretamente, en la teoria de la identidad social estas cuestiones están planteadas en función de la dinámica que grupos de desigual estatus, poder o recursos adoptan para mantener una identidad positiva basada en su particular categorización (p. e. , discriminación, estereotipo, ovilidad, cambio social, etc. ). Por su lado, en la cognición social IOS grupos funcionan como representaciones de cate 2 5 etc. ). Por su lado, en la cognición social IOS grupos funcionan como representaciones de categorías dadas y IOS estereotipos son una forma incorrecta de usar la información sobre IOS miembros de la categoría.

El estudio sobre IOS recursos o habilidades necesarios para juzgar correctamente a IOS otros es un aspecto central en la segunda perspectiva de la cognición social. Gilbert (1989) aporta, en este sentido, una interesante demostración. En el experimento IOS sujetos veían a una mujer ue se mostraba claramente ansiosa mientras era entrevistada. El entrevistador le preguntaba bien por sus vacaciones (no hay razón para ponerse ansiosa con este tema) bien por sus fantasias sexuales iquién no estaria ansioso si tuviera que contar sus fantasías sexuales a un extraño? . Todos IOS sujetos vieron el vídeo con la entrevista de la mujer, pero la mitad de ellos debía retener al mismo tiempo un número de ocho dígitos. Cuando se les preguntó acerca de la mujer, todos dijeron que estaba bajo un estado de ansiedad, algo ante 10 que, en principio, nada hay que objetar. Sin embargo, cuando tenían que valorar si oseía una personalidad ansiosa, s610 IOS sujetos memorizar el número) distinguieron las dos condiciones: vacaciones o (en fantasias sexuales.

Otros experimentos muestran que no hay que confundir estar a nivel cognitivo con distracclón. En este sentido, estos experimentos realizados por Gilbert son una excelente ilustración del uso de heurísticos. Lo que hay que explicar es por qué IOS individuos no son suficientemente sensibles a la información situacional y atribuyen casi automáticamente a disposiciones personales conductas realizadas en respuest 35 atribuyen casi automáticamente a disposiciones personales onductas realizadas en respuesta a demandas situacionales.

Para explicar este fenómeno se alude frecuentemente al heurístico aajuste por anclaje acuerdo con Gilbert, las personas primero categorizan la conducta De (p. e. , ansiosa); a continuación categorizan al actor (p. e_, ansioso); y finalmente aplican ciertas correcciones debidas a factores situacionales, aunque esto se hace de modo incompleto y deficiente. Según Gilbert, mientras la primera etapa es cuasiautomática y apenas requiere recursos cognitivos, las otras dos etapas son controladas y requieren algún esfuerzo por parte del individuo.

En otras palabras, un sesgo en la percepción social (se llame éste -Ross, 1977- sesgo de correspondencia -Gllbert y Malone, 1995- o sesgo de sobreatribución –Quattrone, 1982) es explicado por otros sesgos o heurísticos. 146 J. -Ph. Leyens,A. Rodríguez, R. Rodriguez y P. Paladino Fiske y colaboradores (p. e. , Fiske y Depret, 1996), por otra parte, demostraron que las personas prestan atención a la información relevante s610 cuando están motivadas a hacerlo (porque su futuro dependa del objetivo del juicio, porque estén ocupados en una competición intergrupal, porque tengan poco poder y eban juzgar a una persona poderosa, etc. . Esta última línea de investigación es una buena ilustración de 10 que le sucedió a la cognición social. Recuérdese que a principios de IOS ochenta IOS investigadores quer(an deshacerse completamente de 10s factores motivacionales (por razones éticas, pero también porque la motlvación era, a sus ojos, una variable molesta y teoréticamente poco elegan 4 35 también porque la motivación era, a sus ojos, una variable molesta y teoréticamente poco elegante).

Ahora, la motivación ha vuelto y se ha sustituido la metáfora del indigente cognitivo por a metáfora del táctico motivado, es decir, por un ser pensante que tiene muchas estrategias cognitivas y escoge entre ellas atendiendo a las metas, motivos y necesidades que tiene en cada momento (Aske y Taylor, 1991). Este carnbio de énfasis muestra el interés de IOS investigadores por las razones que llevan a las personas a interactuar, el contexto en el que 10 hacen y con qué finalidad.

Dicho de otro modo, el estudio de IOS individuos se ha hecho mis pragmático (Fiske, 1992,1993, Leyens, 1989). Las personas piensan no por el placer de hacerlo sino porque quieren intervenir sobre el medio. Y IOS psicólogos soclales Incorporan este hecho a sus investigaciones. Pero tarnbien, la década de IOS 80 es testigo de IOS esfuerzos por superar la vieja dicotomia entre estructuras represt:ntacionales vs. procesos mentales, y entre procesamiento de información personal vs. procesamiento de información social.

La distinción entre estructura y proceso, es decir, entre la representación de IOS contenidos mentales y IOS procesos que operan sobre esa representación, fue durante mucho tiempo un modo habitual de organizar la teoría e investigaclón en todas las aproximaciones pslcosociales a a cognición (como ilustración véase el capitulo de Markus y Zajonc, en el Handbook of Social Psychology de 1985). De hecho, responde a la fascinación por modelos que describen estructuras de valor universal, libres de contenido, y procesos que se rigen por reglas, normalmente, lógicas.

Est s 5 valor universal, libres de contenido, y procesos que se rigen por reglas, normalmente, lógicas. Estas reglas operan sobre las representaciones, sea cual sea el contenido de las mismas, transformándolas o generando nuevas representaciones. El estudio de la implementación de esas estructuras a la vida otidiana pudo ayudar a la integración de IOS dos conceptos, pero durante algún tiempo s610 sirvió para aiiadir más principios de funcionamiento a IOS ya existentes.

Asi ocurre con IOS hem’sticos y sesgos en IOS que incurren las personas cuando hacen juicios de probabilidad o juicios causales. En lugar de ser considerados como formas elaboradas y complejas de razonamiento que entrelazan 10 emocional y 10 cognitivo son entendidos como reglas no lógicas, debido al contraste implicitO que hacen con el discurso normativo de las viejas propuestas lógicas Bayesianas y la de IOS teóricos de la atribución (Jones y Davis, 1965; Kelley, 971).

Con la incorporación de la teoría de esquemas es posible entender el razonamiento inferencial sin necesidad de alceptar la existencia de modelos causales lógicos. El esquema contextualiza el proceso atribucional, de modo que, tanto el esquema activado como las metas y motivaciones del perceptor o IOS recursos pasado, presente y poslble fururo de la psicología social 147 atencionales de que disponga pueden ser más detenninantes que la información exigida por IOS modelos estructurales clásicos. La noción de esquema tiene una aceptación inmediata en todos IOS ámbitos de la cognición social.

Sin embargo, de nuevo la fascinación por una estructura representacional que se puede implementar a cualquier ámbito de la co 6 5 implementar a cualquier ámbito de la conducta humana hace del esquema una estructura vacía y polivalente. Realmente, no importa si el contenido es información de autoconcepto, de género, de rol, de una secuencia conductual (scripts), de conocimiento categorial (prototipos), grupal (estereotipos), ambiental (mapa cognitivo) o causal. Esta polivalencia remite a una estructura difusa con propiedades similares a las de un sistema lógico.

Se trata de una representación organizada e conocimiento o una estructura de datos que representan conceptos alrnacenados en la memoria. Es decir, entiende el conocimiento como paquetes de información con instrucciones sobre las relaciones que existen entre IOS elementos constituyentes del concepto que representan. Relaciones que son lógicas y dan lugar a expectativas de nuevas informaciones congruentes. La polivalencia está garantizada por IOS elementos definidores que son comunes a todos IOS casos, y la existencia de una parte variable, que puede adoptar diversos valores pertenecientes a una gama especificada generaltnentepor el squema.

Es decir, el esquema es, en cierto sentido, como un juego: puede ser jugado por distintos actores, en momentos distintos, sin que cambie la naturaleza esencial del juego (Brewer y Nakamura, 1984). Los últimos ochenta son importantes para la superación de la dicotomía estructura-procesos. Arrecian las críticas contra IOS constructos vacíos de contenido y IOS procesos gobernados por reglas y en favor de modelos de interdependencia entre ambos. En este punto se retorna la discusión planteada por Reeder y grewer (1979) ambos. En este punto se retorna la discusión planteada por

Reeder y Brewer (1979) sobre la fuerte dependencia entre estructuras y procesos al apuntar que diferentes tipos de conductas se procesan de acuerdo con distintos principios atribucionales. En la misma dirección, se obtienen resultados relativos al razonarniento (Zukier, 1986), al modo en que se categoriza la información (Cohen y Ebbesen, 1979) o al modo en que se organiza en la memoria (Devine, Sedikides y Fuhrman, 1989). Respecto al procesamiento de información personal vs. categorial, no es fácil justificar la separación que ha existido entre ambas.

De hecho, la mayoría de IOS manuales consideran a formación de impresiones y IOS estereotipos como dos tópicos distintos que son tratados en capitulas diferentes. No obstante, aunque se trata de objetos perceptivos de distinta naturaleza y significado social pueden formar parte de IOS mismos planes de acción de IOS individuos o activar IOS mismos modelos relacionales. Como apunta Baldwin (1992), al percibir a una persona o grupo de personas, IOS individuos desarrollan conocimientos declarativos y procedimentales sobre la interacción entre ellos mismos y IOS otros, atendiendo al contexto en el que tiene lugar la actividad perceptiva.

Además, la superación de esta dicotom(a contribuyen dos líneas de trabajo: en primer lugar, las investigaciones en torno al concepto de (Campbell, 1958) que es la medida en que vemos un agregado de individuos como una entidad compacta y homogénea. Como apuntan Hamilton y Sherman (1996) tanto IOS individuos como IOS grupos varían a 10 largo de un continuo de 148 . i. _ph. Leyens, A. Rodríguez, R. Rodríguez y grupos varían a 10 largo de un continuo de . i. -Ph. Leyens, A. Rodríguez, R. Rodríguez y P. Paladino entitatividad, que cambia dependiendo del tiempo y de la situación.

Por consiguiente, 10 lógico es considerar este factor omo el determinante de la estrategia perceptiva adoptada y no si el target es un individuo o un grupo. En segundo lugar, modelos como el comentado de Fiske y Neuberg (1990) están ayudando a romper la separación entre percepción individual y grupal. De acuerdo con este modelo, no es posible formarse una impresión sobre una persona sin que se activen inmediatamentc: las informaciones categoriales relativas a esa persona. Así, cuando el perceptor est6 ante otra persona la categoriza de forma automática, de acuerdo con IOS datos de que dispone (p. . , la edad, el sexo, la raza, 18 ocupación o clase social). Si la ersona es relevante para el perceptor, entonces tanto factores motivacionales como informacionalespueden incrementar la atención y IOS recursos cognitivos dirigidos a procesar e inferir más cuidadosamente la información sobre el otro. Si la información disponible encaja bien con las categorías activadas inicialrnente, realizará atribuciones, inferencias, etc. , basadas en su conocimiento social, por ejemplo, en sus estereotipos.

En cambio si la categoria inicial no se confirma, el perceptor recategorizará recurriendo a subcategorías o a nuevas categorías. Finalmente, el perceptor decide si necesitará valoraciones omplementarias sobre IOS atributos de la persona, en cuyo caso, el ciclo se repetida. Este modelo es un claro intento de articular la información individual y categorial asi como 1 Os procesos arriba- ab un claro intento de articular la información individual y categorial asi como IOS procesos arriba-abajo (que activan información categorial) y 1 Os procesos abajo-arriba (que ac:tivan la información indivldual).

Sin embargo, el tratamiento del procesamienlto humano como una actividad lineal limita considerablementelas capacidades teóricas de la propuesta. Esta limitación asi como las dificultades para integrar en un cuerpo ompacto la dicotomia comentada entre estructuras y procesos comienza a ser superada cuando a finales de la década se comienzan a adoptar modelos de procesamiento en paralelo. Los años noventa Los años noventa han supuesto un avance importante en muchos ámbitos de la psicologia social.

Perdtanos el lector abordar tres de ellos. Concretamente, las posiciones sobre el juicio social, sobre el conexionismo y sobre el papel de la conducta. Los juicios sociales Muchos psicólogos sociales reconocen que las personas cuando procesan la información y elaboran opiniones sobre IOS otros, se ueven en un delicado equilibri0 entre la información individual, a la que se da más importancia, y la categorlal.

Es decir, atienden a IOS datos (hechos, conductas e información concreta sobre el otro) y tambien a las teorías sobre esos datos (expectativas, estereotipos e información categorial sobre el otro). 149 No obstante, hay razones que justifican la influencia de un tercer factor en 1 Osjuicios sociales: las teorías que las personas poseen sobre sus propios juicios (Schadron e Yzerbyt, 1991, Leyens, Yzerbyt y Schadron, 1992,1994). Un argumento en favor de esta idea es que