Asesinos en serie genetico

Asesinos en serie genetico gy cmiixiito 1 110R6pp 17, 2011 4g pagcs Anuario de Psicología Jurídica, 2000. Págs. 25-47 ESTUDIOS EL PERFIL PSICOLÓGICO APLICADO A LA CAPTURA DE ASESINOS EN SERIE El caso de J. F. 1 PSYCHOLOGICAL PROFILE APPLIED IN SERIAL KILLERS CAPTURE Vicente GARRIDO GENOVÉS Universidad de Valencia 2 RESUMEN Este artículo presenta un protocolo para la elaboración de perfiles psicológicos que sirvan de ayuda para la identificación de agresores sistemáticos. unta a la revisión de la investigación Sv. çx to más relevante en rel ofrece un estudio de de Castellón, convict mujeres. PALABRAS estudio de caso. ABS PACE 1 orag so n ene d adores en serie, se , el asesino en serie sesinato de cinco perfil psicológico, ts a protocol to build psychological profiles in helping the identifica tion of systematic aggresors. A review of main research about serial murderers and rapists is presented, togheter with a case-study in which the Castellon’s serial murde e r r J. F. , convicted in january 2000 for the death of five women, is analysed.

KEY WORDS: serial murder, psychological profiling, case-study. 1 Texto ampliado de la conferencia impartida en la V Jornada de la Sociedad Española para el Estudio de las Diferencias Individuales. Barcelona, 25 de febrero de 2000. 2 Profesor titular de la Universidad de Valencia. Facultad de Educación, avda. Blasco Ibañez 30 46010 Valencia. E-mail: Vicente. Garrido@uv. es. Telf. 686 415 520 Swlpe to vlew nexr page ANUARIO/2000 25 El perfil psicológico aplicado a la captura de asesinos en serie l.

INTRODUCCIÓN J. F. V. , interno actualmente en el c e n tro penitenciario de Madrid-2, se confesó autor de cinco homicidios, en las personas de S. R. A. , N. A. O. , M. V. A. , F. S. L. , A. S. G. C. Las cuatro primeras muertes acaecieron entre julio y septiembre de 1995, mientras que la última sucedió en septiembre de 1996. También se sospechó que podía ser el autor de la muerte de P. P. pero no fue finalmente acusado de este hecho, ya que no había prueba alguna, y J. F. nunca reconoció ser su autor.

Previamente a estos hechos, el acusado fue condenado por un delito de violación ocurrido en junio de 1989, siendo la víctima V. R. F. En ese hecho, J. F. colisionó de madrugada en genicassim con la motocicleta de una joven, y después de librarse de la intromisión de diversos conductores que se habían detenido a ayudar («no se preocupen, ya la llevo yo al hospital»), la lleva a una zona desierta, a amordaza, la ata, la ciega con adhesivo y klinex,la golpea y la agrede sexualmente.

Estuvo en prisión seis años, hasta el día 4 de abril de 1995. J. F. mantuvo su inocencia durante todo este tiempo, observando un excelente comportamiento penitenciario, participando en tareas culturales como la revista de la cárcel, obras de teatro y estudios de acceso a la universidad. Con anterioridad a este hecho figura sólo una violación de las normas de tráfico por imprudencia temeraria. En la prisión, el informe del equipo técnico lo describió como poseedor de «una agresividad alta 2 9

En la prisión, el informe del equipo técnico lo describió como poseedor de «una agresividad alta pero sometida a c o n t rol», y se señala que no re co n o ce su autoría en la violación por la que fue condenado «por presión del ambiente». También destacó una inteligencia por encima del promedio (cociente de inteligencia de 120) y «una buena capacidad para adaptar conscientemente su pensamiento a nuevas exigencias». Por otra parte, J. F. resultó implicado con posterioridad a las muertes de las que se confiesa culpable en otros dos posibles hechos delictivos, ocurridos el 15 de febre ro de 1998 y el 12 de septiembre de 1998.

En enero de 2000 fue condenado a 25 años de pnsión por ser autor de los asesinatos de las cinco mujeres referidas. Igualmente, se consideró autor de un intento de homicidio por el primero de los hechos de fe bre ro de 1998 reseñado; por el hecho acaecido en septiembre de ese año se le hizo responsable de un delito m e n o r. Se le apreció la atenuante de confesión, y a pesar de que el tribunal dio por bueno el diagnóstico de psicopatía emitido por el autor de este articulo, consideró que ello no merm a b a – creemos que con buen criterio- su responsabilidad en la autoría plena de los hechos.

J. F. o presentó ningún tipo de antecedente psiquiátrico, si bien recibió por espacio de varias semanas atención psicológica privada al salir de la prisión. Su salud física no ha presentado tampoco mayores contratiempos. En la actualidad cuenta 37 años. Precisiones terminológicas Existen varias definiciones de «asesino en serie». Do 3 9 en serie». Douglas y Burgess (1985) lo definen como aquél que realiza tres o más homicidios en diferentes lugares, en 26 Vicente Garrido Genovés momentos diferentes de tiempo, que puede consistir en días, semanas o meses.

Egger (1990), por su parte, sólo habla de a necesidad de cometer un segundo delito en la persona de una víctima desconocida, también en otro lugar y en momento posterior. P e ro la mayoría de los autores se decanta por considerar un mínimo de tres asesinatos para definir a un asesino en serie (Hickey, 1991; Jenkins, 1988). Muchos de estos crímenes son de naturaleza sexual, pero los términos no son intercambiables. Un homicida sexual no tiene por qué ser un asesino en serie o sistemático, y viceversa. por otra parte, es necesario hacer otras definiciones.

Los asesinos en serie «por excitación» o «diversión» (s p re e killers) cometen dos o más sesinatos en I ug a res distintos, pero no hay entre medio un periodo de espera o «enfriamiento», sino que pueden mediar minutos o quizá d[as. Lo típico es que esté en un estado muy elevado de excitación, y quizás se encuentre fugitivo. Finalmente, el asesino en masa mata en un único episodio y momento a cuatro o más víctimas. Tanto el asesino en masa como el de excitación no eligen de modo especfico a sus víctimas, mientras que el asesino en serie elige a sus víctimas, o al menos a un tipo determinado de ellas ( Myers, Burgess,.

Burgess y Douglas, 1999; Leviny BOX, 1999, dis 4 9 tipo determinado de ellas ( Myers, Burgess,. Burgess y Douglas, 1999; Levin y Fox, 1999, discrepan: los asesinos en masa también eligen a quién quieren matar). ¿Qué es el Psychological Profiling? De modo muy sencillo, podemos definir la técnica del perfil psicológico de un delincuente como aquella que proporciona información derivada del escenario del crimen para ayudar a la investigación policial en la captura de un agresor desconocido.

Un componente del National Center for the Analysis of Violent Crime, ubicado en la Academia de Quantico del FBI es el Criminal Investigative Analysis P ro g ra m (CIAP) -el otro es el VICAP-, una de cuyas funciones es laborar perfiles psicológicos. «Mediante la elaboración de un perfil se busca identificar, a través del análisis del crimen, las características esenciales de personalidad y de conducta de un delincuente» (Myers et al, 1999, pág. 167). Ese análisis del crimen se centra en dos aspectos fundamentales: la escena del crimen y la víctima.

Myers et al. utilizan como sinónimo de psychological profiling la expresión «investigación a través de perfi I e s » (investigative pro fi I i n g) para designar «una estrategia orientada a que la policía centre sus pesquisas en un número más pequeño de opciones y a generar ‘pistas educadas obre el agresor» (pág. 168). Geberth (1981 ) ha destacado que la investigación de perfiles es particularmente útil cuando el delincuente presenta una psicopatología notable, ya que de este modo la escena del crimen reflejará su personalidad de una manera más nítida. El proceso 9 este modo la escena del crimen reflejará su personalidad de una manera más nítida. «El proceso de profiling implica evaluar el acto original, los aspectos concretos de la escena del crimen, las características de la víctima, los informes policiales, y los resultados de la autopsia. Después se elabora el perfil que debe e incluir características relevantes del delincuente, y se ofrecen sugere n c i as para la investigación criminal» (Myers et al. , 1999, pág. 168).

De esta manera, parece claro que lo característico de la técnica del perfil criminal es atender a las huellas de comportamiento que quedan «impresas» en 27 el escenario del delito; a semejanza de los vestigios ffsicos que analiza la policía científica, el criminólogo o psicólogo forense ha de reunir toda aquella información que le ayude a comprender qué fue lo que sucedió, qué tipo de persona pudo hacer aquello, y cuáles son las caracteristicas de personalidad más probables n tal individuo (Jakson y Bekerian, 1997).

Como se señala más adelante, resulta útil la metáfora del crimen violento sistemático entendida como una narración, una historia que quiere contar el agresor a través de sus diferentes ataques. Dos métodos de trabajo La técnica del perfil psicológico emplea principios y metodologías derivados de diferentes disciplinas, como la psicolog(a clínica, la psicología social y cognitiva, la psicología ambiental y la psiquiatría forense. Hay un consenso general en reconocer que el pro fili 6 9 ambiental y la psiquiatría forense.

Hay un consenso general n reconocer que el p ro fi I i n g tiene un papel importante a desempeñar en la investigación criminal, y que ya existen pruebas sustanclales de su utilidad en la aprehensión de delincuentes violentos. Sin embargo, actualmente hay una excesiva diversificación que puede producir una fragmentación en cuanto al desarrollo teórico y aplicado del psycho logical profiling se refiere. Tal riesgo de falta de unificación se observa en las siguientes tres áreas (véase Bekerian y Jakson, 1997).

Quizás la más llamativa sea la diferencia en metodologías de análisis. Vemos aquí dos grandes líneas. La primera tiene su fundamento n los conceptos y técnicas de la psicología experimental, donde resulta pnoritario la elaboración de hipó- tesis y su puesta a prueba a través de datos estadísticos. Sin duda Canter (1994), de la Universidad de Liverpool, es el máximo exponente de esta corriente, plasmada al menos en dos líneas de investigación.

En la primera, Canter discute el desarrollo de las «narrativas vitales» de los agresores sistemáticos al hilo de la investigación elaborada por la psicología cognitiva y de la memoria. En la segunda, a través de técnicas multivariadas – en especlal la técnica de representación espacial smallest space nalysisbusca encontrar patrones invariantes en el modus operandi de muestras de violadores, con la esperanza de derivar tipologías empíricas (véase Cantery Heritage, 1990).

Por ejemplo, en una de sus investigaciones más recientes, en la que extienderon su metodología a 9 Por ejemplo, en una de sus investigaciones más recientes, en la que extienderon su metodología a casos de homicidios ejecutados por personas desconocidas para sus víctimas (Salfati y Canter, 1999), los autores analizaron 48 variables correspondientes a 82 casos de homicidio, con el propósito de «reflejar las acciones realizadas por los delincuentes sobre us víctimas, las huellas conductuales dejadas en la escena del crimen, así como aquellas variables reveladoras de las características del delincuente y de la v[ctima.

Las variables que ocurrieron en más del 90% de los casos o en menos del 10% de los casos fuero n excluidas del análisis, ya que eran bien demasiado comunes, bien demasiado infrecuentes para ayudar en la clasificación de los agresores» (pág. 397). La otra metodología descansa en la tradición de la psiquiatría forense y de la psicología clínica.

Aquí el investigador, siguiendo un esquema de análisis clínico, elabora su perfil, derivando sus onclusiones de la experiencia acumulada -que supone muchos estudios de caso analizados-, en vez de proceder siguiendo los resultados de generalizaciones estadísti- 28 cas extra[das de una muestra más o menos extensa.

No hay duda de que la psicología de la elaboración de perfiles criminales nació con esta metodología, y es la que ha hecho mundialmente famosa a la Unidad de Ciencias del Comportamiento del FBI, en la Academia Nacional de Quantico, en el estado de Virglnia, con nombres tan re pre s e n ta t iv o s como los esposos Burgess, Robert Reis 8 OF de Virginia, con nombres tan re p res e n ta ti v os como os esposos Burgess, Robert Reissler y John Douglas. Uno de los episodios más prolongados en el tiempo de investigación pollcial fue el que culmlnó con la captura de George Metesky (Evans, 1996).

Es también el caso que inauguró la psicología de la investigación criminal. Y, por ello mismo, un caso perfecto para ilustrar la tradición de interpretación clínica en la elaboración de perfiles. Todo empezó el 16 de noviembre de 1940, cuando se descubrió una bomba -que no llegó a explotar- en el edificio de la Edison Consolidated en Manhattan, Nueva York, la compañía encargada de suministrar electricidad a la ciudad. Junto a la bomba había una nota escrita a mano, en mayusculas, que d e c a: «Con. Edison, ladrones -Esto es para ti».

Firmaba «F. P. «. Después de otra bomba fallida en 1941, el anónimo delincuente envió una carta a la policía explicando que, debido a la entrada de los EE UU en guerra, se iba a abstener de nuevos atentados durante el tiempo que durara la contienda. Y en efecto, una tercera bomba se halló en la Estación Gran Central en 1 950, sin que tampoco llegara a explotar. Hasta que al cuarto intento llegá una bomba efectiva, también en 1950, fulminando una cabina de teléfonos e la Biblioteca Pública de Nueva York.

Los atentados siguieron sucediéndose, resultando heridos de diversa consideraclón, hasta que en 1956 un artefacto ubicado en el teatro Paramount, de Bro o k I y n , hirió a 6 personas gravemente, dando lugar a un ataque de pánico entre el público, y a la movilización 49 hirió a 6 personas gravemente, dando lugar a un ataque de pánico entre el público, y a la movilización masiva de la policía en la captura del que ya por entonces, se conocía como «mad bomber («el loco de las bombas»). Fue el momento en que el inspector Finney contactó con el Dr. James A.

Brussel, un psiquiatra consultor del sistema de salud mental de Nueva York. Brussel desarrolló el siguiente perfil: Es un hombre. Paranoico. De mediana edad; de 40 a 50 años, introvertido. De constitución bien proporcionada. Es soltero, un solitario, quizás vive con una mujer mayor, pariente suya. Es alguien muy pulcro, aseado, de afectado apurado. No está interesado en las mujeres. De buena educación, pero de origen extranjero. Es un mecánico habilidoso, cuidadoso con las herramientas. Es eslavo. Religioso. SI es criticado en su trabajo, puede ser violento. Se siente superior a los que le ritican.

El resentimiento sigue en aumento. Sus cartas las envía desde Westchester, ya que no es tan estúpido de echarlas al correo en la ciudad en la que reside. Probablemente envía las cartas en un lugar que está en el camino que va desde su casa a la ciudad de Nueva York. Una de las mayores concentraciones de polacos está en Bridgeport, Conneticut, y para ir desde all( a N. Y. hay que pasar por We st c h e ste r. Ha tenido una enfermedad grave, poslblemente algo del corazón. Y al final añadló: Cuando ustedes lo capturen, llevará una camisa de doble pechera, abotona da. 29 Cuando la