Análisis De La Fiesta Del Monstruo

Análisis De La Fiesta Del Monstruo gy Nanu28N cbenpanR 15, 2016 8 pagos Borges, Bioy Casares y el peronismo Los análisis de la obra escrita en conjunto por J. L. Borges y A. Bioy Casares han señalado en reiteradas oportunidades cómo los motivos ideológicos presentes en los cuentos de Seis Problemas para Don Isidro Parodi van adquiriendo una importancia cada vez mayor hasta llegar a una saturación completa del relato en «La Fiesta del Monstruo». Este cuento expresa la imagen que ambos escritores tenían de ese acontecimiento absolutamente novedoso en la política ar entina ue era el peronismo. teresa, entonces, PACE 1 org algunos aspectos de to View nut*ge Nos esa imagen tal como ore examinar cómo el cuento, más all- testimonia la constitución de se t o, esto es, política manifiesta, una nueva identidad popular en un contexto de ruptura de las legitimidades vigentes hasta ese momento. La fiesta está fechado el 24 de noviembre de 1947, sólo hacía un año y medio que Perón había asumido la presidencia, y fue publicado por la revista Marcha de Montevideo recién el 30 de septiembre de 1955, una vez caldo el peronismo.

No fue publicado en libro hasta 1977, cuando es incluido en los Nuevos Cuentos de Bustos Domecq . El relato es una en el viaje desde Tolosa, en los alrededores de La Plata, hasta la Plaza de Mayo. Cuando el grupo está por llegar a la plaza, caminando por la avenida Belgrano se encuentran con un estudiante judío al que obligan a saludar al retrato del Monstruo. El estudiante se niega y el grupo lo asesina impunemente a pedradas.

Este esquema argumental remite claramente a El matadero , como ya lo ha señalado M. T. Gramuglio. El cuento está precedido por un epígrafe tomado de La refalosa de Ascasubi, a la cual, a su vez, remitía también De este modo el cuento mismo explica la cadena textual de la que forma parte. Las correspondencias con El matadero son puntuales: El Monstruo Perón/Rosas, los partidarios del monstruo/ los gauchos y matarifes federales, el universitario judío/el joven unitario, el acto partidario/el matadero.

En ambos relatos las fuerzas de las orillas, alentadas por la impunidad que les da su adscripción partidista, salen del lugar marginal a que están sometidas en la escala social y toman como blanco principal de su agresión en las clases superiores, no a los detentadores de la riqueza material, sino a quellos que en su propia existencia simbolizan los bienes culturales, es decir, aquellos que, según el juicio de los autores, expresarían de forma más cabal la idea de civilización.

En La fiesta… consiste en una acción que, al estar estructurada según la dicotomía civilización/barbarie y en la que la barbarie triunfa, se observa una similitud de estructura con la descripta en El matadero. La diferencias son evidentes: la diferente situación política de 1947, especialmente la movilización de masas provocada por el peronismo. La presencia de éstas en las calles y su nueva isibilidad social es lo que aparece como amenaza central en Se podría decir que La fiesta. comparte tanto el mérito principal de El matadero —la descripción políticamente eficaz del enemigo (eficaz porque da voz al otro pero lo demoniza para la Historia), como su debilidad central: el final forzado e inverosímil con respecto al desarrollo previo. En El matadero el retrato del joven unitario aparece acartonado y last rado por la retórica. Paradójicamente su muerte es su único triunfo frente a los federales; le llega providencialmente, impidiendo que sea vejado por éstos antes e asesinarlo.

En el final es también inverosímil; el asesinato del estudiante judío, aunque quiere ser el punto culminante del relato y su alegato político, revelando el verdadero carácter de la fiesta, 31_1f8 tiene muy poco que ver apreciar mejor si comparamos las características del personaje colectivo que conforman los matarifes federales en y las de los partidarios del monstruo. El humor no está ausente en , sobre todo al inicio del relato, pero siempre aparece bajo la forma de la ironía, la cual está dirigida casi exclusivamente hacia la Iglesia, por su apoyo a Rosas.

En el retrato de los matarifes nunca hay humor. Son seres brutales y degradados por la rmsena y violencia en que viven, pero también son sombríos y siniestros. por el contrario, dado su carácter de parodia del discurso popular, el humor y la sátira predominan hasta poco antes del final. La irrupción abrupta de la violencia al final acentúa el sinsentido de la muerte del estudiante (a diferencia del joven unitario que resiste a sus captores aun sabiendo que es una resistencia inútil).

En otros términos, en El matadero la inverosimilitud reside en la forma en que e produce la muerte del joven, pero no en que ese grupo, tal como se lo presenta, cometiera un asesinato; en , por el contrario, ella está en que esos personajes cometieran un asesina to- La irresponsabilidad de los actores aparece señalada en ambos relatos; el narrador de únicamente divertirnos con él y tomó la cosa demasiado a lo serio». Ninguno de los dos grupos otorga importancia al hecho ocurrido.

Sin embargo hay una diferencia que nos interesa resaltar: si en ambos relatos el desarrollo principal consiste en la descripción del grupo colectivo y de us hábitos, en El matadero los matarifes no pierden nunca su aire amenazante y siniestro, el narrador no ironiza acerca de ellos al describirlos; en por el contrario, la parodia del habla popular consiste en la repetición interminable de lugares comunes por parte del narrador, en sus infinitos italianismos, en su grandilocuencia y afectación, y en sus palabras dulce para con la novia.

Ello otorga al discurso del narrador un doble sentido permanente; se propone describir la importancia de la «Jornada cívlca» y el resultado es una narración que se pierde en mil detalles ?nfimos, pero eficaces para que el lector advierta la vulgaridad y el ridículo de los personajes. Por otro lado, el titulo del cuento expresa una ironía cruel, dado q ue la fiesta termina con el asesinato de un inocente.

En su desarrollo el cuento se mueve desde el polo de lo festivo hacia el de lo monstruoso. Si nos concentramos en el aspecto festivo encontramos en los protagonistas y principalmente en el narrador los rasgos siguientes: a) Son brutales y vulgares, pero no estrictamente viol entos, el narrador está esp recibir un arma de las autoridades del comité, pero su interés n ella está en poder venderla apenas la reciba.

Los personajes, una vez en posesión de los revólveres no los utilizan para intimidar o robar, son pícaros que sólo quieren hacer unos pesos con ellos. b) Las acciones de los matarifes federales en El matadero son especies dentro de un mismo género, asf como son hábiles degolladores de ganado, pueden serlo de hombres. La violencia está presente en todos sus actos. El narrador de describe la situación arriba del camión como de «reunión social», aun cuando en ella el principal objeto de las gruesas bromas es él.

Creemos elevante notar que cuando Echeverría intenta mostrar la significación política de la actividad cotidiana del matadero, refiere esa violencia permanente y dirigida alternativamente hacia hombres o animales; Borges y Bioy Casares, por el contrario, muestran un ambiente de grosería que es también jolgorio, pero no específicamente de violencia. c) Los protagonistas de no identifican ningún tipo de enemigo, en última instancia en la fiesta se festejan a sí mismos, no hay un enemigo visible.

Hay solamente una referencia aislada a la «olgarquía», término utilizado muy frecuentemente or Perón en sus discursos de esos años. EL antisemitismo del final parece ser sólo excusa para completar el ar fina la fiesta. d) La cuadro y dar fin a la fiesta. d) La homogeneidad del grupo en matadero es completa, tanto en lo social como en lo polítlco. Ello se expresa en la unidad de sentido que aparece en las acciones e incluso en la relación con la autoridad. El matadero es el foco de la federación, el juez del matadero, un Rosas en pequeño.

No obstante, la relación del grupo con la autoridad no es unilateral, el juez es la autoridad máxima del matadero pero debe ceder en parte a os entusiasmos de sus «súbditos» para evitar que se les vayan de las manos. Cuando los matarifes apresan al joven un itario y lo quieren degollar en el acto, la voz «impotente» del juez apenas logra conseguir que lo lleven a la casilla, para luego decepcionarse porque el joven se tomaba las cosas tan en serio. Asimismo, la pirámide jerárquica juezmatarifesachuradores no se altera en ningún momento.

En fiesta hay también una homogeneidad social, referida en las permanentes menciones a las preferencias gastronómicas y a los usos del grupo y la homogeneidad política sería ambién evidente, dado el propósito del viaje (el relato enfatizan que eran una sola voz). El relato, sin embargo, describe un caos donde los miembros del grupo continuamente están tratando de escaparse del camión y volver a Tolosa. Sólo la vigilancia de jefes sucesivos (Pizzurno, del comité, Garfunkel, arriba del camión, y finalmente el camionero) evitan que el grupo se desbande.

La como un la autoridad aparece así itan que el grupo se desbande. La relación con la autoridad aparece asi como una mezcla de sometimiento y picardía, que llega a su punto máximo cuando el mismo jefe del grupo, Garfunkel, escapa en bicicleta aprovechando una avería del camió Además de ese aire carnavalesco que ya hemos indicado, también aparecen en el cuento otros tres elementos que tuvieron en esa época un fuerte impacto sociocultural.

Uno, es la importancia de la participación juvenil en la movilización poltica peronista. Otra nueva costumbre que rompía con las normas existentes, las pintadas políticas callejeras, forma parte de las acciones de ; por último, la identificación de los estudiantes universitarios como los principales enemigos de Perón por parte de los manifestantes del 17 18 de octubre aparece sobreentendida en la exigencia prepotente de saludo al retrato del Monstruo especialmente dirigida al estudiante.

Todo ello muestra el carácter fuertemente referencial del cuento, aquello que impide que la parodia del habla popular anule por completo la identificación del retratado. Intentamos demostrar que a pesar del recurso a estereotipos, las acciones del relato van entretejiéndose en un conjunto de nudos que sostienen la trama en tanto registran bastante fielmente aquellos elementos que convirtieron al peronismo en expresión de una nueva identidad colectiva popular 81_1f8